Capítulo 46: Miedo a lo desconocido

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Cada palabra allí plasmada retumbaba en mi cabeza haciéndome asustar de varias cosas, como también dudar de otras. Nunca supe quienes eran en verdad los bravos. Es decir, antes los calificaba como un grupo malvado dispuesto a hacer cualquier cosa para poder sobrevivir, pero luego de escuchar a Nathan hablar sobre lo que Mike había hecho con su familia, me hizo entender que nosotros fuimos iguales a ellos, o quizá aún peor. Habíamos dado muerte a un grupo de personas totalmente desarrollado, habían sabido adaptarse al ambiente, crearon un lugar admirable, eran inteligentes y sabían lo que hacían. Podríamos habernos unido, podríamos haber unificado nuestras fuerzas, pero ciertamente no hubo tiempo o no quisimos verlo cuando si lo hubo.

Al leer uno de los tantos recortes de periódicos un recuerdo lejano viajó hacia mi mente. Tendría cerca de catorce años, el cabello recogido y un sweater con rayas naranjas y blancas. Nos encontrábamos en el supermercado familiar, Patrick subía el volumen de la televisión donde un reportero afirmaba que un grupo de habitantes de Arizona había presenciado un avistamiento extraterrestre esa madrugada. Patrick reía mientras yo ayudaba a mi padre a quitar los tantos productos que se encontraban en las cajas que había traído uno de los proveedores.

-Esa gente está cada vez más loca-dijo Patrick.

-Genial, se aproxima el fin de la humanidad-dije riendo.

-¿Por qué piensas que ellos atacarán?¿ Acaso no crees que podrían ser buenos?-dijo mi padre lo bastante serio como para hacerme sentir que todo estaba a punto de suceder.

-Claro que pueden ser buenos, probablemente ni siquiera quieran atacarnos, pero nosotros dispararemos primero y eso lo causará-dije.

-¿Como sabes que dispararemos primero?-dijo mi padre interesándose aún más en mi respuesta.

-Porque así somos, le tememos a lo desconocido. Es más fácil eliminar aquello que no conocemos a darle una oportunidad y correr el riesgo. Los humanos no escuchamos cuando nos encontramos en peligro ¿no es así? tu mismo me lo has dicho-dije.

Patrick me miró y luego hizo lo mismo con mi padre, creo que había logrado impactarlos bastante con mi respuesta, pero eso era lo que sentía. El no saber escuchar nos alejaba cada vez más de los grandes descubrimientos , de las grandes posibilidades, nos protegía de mucho pero nos privaba de mucho más.

Eso exactamente era lo que sentía en ese laboratorio, leyendo la libreta, sentía que los humanos nunca logramos escuchar al otro, nunca nos pusimos a analizar que fue lo que llevó a tal persona a cometer tal hecho, nada más juzgábamos y actuábamos sin saber. A veces las cosas se daban porque debían ser así, no había manera de detenerlas pues pensábamos que las palabras no solucionarían nada. Creíamos que una oración armada nos haría bajar la guardia. Pero tal vez ese conjunto de oraciones hubiese sido la salvación, tal vez escuchar al otro hubiese sido lo que nos llevara a comprender porqué las cosas eran así y por qué todo simplemente sucedió. 

Jessica apareció en el laboratorio, parecía haber estado frente a mi varios minutos aunque no me haya percatado de que lo estaba.

-Parece que te gusta este lugar-dijo mientras caminaba y observaba todo lo que allí se encontraba.

-Ellos lo averiguaron todo-dije.

-¿De que hablas?-preguntó ahora mirándome y contemplando la libreta que sostenía con mi manos.

-Los bravos estuvieron investigando y sacando conclusiones sobre el virus, que fue lo que lo causó-hice una pausa-lo que provoca en las personas.

-¿Que es lo que dice la libreta?-dijo sentándose a mi lado.

-Pensábamos que una mordida era lo que los hacía convertirse, pero no es así, la mordedura de un caminante únicamente produce fiebre alta, en conjunto con síntomas típicos de una gripe. La fiebre es lo que probablemente los mata, pero lo que en realidad los hace convertirse es la muerte-dije.

-¿Entonces tu dices que en realidad la mordida no es lo que nos convertiría en uno de ellos?-preguntó Jessica.

-La mordida provoca la muerte, no nos convierte, lo que en verdad lo hace es la muerte  cerebral-hice una pausa y retrocedí unas páginas en la libreta- Mira- continúe señalando una foto impresa de un cerebro-cuando el cerebro muere por completo algo se activa dentro de él, solo una pequeña parte. Aún no logro entenderlo completamente pero creo que al ser tan pequeña, la activación, es por eso que son muertos vivientes,  ya que solo pueden moverse, no desarrollaron ni tienen activadas ninguna de las otras necesidades fundamentales, ellos no comen porque tienen hambre si no porque es su instinto.

-¿Acaso dice como terminar con todo esto?-dijo Richard quien llevaba escuchando al lado de la puerta hacía varios minutos. 

-Dejaron en claro que no hay cura, lo único que termina con ellos es matando por completo el cerebro, es por eso que les disparamos allí, porque es lo único que logra apagar esa pequeña parte que sigue funcionando.

-¿Cuanto tiempo llevas aquí?-preguntó Richard.

-No lo se, probablemente una hora-dije.

-Será mejor que continuemos con esto luego, vayamos a ver si Mark necesita ayuda-dijo Jessica poniéndose de pie.

Cerré nuevamente la libreta y la dejé sobre el escritorio de metal, apagué la luz del lugar y cerré la puerta. Aunque pareciera extraño el hecho de prender y apagar una luz era algo que hacía mucho tiempo no hacía, algo que me hacía volver a mi vida de antes, al parecer todo se estaba tornando mucho mejor.

-Tengo buenas noticias-dijo Rita sonriendo- hay agua caliente en los baños, las duchas están al lado de la cocina-continuó y todos los que nos encontrábamos allí nos alegramos de una forma inimaginable, ciertamente no podía creer que me bañaría, ya se había convertido en una necesidad urgente.

Al ver que Glenn no se encontraba en la sala común me dirigí a lo que en ese momento podía denominarse como nuestra habitación, raramente seguía durmiendo así que me acosté a su lado y comencé a hacerle unas pequeñas caricias en el rostro. Uno de sus ojos se abrió y finalmente me sonrió.

-Te tengo muy buenas noticias-dije dándole un beso en la mejilla.

-¿Donde has estado?-dijo entre bostezos.

-He ido al laboratorio, en todo este tiempo en el que tu has estado durmiendo... podría decirse que he sido muy productiva-dije riéndome-de todas formas, la buena noticia es que hay agua caliente en los baños, así que estoy esperando con ansias mi turno-dije y sonreí.

-Vaya, eso si que es bueno ¿acaso se designaron turnos?-dijo y rió.

-Claro, no pensarás que nos bañaremos todos juntos.

-No se los demás, pero tu y yo podríamos compartir el turno-dijo y me besó.

-Tengo que pensarlo-pronuncié guiñándole el ojo.

-¿Has descubierto algo interesante en ese laboratorio?-preguntó.

-Bastantes cosas-hice una pausa y suspiré- Estados Unidos comenzó un experimento para eliminar la gripe H1N1, aparentemente algo no salió del todo bien.

-¿Ellos afirman que fue Estados Unidos?-preguntó.

-Está en los periódicos, probablemente ni siquiera sea importante saber que lo causó, está hecho, hay millones de muertos vivientes allí afuera, estaremos con ellos por el resto de nuestras vidas.

-Hey, estamos seguros ahora-dijo reincorporandose en la cama y mirándome a los ojos.

-Lo se, lo estamos-dije y me besó.


Sil

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CUANDO LOS MUERTOS VIVEN -The walking dead (Maggie y Glenn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora