Capítulo 29: El factor detonante

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Tras escuchar las palabras de Rita, las cuales me motivaron, salí para ver en qué podía colaborar. Todos me querían hacer entender que con la herida que había sufrido en la cabeza lo ideal sería no hacer mucho movimiento, pero no me interesó. Me acerqué a la pequeña huerta que había a uno de los costados del galpón y empecé a sacar algunas zanahorias y lechugas. Eran pocas, no se podía negar pero a esa altura "poco" era mucho. Ya era cerca del mediodía así que decidí hacer una pausa y dirigirme a mi habitación, el sol estaba calentando lo demasiado como para hacerme sentir algo mareada. Allí cambié mi remera por una un poco más limpia, aunque en realidad era innecesario. Mi vestimenta se reducía en tres remeras y un pantalón así que las probabilidades de variar eran muy escasas. Tenía una gran necesidad de bañarme, no podía soportar el sudor en mi cuerpo y que siguiera allí durante días, era algo que me desesperaba completamente. Sabía que no era necesario avergonzarme por mi aspecto ya que estábamos todos en la misma situación, cubiertos de sudor y hasta con manchas de sangre en la ropa. Mía vino enseguida a mi habitación y me pidió que coloreara un dibujo con ella, no me pareció ninguna molestia ya que parecía no haber nada más importante para hacer, así que ambas nos sentamos en la cama y pintamos el dibujo de una de las princesas de Disney que se encontraba impreso en un libro bastante arrugado, y mientras tanto disfrutábamos de unos trozos de manzana. Estuvimos allí casi por una hora hasta que pudimos sentir a la camioneta llegar. Mi corazón se aceleró y enseguida me levanté de la cama, Mía hizo lo mismo y me siguió hasta las afueras del galpón. El primero en bajar de la camioneta fue Mike, quien estaba totalmente pálido. Seguido a él bajaron Glenn, Jessica y Mark. El lider sostenía un bolso en su mano y llevaba su mano a la cabeza en señal de preocupación. La cara de Glenn no era la mejor, así que supuse que algo intenso había sucedido.

-¿Que ha pasado?-preguntó Richard al notar sus rostros.

-Lo hablaremos después-dijo tratando de no generar preocupación.

Todos se dispersaron y Glenn se dirigió a mi, me dio un beso en la frente y se quedó mirándome.

-¿Ha pasado algo?-pregunté. Glenn me tomó del brazo delicadamente y me llevó a uno de los costados del galpón, asegurándose de que nadie escuchara.

-La fabrica, alguien sabía que iríamos allí- me dijo tratando de que nadie lo oyera.
-¿De qué hablas?-dije sin entender.
-Cuando llegamos todo iba bien, logramos entrar y sacar algunas provisiones, pero al llegar al salón principal...-hizo una pausa y bajó la cabeza.
-¿Qué ocurrió?
-Habían cuerpos, Maggie. El salón estaba lleno de cuerpos, cada uno con un disparo en la cabeza. En una de las paredes estaba mi nombre escrito, Maggie. Mi nombre- dijo y golpeó la pared exterior del galpón con furia.
-Calma-dije apoyando una de mis manos en su espalda.
-Ya no puedo soportarlo, ese hombre está matando gente por mi culpa.
-Glenn, no es tu culpa, deja de pensar eso.
-Maté a su hermano. Se está vengando con gente inocente. Te das cuenta que él... él podría haberte matado ese día...
-No lo sabes, tal vez esa gente no era inocente, no podemos suponer ninguna cosa, pero deja de echarte la culpa, hiciste lo que debías hacer-dije subiendo un poco el tono.
-Sabe dónde estamos, estoy seguro. Esos cuerpos no llevaban más de unas horas allí, como es posible que supiera que iríamos?
-Tal vez estuvo observándonos-dije de tal manera que me provoqué miedo a mí misma. La idea de que ese hombre estuviese cerca me helaba la sangre. Estábamos en peligro y debíamos hacer algo. Estaba más preocupada por Glenn que por mi. Me aterraba la idea de que Bill lo encontrase. Era seguro que ese hombre no dudaría en matarlo, o tal vez dejarlo que se convirtiera en una de esas bestias. El verdadero problema era si Glenn estaba dispuesto a matarlo. ¿Sería Glenn capaz de matar a Bill? Luego de escuchar todo el rencor y arrepentimiento que llevaba adentro por haber matado a su hermano no sabía  si Glenn sería capaz de jalar el gatillo. Y esa idea me erizaba toda la piel.

Me asombraba mucho como Mike, el hijo de Mark, se había adaptado a ese mundo. Parecía un niño decidido y dispuesto a cualquier cosa, al igual que su padre. No se llevaba muchos años de diferencia con Mía, pero la pequeña jugaba todo el día mientras que el niño se pasaba las horas haciendo guardia y armando y desarmando su arma. Lo hacía porque quería, no porque alguien lo obligase, pero supuse que su niñez había acabado en algún momento, ese mundo te hacía cambiar completamente, me había sucedido a mí y era claro que a los niños los transformaba, y a veces para mal. No estaba segura que era lo que le había sucedido a su madre, no estaba entre nosotros pero tampoco sabía si había fallecido a causa de los caminantes, antes o por otra razón. De todas formas no me sentía con tal confianza de preguntarle que era lo que había sucedido, pero de veras quería acercarme a Mike, su cara a veces pedía a gritos alguien con quien hablar. Su padre estaba totalmente pendiente de él, pero el hecho de tener a cargo a varias personas a veces opacaba  un poco al pequeño, pero Mark era un buen padre, por lo menos eso parecía a simple vista.
Glenn entró furioso al galpón y yo me quedé allí afuera algunos minutos tratando de procesar todo lo que me había dicho. Miraba a mi alrededor, aunque allí no hubiese nadie, o eso creía, me sentía observada, más después de las palabras de Glenn. Le sonreí a Richard quien había quedado algo preocupado por los rostros de sus compañeros. Me acerqué a Jessica quien estaba bajando algunas de las provisiones que habían logrado conseguir.
-Deja que te ayude-dije y tomé una caja con comida enlatada.
-Gracias-me dijo y sonrío.
Colocamos todo dentro del galpón y lo registramos en un pequeño cuaderno algo viejo.
-¿Te lo ha contado?-me preguntó.
-Si, me ha dicho algo.
-Necesitamos prepararnos, luego de lo que pasó hace unos meses...no sé si estamos preparados para otra guerra.
Supuse que Jessica estaba siendo algo paranoica con el tema, así que nada más asentí y seguí anotado las provisiones. Aunque mi cabeza daba vueltas constantemente, nunca pensé que en ese mundo el problema mayor fueran las personas y no los caminantes.

Sil

CUANDO LOS MUERTOS VIVEN -The walking dead (Maggie y Glenn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora