Traté de abrir la puerta que conectaba la casa con el supermercado lo antes posible. Era tarde, la noche se acercaba y realmente no quería quedar a oscuras rodeada de caminantes. Cansada de forzarla opte por darle una patada que para mi sorpresa funcionó y se abrió completamente. El supermercado, como suponía, estaba vacio, no había ningun caminante. Llené un carro con comida, bebida y otros productos. Cerré la puerta y me dirigí de nuevo a casa. Mientras caminaba algunos caminantes quisieron morderme pero me defendí bastante bien con el cuchillo. Cuando finalmente llegue a casa, guardé todos los productos y me senté en el sofa a esperar, a esperar que se me ocurriera algo para hacer. La esperanza de encontrar a otras personas con vida cada vez iba disminuyendo. Me pasaba las horas leyendo libros que nunca antes hubiera tocado. Ordenaba la casa dos veces al día y me sentaba a observar la puerta de la habitación que me separaba del infierno. Estaban allí en mi propia casa, a lo que tanto le temía, estaban conmigo, y a pesar de todo había momentos en que simplemente no lo notaba. Una tarde, leyendo el libro "En busca de la felicidad" sentí un grito muy próximo a la casa, enseguida miré por la ventana y vi a un hombre acostado sobre la calle, cubierto de sangre pedía ayuda a gritos. Bajé con el cuchillo rápidamente y me acerqué al hombre que apenas podía respirar. A su alrededor había al menos diez caminantes tirados en el piso. Me senté a su lado y toqué su frente.
-Por favor, ayudame-dijo sin fuerzas. Sin saber que hacer, traté de pararlo y lo llevé adentro. Lo recosté en el sillón y le ofrecí agua. A simple vista no notaba ninguna mordedura de caminantes lo que podría llegar a ser un gran problema. El muchacho parecía más tranquilo y quedó profundamente dormido. El tema me ponía un poco nerviosa, es decir había un extraño en mi casa, el arma que traía ya me había encargado de sacársela, pero aún así no lograba quedarme tranquila. La noche inundo la ciudad y la única melodía eran los rugidos de los caminantes en busca de comida. Sin darme cuenta me quedé completamente dormida. Cuando me desperté eran cerca de las cuatro de la mañana. El nudo en el pecho no tardó en aparecer luego de notar que el muchacho no estaba en el sillón. Su arma seguía a mi lado así que la tomé y recorrí la casa. Estaba apoyado contra la pared, observando la puerta de la habitación, aquella puerta que yo misma observaba cuando todo comenzó. Me alegraba saber que no lo había abierto. Me acerqué a él y enseguida notó mi presencia.
-Lo siento, no quería molestarte... gracias por traerme aqui, de verdad te lo agradezco-dijo.
-Está bien...-respondí.
-Soy Glenn
-Maggie-le sonreí y él hizo lo mismo. Parte de su rostro estaba cubierto de sangre y algunas lastimaduras no le dejaban abrir su ojo izquierdo.
-¿Cuanto llevan aquí?-preguntó mirando la puerta. Quede en completo silencio, de verdad quería compartir con alguien todo lo que había vivido, pero no lo conocía, pensaría que soy una loca y seguramente abriría la puerta y todo se saldría de control. -Esta bien si no quieres decirme, no haré nada-dijo leyendo mis pensamientos.
-¿Que te ocurrió?-pregunté.
-El grupo con el que estaba, lo perdí, tuvimos algunos problemas con unos hombres y nos separamos, la verdad es que estoy bastante perdido- rió.
-¿Tienes hambre?-dije.
-Un poco.
Me levanté y le di una caja de cereales que había conseguido en el supermercado. Él asombrado la tomó y me quedó mirando fijamente.
-¿Por qué haces esto?-preguntó.
-¿De que hablas?
-La gente, allá afuera tienes que suplicar para que te brinden ayuda y tu me traes a tu casa y me das una caja entera de cereales que probablemente algunos matarían por tener.
-He estado sola por casi un mes, no tienes idea de lo que esperaba hablar con alguien que no fueran paredes, se siente bien compartir lo que uno tiene. Ademas no puedo mentirte, tengo un supermercado entero para mi sola.
-¿De veras?
Asentí.
Un fuerte ruido nos dejó paralizados. El escritorio viejo de papá que sostenía la puerta se movió. Cada vez eran más agresivos y en cualquier momento romperían todo en su camino. Me senté en el sofá y él se sentó a mi lado. Bajé la cabeza y coloque las manos en mi cuello. No sabía que hacer, que decirle, estaba confundida.
-¿Sabes que pueden matarte, verdad?
-Mi abuela... mi abuela falleció en esa habitación, mis padres lo descubrieron un rato después de que sucedió, apenas entraron en la habitación, mi abuela ya era un caminante, los mordió a ambos y mi padre casi desangrándose me empujó fuera de la habitación. Mi cabeza se dio contra el marco de la puerta y caí desmayada. Me salvó la vida.- Hice una pausa mientras algunas lágrimas brotaban de mis ojos- No he tenido el valor de entrar y matarlos, por eso puse ese escritorio bloqueando la puerta. Me aterra saber que estoy sola, de cualquier manera lo estoy, pero ¿sabes? aveces escucho ruidos y me recuerda a mi vida, como era antes, pero después se convierten en rugidos y golpes y caigo nuevamente en la realidad. Son mi familia... o eran, y es solo que... no pude... no pude manejarlo-dije quebrando en llanto. Me sentía completamente avergonzada.
-Cuando en verdad te preocupas por las personas, el dolor... el dolor se vuelve parte del paquete, ¿sabes? y últimamente es a lo único que nos aferramos, al dolor, al sufrimiento. Mis padres, están, o eso espero, muy lejos de aquí. Después de todo esto nunca volví a verlos, a hablarles y a veces todo se vuelve muy oscuro cuando pienso en ellos, pero luego recuerdo todo lo que he vivido con ellos y todo pasa.
![](https://img.wattpad.com/cover/35297293-288-k927126.jpg)
ESTÁS LEYENDO
CUANDO LOS MUERTOS VIVEN -The walking dead (Maggie y Glenn)
Fiksi PenggemarMaggie ha quedado sola luego de que el mundo se convirtiera en lo más temible. ¿Como es posible pensar en la vida con la muerte alrededor? Tal vez aparezca alguien que haga surgir en ella la esperanza. Tal vez en un mundo de muertos vivientes aún se...