Mariano
Había pasado casi un mes desde aquella chica. Si no fuera por los vídeos y las fotos tal vez estaría completamente borrada de mi memoria. Para eso era importante mantener esas bellas escenas en el tiempo. La mente puede distorsionar detalles y hasta olvidarlos pero con la evidencia no cabria duda de lo pasado.
Debía dirigirme hacia la oficina de la directora dos horas antes de que comenzará mi horario laboral. Quería visitar a mi madre antes de mi primera clase pero no resultó posible.
Al llegar a mi aparcamiento se notaba que el campus ya estaba lleno por los estudiantes.
Caminé deprisa por los pasillos y como era de costumbre las miradas provocadoras y suplicantes de las alumnas no se hicieron esperar al igual que las cargadas de odio por parte de los hombres. Algunas hacian gestos casi mordiéndose el labio inferior o lamiéndoselo. El flirteo discreto no era parte del vocabulario estudiantil. Llegue hasta la puerta de la oficina de la dirección e ingrese.
—Señor Dalmau, ¿no le enseñaron a tocar? —cuestionó observándome por encima de sus lentes.
—Lo siento señora directora, asumí que me estaba esperando —si algo era molesto es que me dieran ordenes y mas esta pequeña déspota con ínfulas de superioridad.
—No discutiré por eso en este momento. Tome asiento por favor. —continuó hablando sin dignarse a levantar la vista en mi dirección. Señaló una silla y reanudó su concentración en los papeles que tenia en el escritorio.
Me dirigí a la silla y me acomode frente a ella. Casi diez minuto habían trascurrido desde que me senté y no había dicho ni una palabra. Ya comenzaba a impacientarme.
—¿Para esto me necesitaba tan urgentemente? —le pregunté mientras me acomodaba en la silla cambiando mi cruce de pierna de la derecha a la izquierda sin ocultar mi molestia.
—Parece que no cuenta con el don de la paciencia señor Dalmau —me miró retadora enarcando una ceja.
—Solo me parece una falta de respeto que me halla hecho venir hasta aquí para no decirme nada. Tengo asuntos que atender. —hice un ademán de limpiar una mota invisible de mi traje.
—Una falta de respeto ¿como entrar a un lugar sin anunciarse? —cuestionó —Yo también tengo asuntos que atender, usted no es una prioridad. Esto sí. —volvió a bajar la cabeza hacia los papeles sobre su escritorio.
—Si era así me hubiera informado, yo habría regresado después —mujer arrogante. Definitivamente necesitaba que le enseñaran una lección.
—Su impaciencia logra impacientarme. —pronuncio retirándose sus gafas redondas y las posó sobre el escritorio, luego me observó con sus ojos verdes y párpados inferiores arrugados. —he recibido algunas quejas por parte del alumnado. —crusó los dedos de las manos sobre el escritorio en gesto serio —Me informan sobre conductas impropias de un profesor hacia sus alumnas. Parece que abusa de la autoridad que se le ha otorgado.
—Si me conoce bien, puede notar que no suelo confraternizar con mis compañeros, mucho menos con los alumnos. Es algo que no me interesa. Le pido que me informe quien le dio semejante información y que pruebas tiene para acusarme de dicha conducta.
—Señor Dalmau, yo no tengo tiempo para "conocer" a todos los trabajadores de este plantel, llamaré a sus compañeros para que ellos presten testimonio de como es su comportamiento. Tampoco esta en el nivel para decirme que tengo que hacer o como explicarme. Pero le sugiero que presente su carta de renuncia antes de que los rumores avancen. Así tal vez evite dañar su carrera.
—Esto es inaudito. Se me acusa injustamente —me levante molesto de la silla subiendo el tono un poco mas de lo apropiado. —se arrepentirá de esto.
—No esta en posición de amenazas señor Dalmau. Renuncia o estaré obligada a darle baja y eso manchará su hoja de vida. El que su familia tenga dinero no lo ayudará. —dijo con certeza —Tome una decisión rápido, no tengo todo el día.
—Dejare mi carta de renuncia en un rato. —me dispuse a salir de esa oficina con mi cabeza en alto. Esa anciana no logra intimidarme.
—Y señor Dalmau le doy un consejo —me detuve a centímetros de la puerta y la observe sobre el hombro —aprenda a identificar las jerarquías, eso le evitará futuros problemas. —se puso de nuevo sus gafas y siguió con su papeleo.
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DARK MIND
Random"Soy un monstruo, y me agrada" Mariano Dalmau es un atractivo profesor de filosofía y literatura con un gusto por las estudiantes pretenciosas, la mayoría muere por un poco de atención de su parte sin entender lo que eso realmente significaría. ...