Capítulo 43

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¨Me entenderás cuando te duela el alma como a mi¨ Frida Kahlo

Mariano.

Estiré la mano sin abrir los ojos, buscando a tientas el delgado cuerpo de Sofía. Gruñí de frustración al darme cuenta que nuevamente me había dejado solo en la cama. Hicimos el amor toda la noche y a pesar de que me sentía rendido, tenía unas infinitas ganas de estar dentro de ella de nuevo. Se había convertido en una necesidad para mí.

Recordé su hermosa figura desnuda sobre mí, como intentaba resistirse a la naturalidad en la que se sentían nuestros cuerpos al estar cerca el uno del otro. La follé en el marco de la ventana con dureza mientras gritaba de placer y me decía que me quería. Daba gracias a que no teníamos vecinos nada cerca.

—Me encantas cariño —le decía con su frente pegada a la mía.

—Y tú a mí —respondió entre jadeos.

—Te necesito tanto. Dime que me necesitas.

—Te necesito.

—Prométeme que serás mía por siempre. Que estarás conmigo —Tomé sus piernas elevándolas y acercándome más a su torso para hacer más profundas mis estocadas. Ella solo gemía y no me respondía nada—. Respóndeme.

—Soy tuya Mariano, soy tuya.

Recordé que realmente no me había dado la respuesta que yo esperaba. Observé las sábanas como una carpa gracias a la erección que me había causado el recuerdo. La necesitaba ahora.

—Sofía Montenegro, más te vale que traigas ese lindo trasero tuyo aquí —grité. Esperé unos segundos, pero no escuché movimiento fuera de la habitación —. No me hagas salir a buscarte. —Esperé otro momento y al ver que no aparecía me levanté de la cama para ir a su búsqueda—. Esta es la segunda vez que despierto y no estás en la cama señorita. Necesitas un castigo por tu comporta....

Miré la estancia vacía, no había rastros de ella. Volví al cuarto y revisé el baño por si no la había escuchado, pero tampoco estaba allí. Salí de nuevo mirando en cada cuarto de la cabaña. Tal vez salió hacia el estanque a caminar un momento. Me percaté de que Noche no estaba por ningún lado y tampoco sus cosas. Miré hacia la puerta y tampoco estaba su maleta. La respiración se me empezó a entrecortar, se me dificultaba ingresar aire a los pulmones. Salí al patio para ver si estaban allí. Nada.

Volví a la habitación, esto no estaba pasando. Ella no se había ido. Necesitaba calmarme, tal vez estaba exagerando y acomodó por fin sus cosas en el armario y estaba afuera con Noche. Me dirigí al closet, abrí sus puertas y para mi sorpresa estaba vacío.

Me senté en la cama intentando procesar lo que pasaba hasta que mis ojos observaron una nota sobre la mesa de noche que había pasado por alto. Antes de leerla me detuve a pensar si realmente quería saber lo que decía. No sabía si era una simple nota de: Salí a caminar con Noche y mi maleta o me voy y no te quiero ver nunca en mi vida. Abrí la nota con manos temblorosas.

¨Gracias por el mejor cumpleaños de mi vida. Estaré agradecida contigo el resto de mis días. Me salvaste.

Hay muchas complicaciones en mi vida que preferí no contarte. No quería que dejaras de verme con ese cariño. Como si fuera perfecta, pero no lo soy. Espero que me perdones algún día por lo que hice y que en un futuro nos volvamos a cruzar para poder explicarte todo con más calma. Sé que ahora no entenderías las razones por las que me fui e intentarías detenerme y comportarte como un héroe.

Siempre serás el primero.

Te quiero Mariano.

Lo siento¨

DARK MINDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora