Capitulo 13

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Sofía

-Es solo una noche más-

Era lo que repetía en mi mente cada vez que llegaba a casa. Nunca sentí que fuera mi hogar solo un lugar lujoso donde resguardarme si así se le pudiera decir; no sé qué tan mal suene que muchas de esas noches preferiría pasarlas bajo un puente en vez de aquí.

Observaba mi cuerpo mientras me cambiaba, sería tan sencillo simplemente ser fea, que nadie deseara este cuerpo pero no puedo cambiar lo que soy. Lo intenté, traté de subir de peso comiendo descontroladamente pero lo máximo que logré en tres meses fue un kilo y medio, maldito metabolismo, ni siquiera la cicatriz que dividía mi pecho hacía que se alejara, aun menos las marcas dejadas por mi madre a lo largo de los años en su intento de estropearme.

Pronto me graduaría y podría irme lejos de aquí, necesitaba una universidad lo bastante alejada como para no recibir llamadas provenientes de este lugar, era mi esperanza al igual que la de mi madre. Sabia el martirio que le causaba el tenerme cerca, creo recordar que me amó pero supongo que algo se rompió dentro de ella al morir mi padre y ahora quería quebrarme a mí por recordárselo cada día, además del interés poco saludable de su novio hacia mí. Esto era un combo poco favorecedor, sobre todo para mi integridad física y mental.

Esta noche no quería pensar en el sito en el que estaba, ansiaba remitirme a aquel bosque sombrío en el que sucumbo cada noche ante mis deseos más oscuros

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Esta noche no quería pensar en el sito en el que estaba, ansiaba remitirme a aquel bosque sombrío en el que sucumbo cada noche ante mis deseos más oscuros. Era difícil evitarlo con el deseo palpitando entre mis piernas, intenté imitar sus caricias con mis manos pero la forma en que su roce quemaba era difícil de igualar; recordar aquella tarde a solas en su despacho y como su cercanía me asfixiaba era embriagador; tal vez su forma de actuar era así, una rara preocupación, lo entendía, puede que sea su manera de responder a todas las personas pero si aquel día hubiera abierto mis ojos lo más probable era que lo habría besado, sentía su respiración agitada, intranquila y rabiosa cerca a la entrada de mi boca y no podía negar que me gustaba provocar angustia en él. Recorría la línea de mis labios queriendo aplacar esa necesidad de sentir algo de presión en ellos.

Su imagen me invadía al emular aquel sueño, aquel incidente. Lo aceptaba en mi mente porque sabía que no eran más que deseos de adolescente como los que deben sentir todas, no quería ser como las demás pero tenía algo misterioso que era sumamente atrayente. Lo aceptaba en mi mente más lo alejaría de mi realidad antes de que cometiera alguna estupidez y echara todo mi futuro a la basura.

Aquello fue como un baldado de agua fría despertándome de mi ensoñación, descubriendo una de mis manos en mis pechos y la otra entre mis piernas. –Se vale fantasear Sofía- me dije unas diez veces hasta que decidí que lo mal que me sentía era soportable, no estaba bien hacia donde se encaminaban mis pensamientos pero tampoco estaba mal.

Un áspero roce en mis piernas me despertó, ni siquiera recordaba en que momento había sucumbido ante el sueño y reconocí el error de no ponerle seguro a la puerta al ver la silueta parada junto a la cama. El pánico me invadió sin darme tiempo a responder, me quedé petrificada. Lo observaba sin saber cuál sería su siguiente movimiento, rezando para que solo haya querido mirarme escalofriantemente mientras dormía.

—Pastelito —Pronuncio y se mordió el labio, no me había dado cuenta en que momento había llegado o si llevaba horas allí parado, tampoco sabía si mi mamá estaba en casa o si estaba a solas con este tipo. —Quiero probarte.

Aquel terror llegó a lugares que no sabía que poseía, siquiera imaginarlo tocándome era tortuoso y si mi madre no estaba era poco probable que pudiera detenerlo. Preferiría aguantar otra paliza de ella por pensar que es mi culpa que este enfermo sienta atracción hacia mí no queria sentirlo cerca, mucho menos invadiéndome.

—Si me tocas gritaré con todas mis fuerzas. —dije desafiante.

Se arrodilló junto a la cama, oprimió fuertemente su mano izquierda contra mi boca y también tapó mi nariz impidiéndome hablar y respirar.

—No lo haré hoy, pero no porque no pueda hacerlo. Podría pedirte de regalo a tu madre y no tendría problema en complacerme porque para tu maldita desgracia yo estoy sobre todo. —las lágrimas comenzaron a brotar, ese dicho de que la verdad duele es completamente cierto, duele hasta lo más profundo del alma.

Sonrió al verme llorar, se acercó a mi mejilla y la lamió casi haciéndome vomitar. Soltó la presión en mi nariz permitiéndome respirar pero ni siquiera eso logró aliviarme.

—Serás mía pequeña —amenazó alejándose un poco— tan solo estoy esperando que cumplas la mayoría de edad; lo irónico es que ese día el regalo será para mí más que para ti, pero no te preocupes sé que lo disfrutaras y tu madre puede dar fe de eso, ¿escuchas como gime en las noches?

—Te odio —escupí con rabia.

—Tendrás que aprender a vivir con ello.

—Jamás tendrás lo que quieres —me limpie las lágrimas que ya comenzaban a secarse.

—Puedes apostar tu insignificante vida a que si lo tendré y seré el primero —se acercó de nuevo esta vez tomándome por el cuello —Si llego siquiera a sospechar que alguien ya te tocó la pasaras muy mal, no esperaré por nada, lo tomaré y te juro que la pasaras mal al igual que el hijo de perra que se atreva a ponerte un dedo encima.

Sus palabras calaron en mi cerebro, jamás dejaría que él fuera el primero era repulsivo solo pensarlo. Lo odio y odio gustarle, solo quisiera ser repulsiva ante sus ojos

Se dirigió hacia la puerta victorioso arreglándose el cabello, durante su caminata hacia la salida imaginaba poder acabar con su vida para poder vivir la mía tranquilamente, pero eran solo ensoñaciones jamás podría lastimar a alguien o eso pensaba hasta ahora.

—Sueña conmigo pastelito. —Cerro la puerta tras el dejándome con una sensación de profanación indescriptible aun sin haber procedido con su antojo.

Deseaba con todas mis fuerzas la llegada de la excursión, serian tres días en los que podría descansar tranquilamente necesitaba un respiro y las constantes irrupciones de Saúl (el solo pensar en su nombre me revuelve el estómago) no me lo permitían. Esta sería otra de muchas noches en vela que ya había pasado y mi cuerpo no disimulaba su desgaste.

xx y ¿quién más está contento porque no me demoré en publicar? Espero poder seguir haciéndolo mas a menudo. Ahora hablemos de la historia, este tipo Saul me enerva por decirlo de buena manera...Creo que todo se les comenzó a complicar y aun no ha ocurrido nada entre ellos...Saludos mis Darkers, oh me olvidaba ¿que piensan de la foto que hice de Mariano y Sofia?¿les gustarían mas cosas así o mejor me dedico a vender empanadas?xx

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