Capitulo 11

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Milton me dio el numero del tal Steven saque mi iphone para llamarlo dejarle bien en claro que debía pagarnos o sino iba a recibir un balazo de mi parte, a la segunda timbrada contesto.

—Hola ¿Quién habla?

—Soy Matt Bomer, te llamo para decirte que tienes 24 horas para pagarme los 50 mil que me debes o voy buscarte y matarte ¿Entendiste? — Dije con frialdad.

—Yo… Yo voy a pagar se que me he estado atrasado con el pago pero…— Dice asustado.

—No quiero saber tus excusas— Lo interrumpo—Ya lo sabes solo tienes 24 horas, es el máximo de tiempo que te doy.

Cuelgo el teléfono, Milton esta fumándose un cigarrillo y me encendí uno a mi, enseguida le doy una gran colada estas cosas enseguida me ponían de mal humor y la única forma que tenia para calmarme es darle una visita a Emily nadie como ella para tranquilizarme los nervios.

—¿Qué paso con el asunto de los diamantes?

—No me hables de esa mierda— Gruño enojado— Los diamantes que robamos eran falsos.

—¿Falsos?— Dice preocupado.

—Si, no sabes lo enojado que estaba cuando me di cuenta que eran cristales, mi socio Bruce estaba desconcertado como yo.

—¿Entonces que harás con eso? Esos millones nos hubieran caído muy bien al negocio.

—Lo se— Le dio otra colada a mi cigarrillo— Aun tengo pensado robarlos antes que el viejo Bledel los venda.

—¿Tienes algo en mente?

—Aun estoy pensando que voy a hacer.

En realidad no quería contarle de mis planes a Milton sobre como iba a robar los diamantes rosas donde incluía a la hermosa hija del viejo Bledel tenia que ser realmente cuidadoso si quería que todo saliera a la perfección en esta ocasión.

—Esta noche habrá una pelea Tito vs. Hércules ¿Te animas a ir?— Me propuso Milton.

—Se escucha bien, ahí estaré… Debo irme, Milton— Nos damos las manos.

—Me tienes informado todo respecto al niñato de Steven Harrison.

—No te preocupes, ese asunto se acaba hoy mismo.

****

Justin y Raymond están sentados en el sofá jugando videojuegos, agarro mi cerveza le doy un buen trago luego comienza a sonar mi celular, es un numero desconocido lo cual me extraña, no le doy mi numero privado a cualquiera.

—¿Quién es?— Respondo de mala manera.

—Soy Alice Bledel ¿Eres tu, Matt?

—¿Alice?— Me levanto del sofá de un salto, sorprendido que esta chica tuviera mi numero.

Justin enseguida pone en pausa el juego, ambos me miran intrigados por haber mencionado el nombre de Alice, me alejo un poco de ellos.

—¿Cómo conseguiste mi número?

—Eso es lo de menos— Resopla— Necesito verte.

—¿Quieres que tengamos una cita?— Digo bromeando.

—Estoy hablando en serio— Dice entre dientes, estoy seguro que debe estar roja de la rabia y eso me hace reír.

—Yo también, Musa— Sonrió— Sabia que muy dentro de ti te gusto, solo que te hacías la dura conmigo.

—De verdad que contigo no se puede hablar con seriedad. Necesito verte para proponerte un trato.

—¿Un trato? Suena interesante, en ese caso puedes venir a mi apartamento.

—Prefiero un lugar neutral con mucha gente.

—¿No confías en mi, Musa? Te aseguro que mi apartamento no va a pasar nada que tú no quieras, por más que yo desee foll…

—¡Cállate!— Me grita, tengo que apartar el teléfono de mi oreja pero no evitar reírme— No, no confió en ti. Eres un criminal y un sádico ¿Quieres mas razones?

—¡Auch, eso dolió!— Digo indiferente— Es mi apartamento o nada, Musa. Es mejor que aceptes, a mí nunca me ha gustado perder.

—Esta bien— Dice derrotada— Dame tu dirección— Le dicto mi dirección.

—Oh Musa, voy a contar los segundos para verte… Ponte algo sexy me gustaría ver ese lindo trasero otra vez.

—¡Bastardo!— Luego cuelga bruscamente haciéndome reír.

Justin y Raymond me observan intrigados, tomo de nuevo de mi cerveza con una gran sonrisa en mi rostro.

—¿Entonces para que te llamaba Alice Bledel?— Pregunta Justin.

—No lo se, esta noche lo sabré quiere proponer un “trato”.

—Mierda, Bomer… No me digas que vas a tener sexo con ella— Dice Raymond.

—Puede ser— Me rio— Si eso sucede, ustedes estarían perdiendo la apuesta.

—Aun no cantes victoria, Bomer— Dice Justin.

****

Estaba sumamente nerviosa porque estaba iba a verme con Matt, dijo que “me pusiera algo sexy” pues hare todo lo contrario me vestí con un blue jeans, una camisa negra manga larga que también cubría mis pechos y unos zapatos converse. Me amarre el cabello en una coleta y no me puse maquillaje, iría lo menos presentable posible.

Ahora el problema seria como iba a salir de mi casa sin que nadie se diera cuenta, Rocco estaría allá abajo atento porque si se me ocurre salir de la casa. Tenia que pensar en algo rápido.

Abro la puerta y me encuentro con Vicent, que me ha dado un susto de muerte.

—¿A dónde vas a ir, Alice?

—Voy a visitar a Caroline— Le digo tratando de sonar tranquila.

Vicent frunce el ceño como sino me creyera, mierda.

— ¿Por qué me miras así?— Reí nerviosa— Caroline es mi amiga, lo sabes.

—Claro que lo se— Dice fastidiado— Procura que Rocco vaya contigo, no quiero que andes sola por allí sin protección.

— Lo que tu digas, papá—Pongo los ojos en blanco, camino hacia las escaleras.

—Hablo en serio, Alice— Dice en voz alta.

—Te escuche, Vicent… Deja de joder.

Cuando baje las escaleras me encamine hacia a la cocina, allí vi a Rocco hablando con la señora de servicio era la oportunidad perfecta para poder escaparme de casa, corrí hacia la puerta principal mirando a todos lados, no había nadie por suerte… Luego corrí hacia mi auto un bonito pero lujoso porsche Ferrari negro que me regalo mi padre cuando cumplí 21, enciendo el motor y me marcho a toda velocidad.

****

Llego al apartamento de Matt, me dijo que vivía en el piso 2 fui directo a la puerta que tenia numero 10 como él me había dicho, estaba muy nerviosa pero tenia que salvar a mi amigo Steven por mas que tenga esa adicción, no podía dejarlo solo cuando me necesitaba, toco la puerta un par de veces y mi corazón late con fuerza, cuando escucho el sonido de la cerradura.

Matt abre la puerta con esa estúpida sonrisa en su rostro el bastardo esta realmente bueno con el cabello despeinado y no trae camiseta lo que me oportunidad de mirarle sus pectorales se ve que hace ejercicios, me mira de arriba abajo frunciendo el ceño desaprobando mi atuendo y vuelve a mirarme al rostro.

—No se si esto para ti sea sexy, Musa— Señalando mi ropa.

—A mi me parece casual y apropiado— Digo satisfecha.

 —Bueno en realidad no interesa lo que lleves puesto, me importa mas es verte sin nada— Dice con un tono seductor.

De nuevo siento que mis mejillas se encienden, que facilidad tiene al hacerme sonrojar… Maldito hombre.

Ciudad Del Pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora