Capitulo 29

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Él seguía moviéndose muy rápido dentro de mi, solo se escuchaban nuestras respiraciones agitadas y a veces gritaba su nombre, me tocaba, besaba, acariciaba cada rincón de mi cuerpo, me decía cosas tiernas al oído y eso me gustaba.

Aquí estoy en un sofá desnuda con un hombre encima de mi penetrándome como sino hubiera mañana y yo disfrutando a toda plenitud nuestros cuerpos moldeándose a la perfección, muevo mis caderas para recibirlo mas a fondo mientras seguía deleitándome con lo que Matt me daba, es un hombre fuerte, ardiente y apasionado lo que cualquier mujer desea… Matt me había cautivado en solo días ni siquiera Jason había sentido tanta excitación ni lujuria pero con Matt es diferente es como un volcán a punto de estallar en mis entrañas que calienta cada partícula de mi piel.

— Oh musa, me gustaba tenerte así ardiendo de deseo por mi mientras grita a mi nombre— Dice en mi oído en tono muy erótico— Si, nena.

— Por favor— Logro decir con los ojos cerrados arqueando la espalda siento sus labios recorrer mi hombro.

— ¿Por favor que? Mírame, Musa… Quiero que me mires— Abro los ojos directo a los suyos que estas oscurecidos— Cuando te hago el amor ¿Entendiste? Me gusta verte como te retuerces en mis brazos mientes penetro en ti una y otra vez.

— Quiero todo de ti, Matt…Por favor, bésame— Coloco mis brazos alrededor de su cuello para traerlo hacia a mi.

Matt posa sus labios contra los míos, mordiéndolos y saboreándolos a su antojo, me gusta como besa es ardiente como su lengua roza con la mía.

— Te has vuelto mi maldita droga, Alice… Eres mía, solo mía… No quiero que nadie más te tenga, solo yo puedo estar dentro de ti— Sus palabras embriagadoras me cautiva aun mas.

— Si, solo tu— Gimo con fuerte echando la cabeza hacia atrás, mi cuerpo se contrae y me agarro con mas  de sus brazos.

Mi liberación llega de forma poderosa mientras grito su nombre mirándolo a sus intensos ojos grises luego de unas embestidas más él me sigue llenándome por completo, cayendo agotado sobre mí con el pecho acelerado y las gotas de sudor cubriendo su cuerpo.

— ¿Estas bien? ¿Te dolió?— Me pregunta una vez sale de mi y rueda a mi lado, menos mal que el sofá es amplio puedo acunar entre sus brazos.

— Si y no— Respondo aun recuperando el aliento.

— ¿Te ha gustado?

— Ha sido perfecto— Sonrió, él se inclina y besa mi frente.

— Tu eres perfecta— Me envuelve en sus cálidos brazos, respiro hondo su olor tan masculino y fresco.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?— Lo escucho resoplar— Te prometo que solo es una.

— Esta bien ¿Qué quieres saber ahora?

— ¿Cómo fue tu primera vez?— Alzo la cabeza para mirarlo.

Matt frunce el ceño desconcertado por mi pregunta y me mira impactado.

— ¿En serio quieres saberlo?— Asiento con la cabeza— Fue con una prostituta llamada Karen cuando tenia 16 años, un día entre a donde trabajaba tenia unos 300 dólares en el bolsillo dispuesto a que ella fuera la primera, Karen conocía a Milton me dijo que no que eso la podía meter en problemas porque era solo un niño pero estaba enamorado de ella así que no me rendí hasta que conseguí que se acostara conmigo y gratis— Suelta una carcajada.

— Wow— De pronto siento unos enormes celos de esa Karen, Matt había estado enamorado de ella, la primera que amo y la primera con quien tuvo sexo, una simple prostituta— ¿Y que paso con ella?

— Dijiste que era una sola pregunta— Dice acariciando mi mejilla.

— Lo se pero quiero saber más de ti— Digo con inocencia, me inclino para besar su barbilla y gime bajito.

— Esta bien— Suspira largamente— Si que sabes convencerme… Después de lo que paso entre nosotros pasaron las semanas estaba deseoso por verla otra vez y recibí la noticia más dolorosa, Karen iba saliendo del bar, un borracho la atropello cuando cruzaba la calle, murió a los días en el hospital sus lecciones eran muy graves y no aguanto la cirugía— Cierra los ojos como si aun le doliera recordarlo.

— Lo siento mucho— Murmuro con tristeza.

— Eso fue hace tiempo, no te preocupes— Me da un pequeño beso.

Me muerdo el labio, todo queda en silencio y miro alrededor de la sala, quiero preguntarle otras cosas pero se que seguro va a enojarse no quiero ponerlo de mal humor pero deseo tanto saber de él.

— Alice, dispara de una vez—Resopla— Se que quieres decirme algo.

— ¿Te enojaras?

— Depende de la pregunta— Acaricia mi brazo.

— Entonces prefiero no decirla.

— De acuerdo, prometo no enojarme.

— Bien, cuando Emily vino a tu apartamento a darte el pésame por la muerte de Milton, ella dijo que era tu padre adoptivo— Siento que el cuerpo de Matt se tensa, mierda no debí tocarle ese tema.

Me mira con su frente arrugada y con una fina línea en sus labios hasta que por fin abre la boca para hablar.

— Si, es cierto. Él me adopto cuando tenía 12 años— Se pasa la mano por el cabello alborotahdo mas, se ve tan sexy.

— ¿Qué paso con tus padres?— Me atreví a preguntarle. Matt se mueve incomodo en el sofá.

— Eso me pregunto yo a veces, me abandonaron cuando era un bebe en un orfanato solo dejaron una nota que decía se llama “Matthew”.

— ¿No has pensado en buscarlos?

Matt se incorpora en el sofá sus ojos chispean pero de furia, lo que me hace parpadear asustada.

— En realidad me importa una mierda esas personas, no fueron ni serán parte de mi vida, así que ya deja de joderme con esas putas preguntas— Quita sus brazos de mí, se levanta del sofá enojado y comienza a vestirse.

— No quería hacerte enojar, lo siento— Balbuceo.

— Pues lo hiciste… Eres una jodida preguntona ¿Es que no puedes mantener la boca cerrada?— Me grita enfadado y doy un respingo.

— Matt, he dicho que lo siento— Mis ojos se llenan de lagrimas— No hay razón para que me grites.

Matt se va hasta a la cocina, dejándome en el sofá desnuda, temblando y a punto de llorar. Claro mi boca y yo teníamos que arruinar el momento. Me levanto del sofá, comienzo a vestirme cuando estoy lista voy a donde él esta mira por la ventana ha encendido un cigarrillo y exhala el humo hacia afuera.

— Es mejor que me vaya— Digo en voz baja no estoy segura que me haya escuchado ya que esta despalda.

Me dirijo hacia la puerta y giro la perilla cuando siento una mano tocando mi brazo.

— Por favor no te vayas, Alice— Dice en un tono suave y sus ojos relevan tristeza, no debí mencionar a sus padres es obvio que es un tema duro y delicado para él— Perdóname, no debí gritarte de esa forma es solo que…

— No tienes que explicarme nada, entiendo que soy una metiche y no debí meterme tampoco en tu vida privada— Digo apenada.

— Algún día cuando este preparado te contare todo pero hoy no, te quiero solo para mi… Solos tú y yo, sin que nadie nos interrumpa— Se acerca y me da un beso, pensé que sus labios sabrían a tabaco pero al contrario tienen un toque a menta y me deleito probándolos.

Me entrego a su ardiente beso colocando mis manos en su cuello, me alza en sus brazos, envuelvo mis piernas en su cintura y me lleva hasta otra habitación que hay en el apartamento donde me hace el amor otra vez, ambos olvidamos nuestra discusión, solo quedamos él y yo saciados y satisfechos. 

Ciudad Del Pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora