Capitulo 16

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Habíamos rastreado el lugar donde están Christian y su pandilla, estábamos afuera todos cargados con nuestras pistolas, listos para entrar recuperar lo que nos robaron y después matarlos a todos. Claro no precisamente en ese orden, lo importante es que todo tiene salir bien.

—Jackson y Kevin, vayan por la parte de atrás— Les ordene, ellos enseguida se fueron a la parte de atrás rodeando el galpón.

—Entremos de una vez ¿Que estamos esperando?— Dice Justin.

—Tranquilo, hay que hacer las cosas bien. Nada puede fallar ¿Entendieron?— Raymond y Justin asintieron con la cabeza, decidí sacar mi arma para verificar que el peine estuviera lleno de balas.

Entramos al galpón ahí estaban Christian y su grupo, al vernos se sorprendieron parecía algo asustado, lo cual me alegro porque esta noche no iba a salir vivos ningún de ese lugar. Me acerque a ellos despacio con una sonrisa irónica en los labios pero con la mirada clavada en Christian con ganas de vaciarle mi arma en la cabeza.

—Miren a quien tengo en mi humilde morada, nada más y nada menos que a Matt Bomer— Dice Christian levantándose la silla y dejando las cartas sobre la mesa— Es un gusto verte.

— No puedo decir lo mismo de ti, Christian. ¿Quién te crees que eres al venir a mi ciudad y robarme? Acaso no sabes que yo soy quien mando aquí.

—No sabia que este era tu territorio, hermano.

—No me llame hermano, imbécil— Dije molesto— ¿Dónde esta la merca que me robaste? Es mejor que me la regreses ahora o sino aquí se va a desatar el infierno.

—¿De verdad?— Se echo a reír— ¿Crees que te tengo miedo? Ya no me puedes intimidar con tus palabras, Bomer.

—Entonces será con esto— Saco mi arma y le apunto con él en la cabeza— Mi merca. Ahora. No lo voy a volver a repetir.

—Dispara de una vez, porque no te voy a regresar nada.

La puerta se abrió de repente, es Milton quien acaba de llegar viene con dos de sus guardaespaldas que están fuerte armados también.

—¿Qué mierda esta pasando aquí?— Pregunta.

—Esta rata robo uno de nuestros almacenes, sino me regresa la merca en este momento podre una bala en su cráneo— Dije mientras quitaba el seguro de mi arma decido a dispararle.

—Baja el arma, Matt— Me pide Milton, lo miro confundido y hago lo que me pide — Hay otras maneras de arreglar esta situación.

—Por fin un hombre sensato, tanto tiempo sin verte Milton.

—Christian, creí que no volvería a verte en este pueblo nunca más.

—Tal vez sentía nostalgia por eso decidí regresar.

—Regresaste para robarme ¿Acaso olvidaste que fui yo quien te enseño todo lo que sabes? ¿Así es como me lo pagas?

—Conoces ese dicho: “El alumno ha superado al maestro”— De nuevo sonríe quiero borrarle esa sonrisa de golpe pero estoy tratando de controlarme lo más que puedo.

—Danos la merca, Christian. Hazlo por la buena— Le insiste Milton.

—Lee mis labios, viejo. No— Los hombres de Christian sacan sus pistolas ahora todos nos estamos apuntando unos a los otros.

—Es tu decisión, quería resolver esto de buena forma que regresar lo que robaste y te dejaríamos vivo.

—No estoy seguro de ello— Responde muy tranquilo.

Veo a Jackson y Kevin que vienen silenciosos por la parte de atrás, les hago una señal con la cabeza le disparan a dos de los hombres de Christian. Todos comienzan a disparar, me escondo detrás de una de las columnas, me asomo de reojo veo a Christian corriendo no pierdo la oportunidad de dispararle pero fallo, maldigo en voz baja.

Por un momento las balas cesan entonces corro en dirección a donde fue Christian esta algo oscuro, camino despacio para no tropezarme con alguna cosa o que me sorprenda.

—Sal de donde estas, rata— Le grito a Christian— De aquí sale uno de los dos vivo.

—Tienes razón, ese alguien seré yo— Esta detrás de mi, me giro lentamente esta apuntando con su arma.

—Es mejor que me dispares ahora porque sino te voy a cazar como a la rata que eres y cuando lo hagas estarás pidiendo clemencia.

— Siempre te creíste el mejor, delante de Milton y de todos pero sabes una cosa. Esta noche seré mejor que tu, Matt.

—Siempre me tuviste envidia, Christian.

—Me importa una mierda ¡Hoy te mueres, infeliz!

—¡No!— Alguien me empujo y caigo en el piso, el sonido de un disparo se escucha ruidosamente.

Christian sale corriendo desapareciendo por la puerta, escucho el sonido de un rechinido de las ruedas de un auto, me quedo allí tendido por unos segundos con la respiración agitada.

—Matt— Una voz agonizante dice mi nombre, me doy cuenta de que se trata de Milton.

¡Mierda! ¡Esta herido! Me levanto del suelo, corro a su lado la bala le había dado en el estomago la sangre comenzaba a cubrir el piso.

—Tranquilo, voy a sacarte de aquí— Le digo aunque se que la herida es demasiado grave.

—Matt, escúchame— Dice con tosiendo.

—No hables, Milton. Todo estará bien— Le digo asustado.

—Te harás cargo de todo, lo se. Ellos te seguirán donde tu quieras, eres un buen jefe— Dice sosteniendo mi mano con fuerza— ¿Lo harás? ¿Me lo prometes?

—Te lo prometo— Mi voz suena cortada— No puedes morirte ¿Me escuchaste?— Dice con lagrimas en los ojos— Eres como un padre para mi.

—Tu como si fueras mi hijo.

—¡Matt! ¡Corre! ¡Vienen los policías!— Escucho la voz de Justin acercándose a nosotros— Mierda— Mascullo, alzo la cabeza para mirarlo se frena enseguida al vernos.

—Tienes que ayudarme a llevarlo, ahora— De nuevo miro a Milton quien tiene los ojos cerrados— ¿Milton? ¿Milton?— Toco su pecho no siento los latidos de su corazón.

Alarmado y asustado me inclino sobre él comienzo hacerle reanimación cardiopulmonar repetida veces pero nada funciona, no esta respirando.

—Matt, esta muerto— Me grita Justin.

—¡No!— Grito sin dejar de hacer la resucitación, siento las manos de Justin agarrándome del brazo— ¡Suéltame! ¡Tengo que salvarlo!

—Milton murió, debemos irnos ahora. Se acerca la policía— Es cierto podía escuchar las sirenas.

—¡Lo siento tanto!— Le digo al cuerpo sin vida de la persona que creyó en mi desde siempre, él único que me ha atendido una mano cuando todos me habían dado la espalda ahora se ha ido y no pude salvarlo.

Me levanto de suelo y salgo corriendo con Justin fuera del galpón, donde nos esperaba nuestra camioneta una vez adentro comencé a llorar tenia años que no lloraba, miro mis manos estaban llenas de la sangre de Milton.

Esa noche había hecho una promesa no importa cuanto tiempo me tarde pero iba a encontrar a Christian y lo voy hacer pagar por lo que hizo.

Ciudad Del Pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora