Capitulo 10

3.1K 83 0
                                    

Me levante con una tremenda reseca y con un brazo alrededor de mi abdomen al voltear me doy cuenta que se trata de la morena de la fiesta ni siquiera recuerdo como llegamos anoche estaba bastante borracho, quito su brazo encima de mi, ella se queja pero no se despierta… Me siento en la cama evidentemente aun desnudo, paso mis manos por mi rostro encuentro mi calzoncillo en el suelo y me los coloco, al abrir la puerta Sam comienza a ladrar y a saltar sobre mi reclamando su desayuno, saco la comida para perro y le sirvo un buen plato.

—Buen provecho, amigo.

Voy al baño a orinar y a cepillarme los dientes, una vez término voy a la cocina donde me sirvo cereal con leche, mientras como miro la hora en mi móvil.

—Mierda, son las 12 de la tarde— Termino de comer rápido, se me había olvidado que tenia un compromiso importante con uno de mis socios.

Entro en mi habitación para sacar ropa, darme un baño y salir de la casa cuando recuerdo que tengo a una puta en mi cama, la muevo bruscamente para que se despierte.

—Ey, levántate… Es hora de que te vayas.

—Pero es que aun tengo sueño. — Dice sin abrir los ojos.

—Me importa una mierda si aun tienes sueño, te viste y te largas.

—Eres malo— Hace un puchero— Así no se le trata a una dama.

—¿Una dama?— Suelto una carcajada irónica— Eres igual a todas las que me tiro, son unas putas… No me hagas repetir lo mismo— Digo enojado.

Por fin abre los ojos me mira enojada se levanta de la cama se pone su vestido excesivamente corto.

—Eres grosero, lo sabias— Aun dolida.

—Si, si eso me han dicho— Digo indiferente. Ella sale furiosa de mi habitación sin antes recibir los ladridos de Sam.

—Quita ese saco de pulgas de mi camino— Grita asustada.

—No es un saco de pulgas— gruño enojado— Quieto, Sam— Lo agarro de su collar— Vete antes que lo suelte.

Ella sale apresuradamente de mi apartamento sin mirar atrás, le di unas palmaditas a Sam mientras me reía de la morena, regrese a mi habitación de nuevo.

****

Prendo un cigarrillo mientras espero a mi socio Milton es mi segunda mano maneja el negocio conmigo puedo contar con él para lo que sea, Milton y yo crecimos prácticamente juntos cuando me fui para la calle cuando era un niño, él fue quien me dio techo y comida cuando nadie me quiso ayudar, le debo todo a ese hombre. Milton es bajito, cabello negro y ojos del mismo color pero amenazantes, muchos en la calle le tienen miedo ya que es capaz de acabar con cualquier que se interponga en su camino, es mi ejemplo a seguir.

—Matt— Dice cuando se baja de su lujoso auto.

Le doy una colada a mi cigarrillo y le estrecho la mano.

—Milton ¿Qué me tienes?

—Hay una persona no nos ha estado pagando.

—¿De quien se trata esta vez?

—Su nombre es Steven Harrison, tienes que matarlo.

—No soy un asesino a sueldo.

—Lo se pero has matado a muchos.

—Solo a los que me traicionan.

—Entonces tienes razones de sobras para matar a esta rata, nos debe mucho dinero.

—¿De cuanto estamos hablando?

—Unos 50 grandes.

—¿Cuánta droga le vendiste a ese pendejo?— Lo miro enfurecido, lanzo el cigarrillo en el piso apagando con el zapato.

—Varios kilos— Dice Milton pasando su mano por el cabello.

—Malditos niños ricos les gusta consumir pero no pagar.

—¿Entonces te harás cargo?

—Si, dime donde puedo encontrarlo... Matare a ese bastardo.

****

Mis amigos y yo estábamos en mi piscina disfrutando del día, Caroline y Jimmy estaban nadando hacia competencia mientras Ashley los animaba, yo estaba sentada tomando sol, veo de reojo a Steven que esta hablando por teléfono parece realmente angustiado, me levanto de la butaca y me le acerco, él finaliza la llamada parece asustado y nervioso.

—¿Qué sucede, Steven? ¿Pasa algo malo?

—No, no es nada— Pero se que miente se ve demasiado nervioso.

—Vamos, somos amigos desde niños, siempre nos hemos apoyado, puedes contar conmigo para lo que sea.

—Esta bien, te lo diré…Ven conmigo, no quiero que los demás escuchen. — Me agarra de la mano nos alejamos del resto.

—Dime que pasa, Steven… En serio me estas asustando.

—Le debo dinero unas personas— Dice nervioso.

—¿Cuánto les debes?

—Unos 50 mil.

—¡Steven!— Lo regaño— Es mucho dinero ¿Le has dicho a tu padre?

—Si, le digo seguro me mata… Alice, no se que hacer… No tengo esa cantidad, seria raro que se lo pidiera a mi papa casi ni nos hablamos.

—¿Y tus ahorros? — Le pregunto preocupada.

—¿Mis ahorros?— Se ríe sin humor— Me los gaste todo.

—¡Por Dios, Steven! ¿Cómo es que debes tanto? ¿En que gastaste esos 50 mil?

Steven se queda callado mirando avergonzado se lo que va a decirme es realmente grave lo puedo notar en su mirada pero es mi amigo sea lo que sea tenia que demostrarle su apoyo.

—Te apoyar sea lo que sea, Stev. dime de lo que se trata prometo no juzgarte.

—Esta bien, Alice… Voy a contártelo… Los gaste en drogas.

—¿En drogas?— Aquello fue realmente un fuerte golpe para mi, que uno de mis mejores amigos se drogara— ¿Estas consumiendo? ¿Desde cuando?

—Desde que tenia 17— Hace una mueca de desagrado— Lo se, lo se. Soy un asco de persona. Esta adicción es difícil de dejar ¿Sabes? Lo intentado pero puede conmigo.

—No se que decir, Steven… Esto es demasiado, nunca pensé que estabas metido en estas cosas.

—No puedes decirle a nadie, Alice. Debes ayudarme a pagarle a esas personas, me llamaron diciendo que tenía 24 horas para conseguirlo sino iban a matarme— Dice aterrado.

—Oh Dios— Me llevo la mano a la boca también asustada.

— Esta persona que amenazo es realmente peligrosa.

—¿Y como se llama?

—Matt Bomer, creo que ese es su nombre.

—¿Qué? ¿Cómo dijiste que se llamaba?

No puedo ser cierto ¿Matt Bomer? Es que este hombre esta en todos lados, cuando decía que iba a poner mi mundo al revés hablaba en serio, ahora estaba amenazando también a mi amigo con matarlo, tenia que hacer algo para que eso no pasara, tal vez si hablo con ese tal Matt podría arreglar las cosas y llegar a un acuerdo con él… Al fin al cabo no le conté a nadie sobre su propuesta de robar los diamantes de mi padre.

—Necesito que me des su numero— Le pido a Stev.

—¿Para que?— Dice confundido.

 —Solo dámelo, hare algo para ayudarte… No te preocupes todo saldrá bien.

Ciudad Del Pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora