Warrior | l. t. |

Capítulo 3

You're ripped at every edge but you're a masterpiece, and now you're tearing through the pages and the ink.

Louis

En cuanto el joven de veintitrés años entró en aquel conocido bar fue recibido por la mezcla de olor a cerveza y tabaco y por el sonido de las conversaciones mezclándose con las risas y con las bolas de billar chocando unas contra otras.

Aunque fuera el ambiente era frío y estaba nublado, en el local se aspiraba una atmósfera cargada y hasta sofocante, con una iluminación tenue y amarillenta que no hacía más que acentuar esa impresión.

A veces Louis se preguntaba por qué él y sus amigos seguían yendo a ese bar que normalmente solía estar abarrotado de gente de no muy buena calaña, sobre todo cuando había locales que seguro que eran mejores, aunque suponía que simplemente lo hacían porque era al que habían estado yendo durante los últimos años. Y, a pesar de algún que otro altercado, ojo morado y nariz rota, por lo general se sentían a gusto allí; además, el dueño los conocía de sobra y, al parecer, le gustaba tenerlos por allí, tal vez porque daban un poco de caché al lugar, ¿quién sabe?

Durante unos instantes lo único que hizo Louis fue quedarse en la puerta del local, en parte porque, por alguna razón, le reconfortaba echar un vistazo a aquel lugar y en parte porque estaba buscando a sus amigos.

Unos segundos más tarde los localizó al fondo del local; lo cierto era que resultaban bastante reconocibles, sobretodo por lo escandalosos que podían llegar a ser en ciertos momentos.

Louis atravesó el local pasando por delante de mesas a las que estaban sentadas varias personas que lo saludaron; después de tanto tiempo allí, prácticamente todos los clientes habituales lo conocían de sobra y, aunque Louis trataba de llevarse bien con todos ellos (no era gente con la que te convenía tener problemas), había algunos con los que no faltaban las miradas tensas y de advertencia.

Todos teníamos enemigos, ¿no?

Cuando llegó a la altura de sus amigos, se saludaron de la brusca pero burlona forma en que solían hacerlo y, como siempre, tomó asiento junto a su mejor amigo, quien parecía muy ocupado tratando de ligar con Taylor, una de las chicas más guapas y encantadoras del grupo, y también la persona de la que su mejor amigo llevaba pillado ya varios meses.

-Déjalo ya, Styles, sabes que no tienes ninguna oportunidad. – Dijo Louis, con una sonrisa burlona, mientras le robaba la cerveza a su amigo y le daba un trago.

En cuanto Harry escuchó la voz de Louis, dejó de centrar toda su atención en Taylor y se giró hacia él, para después darle un par de palmaditas amistosas en el hombro.

-Algún día, amigo mío, algún día. – Respondió, devolviéndole la sonrisa, para después quitarle la cerveza de las manos y terminar su contenido. – Sé que yo también le gusto. Si no, ¿por qué me tiraría los tejos de esa forma?

Aunque Taylor se encontraba tan solo a un par de sitios de distancia de Harry, el joven no tenía ningún reparo en hablar en voz alta; con todo el ruido que había en el local, era consciente de que, ni si quiera gritando, la chica le podía escuchar.

-Taylor no le tira los tejos a nadie; simplemente es así de simpática con cada persona de este jodido mundo. Si todo el mundo siguiese el mismo criterio que tú, todos se echarían encima de ella. Y, sin embargo, tú eres el único que aún no ha aprendido que Taylor es demasiada mujer para cualquiera de los desgraciados de este grupo. – Respondió Louis de forma pícara, sin poder contener una de esas sonrisas que eran tan comunes en él, en voz deliberadamente alta (que, teniendo en cuenta el alboroto del local, era prácticamente un grito) para que los amigos que estaban cerca de él le escuchasen.