Capítulo 50

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You and I walk a fragile line. I have known it all this time, but I never thought I'd live to see it break.

1988

Remote, each single star
Comes out, till there they are
All shining brightly: how the dews fall damp!
While close at hand the glow-worm lights her lamp,
Or twinkles from afar.

But evening now is done
As much as if the sun
Day-giving had arisen in the East:
For night has come; and the great calm has ceased,
The quiet sands have run.

Cuando Devi terminó de recitar los versos, cerró su libro de poemas de Christina Rossetti (una de sus autoras favoritas, sin duda) y permaneció en silencio, con los brazos de Jack aún a su alrededor y la brisa del mar acariciándole las mejillas sonrosadas.

Aquel día, como muchos otros, se habían refugiado en uno de los lugares donde sabían que disfrutaban de más intimidad: el límite oeste de la playa del pueblo, un sitio que, por lo general, permanecía desierto. La gente del pueblo no solía ir hasta aquella parte de la playa, ya que el paseo marítimo se cortaba antes de llegar a ella, y no era fácil alcanzar aquel rincón rodeado de rocas llenas de aristas contra las que chocaba con fuerza la furiosa agua de mar. Por lo general, las únicas personas que pasaban por allí eran las que, dentro de sus coches, iban por la carretera que se encontraba a unos metros del fin de las dunas de piedras, y que conectaba con el pueblo vecino, así que Jack y Devi, siempre que tenían oportunidad, decidían escaparse a aquel rincón donde sabían que era muy poco probable que les encontrasen.

Como aquel día, a pesar de ser principios de mayo, estaba nublado, habían decidido rodearse con una manta, colocándose en su posición habitual: Devi con las piernas contra su pecho y Jack tras ella, con las piernas abiertas para que Devi pudiese apoyar la espalda en su pecho, y sus brazos alrededor de ella.

Y en ese mismo instante ambos permanecían completamente en silencio, tal y como ocurría cada vez que Devi terminaba de leer un poema, pues a aquellas alturas ya sabía lo mucho que le gustaba a Jack cerrar los ojos y quedarse unos segundos quieto, dejando que las palabras de Devi continuasen danzando en su mente, como si ella aún siguiese recitando el poema.

Mientras tanto, Devi bajó la mirada y acarició con sus dedos la tapa de cuero del libro, solo para después pasar al tacto rugoso de las páginas. Frunció el ceño con frustración cuando llegó a aquellas páginas que estaban pegadas con celo, en un intento casi desesperado de volver a componerlas después de que su padre las hubiese rasgado aquella noche de gala en su casa en la que, al final, Devi se había escapado.

Sintió cómo un escalofrío le bajaba por la columna vertebral cuando aquellas páginas recompuestas trajeron de nuevo a su mente el recuerdo de aquella noche. Porque aquella noche no era más que la prueba de lo inestable y frágil que era su relación con Jack.

Una relación que su padre podía derribar en cualquier momento.

Aunque ahora Devi se encontraba en bastantes buenos términos con su padre, sabía que aquella nueva relación de cordialidad se basaba en una mera mentira, pues él aún creía que su hija seguía soltera. Una sonrisa de escarnio se expandió por los labios de Devi cuando recordó cómo su padre no paraba de repetir que "cuando al fin estuviese en Oxford, por fin encontraría a alguien a su altura, alguien que realmente la mereciese".

Lo que John Matthews no sabía era que las cosas no eran tan sencillas, y que unas nuevas dudas habían florecido en el corazón de Devi respecto a su futuro...

Unas dudas que, cuando Jack le dio un beso en la parte de atrás de su cabellera rubia, al fin tuvo el valor de poner en palabras.

Por ello, se giró, aún entre los brazos de Jack, y casi precipitadamente, dijo:

Warrior | l. t. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora