Warrior | l. t. |

Capítulo 20

1988

A veces Devi se arrepentía de haberse ofrecido a ser la redactora jefe de la revista del instituto. Había sido cuando apenas era una novata, por alta recomendación de su padre, que había insistido en que sería una muy buena baza para cuando por fin echase su solicitud para la universidad de Oxford; como siempre, Devi había tenido que acceder. Sí, era cierto que le encantaba el hecho de poder dar rienda suelta a su secreta pasión como escritora y encargarse de algo que, todo sea dicho, tenía bastante gancho entre los alumnos, y que sin duda le daría ventaja en su solicitud a Oxford. Pero también tenía sus contras; como por ejemplo, tener que quedarse hasta tarde en el Instituto para poder terminar de retocar la revista mensual.

Y aquel viernes no había sido una excepción; para cuando por fin terminó la versión final de la revista de febrero, el cielo se había oscurecido por completo y ella era la única pringada que quedaba en el Instituto. Y para colmo, en cuanto comenzó a recoger sus cosas un rayo cruzó el cielo con un estruendo y lo iluminó todo con un brillo blanquecino, solo para dar paso después a una lluvia torrencial que hizo pensar a Devi en el diluvio universal.

Oh, genial. Ni si quiera tenía paraguas. Lo que significaba que, para poder proteger la única copia en papel que todavía existía de la revista del mes (hasta el lunes no podrían sacar las copias en la imprenta), tendría que sacrificarse a sí misma y a su salud y cubrir con su chaqueta la carpeta de clase.

Por ello, cuando al fin salió del edificio principal del Instituto soltó un suspiro resignado. Tratando de ver algo a través de la gruesa cortina de agua que cubría aquella fría noche de febrero, se quitó la chaqueta y, con ella, envolvió cuidadosamente la carpeta que contenía la revista.

Bueno, probablemente mañana me despierte con un catarro terrible, pero al menos la revista estará en perfectas condiciones. Se dijo a sí misma, tratando de mantener una actitud positiva mientras se internaba bajo la gélida lluvia en la fría noche y caminaba hasta la parada de autobús más cercana, empapándose prácticamente al instante.

Por su parte, Jack conducía a través de la lluvia con una mano sobre el volante mientras tarareaba la canción de Deep Purple que sonaba a través de los altavoces del coche (Strange kind of woman), ensimismado en sus propios pensamientos y terriblemente cansado y hambriento tras haberse pasado prácticamente todo el día en el taller. Entre su trabajo con su padre y el tener que arreglar aquella moto que tenía en el garaje de casa, a veces sentía que apenas tenía tiempo para pensar en sí mismo o si quiera relajarse. Sí, todos los sábados él y sus amigos iban al Lucky man (el bar más famoso del pueblo) y se relajaban bebiendo cerveza y escuchando a su amigo Howard y su banda cada vez que tocaban allí, pero sentía que necesitaba pasar al menos una noche con alguien con quien pudiese desahogarse o simplemente mantener una larga conversación sobre esto o aquello. Volver a sentir ese tipo de cercanía con alguien. Desde que había roto con Brittany, había sentido como si algo dentro de él se rompiese, impidiéndole volver a compartir esa clase de íntima confianza con alguien. Aquello le hizo centrarse en su trabajo el mayor tiempo posible para poder mantener la cabeza lo más ocupada posible.

Pero había noches (como aquella) en las que simplemente quería desconectar de su vida y su rutina y olvidarlo todo al menos durante unas horas.

Era precisamente en aquello en lo que estaba pensando cuando, en un cruce de semáforos, la luz de una farola cercana iluminó a una figura empapada que se abrazaba a sí misma bajo la lluvia torrencial en una parada de autobús. A pesar de la espesa tormenta que caía, pudo distinguir el cabello rubio que parecía brillar con la luz de la farola. Y cuando dicha persona alzó la mirada, el corazón de Jack pareció dar un tirón cuando se percató de que era Devi, y de que tiritaba bajo la lluvia, empapada de pies a cabeza y sin nada con lo que cubrirse.