2016
Cuando Louis llegó a la cocina se encontró a Devi Fraser (Devi Matthews como nombre de soltera) de espaldas a él, de puntillas junto a las encimeras tratando de alcanzar un bol de ensalada de uno de los estantes más altos, mientras farfullaba palabras mal sonantes para sí misma de una forma que parecía ir tan poco con ella que Louis no pudo evitar soltar una risa entre dientes.
Al oírlo, Devi giró el rostro por encima del hombro, y una cálida y maternal sonrisa se extendió por sus atractivas facciones al ver a Louis ahí, contemplando la escena con hilaridad. Iba vestida con unos elegantes pantalones de cintura alta negros, un cinturón negro y una blusa blanca de manga larga con el dobladillo remetido por entre los pantalones. Su pelo del color del oro más puro estaba recogido en un cuidado moño y unos cuantos mechones moteados de alguna que otra pero casi imperceptible cana se le pegaban al rostro. Si no fuese por dichas canas o por las pequeñas arrugas que se formaban alrededor de sus ojos y boca cuando sonreía, habría parecido que tenía treinta años y no cuarenta y cinco. Un leve rubor se extendió por sus altos pómulos y dijo, con una dulzura que parecía única en ella:
-Oh, hola, cielo. – Soltó un suspiro resignado y se giró del todo. – Siento que hayas tenido que escucharme hablar de esa forma.
-Si pudiese la ayudaría, señora Fraser, pero, como habrá podido ver, en lo que respecta a llegar a sitios altos soy de muy poca utilidad. – Bromeó Louis, haciendo referencia a su altura, arrancándole de esa forma una encantadora risa a Deborah Matthews. – Si quiere, puedo intentarlo con una silla...
-Oh, no, no, no te molestes, cariño. – Dijo Devi, quitándole importancia con un gesto de la mano. – Tampoco necesito tanto ese cuenco. Pero muchas gracias, eres un sol. – Añadió, iluminando su juvenil rostro con una sonrisa. – Ah, y no hace falta que me trates con tantas formalidades. Eso de "señora" me recuerda lo vieja que soy ya. – Le guiñó un ojo. – Volvió a girarse y dijo: - Estoy preparando té y he hecho unas galletas, ¿quieres?
-Me encantaría, muchas gracias.
Ante su respuesta, Devi le hizo un gesto para que se sentase en uno de los taburetes que rodeaban la isla de la cocina, y, de cara a las encimeras, continuó con la preparación del té. Por fuera, cualquiera diría que permanecía completamente tranquila y serena, pero la realidad distaba mucho de ello. Mientras ponía la tetera a calentar al fuego, vio cómo la mano le temblaba ligeramente, por lo que inspiró hondo y trató de relajarse. Era cierto que estaba encantada con tener a Louis tanto por ahí: desde que él y Callie se habían conocido, su hija había mejorado mucho más de lo que lo había hecho en los últimos diez años. Y por fin, por fin, parecía que estaba alcanzando esa felicidad que ni si quiera Devi, por mucho que lo había tratado, había conseguido darle. La felicidad de Callie, al igual que la de Olivia, eran lo más importante para ella, y saber que Louis era quien estaba consiguiendo sacar a su hija mayor de ese pozo en el que se había sumido... simplemente sabía que nunca tendría palabras suficientes para agradecerle todo lo que estaba haciendo.
Pero por otra parte, cada vez que veía a aquel joven, una inesperada horda de recuerdos la atacaban y la volvían a sumir en ese pasado que muchas veces había tratado de borrar por completo de su mente. Cada sonrisa que esbozaba no hacía más que recordarle a Devi lo increíblemente parecido que era físicamente a Jack, y cada comentario burlón y alegre le recordaban con dolorosa facilidad al carácter abierto y desenfadado había caracterizado a Vanessa, la que una vez había sido su mejor amiga... hasta que todo se vino abajo.
Jack y Vanessa... aquellas personas que llegaron a significarlo todo para ella, pero de las que al final había tenido que separarse para siempre de una forma de la que nunca había podido recuperarse. Y Louis era tan sumamente parecido a su tío y su madre que cada vez que le veía no podía evitar sentir cómo un desagradable y doloroso nudo se apoderaba de su estómago, cómo el corazón parecía apuñalarla con cada latido...
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Warrior | l. t. |
Fiksi Penggemar~Falling in love can be a dangerous game ~ ❝ En un pueblo donde los secretos, el pasado y la venganza son protagonistas, tres parejas, en tres generaciones distintas, jugaron con fuego cuando no debían. Y al final, todas terminaron quemándose ❞