1988
-Las cosas con Kit van cada vez mejor. De verdad, es... Dios, no tengo palabras. ¿Quién me iba a decir que el amor iba a aparecer en mi puerta tan de repente? – Dijo Vanessa, en tono soñador, con una gran sonrisa grapada en los labios, mientras amasaba el pan una y otra vez, mezclando la nueva harina que había echado.
-O sea, ¿que ya os habéis besado? – Preguntó Maggie, mientras imitaba los movimientos de los brazos de Van con su propia masa de pan.
De vez en cuando, tras las clases, Devi y su hermana Maggie iban a la panadería y pastelería de Martha Tomlinson, la madre de Vanessa, para ayudarla a amasar pan o a preparar magdalenas, tal y como habían decidido hacer aquel día. Allí Martha las dejaba estar en la parte trasera de la panadería mientras ella misma se encargaba de atender a la clientela. A parte de considerarlas una ayuda muy agradecida, le gustaba tener a las tres jóvenes allí, pues llenaban la pequeña tienda de risas y encanto.
Para Devi, Martha siempre había sido la madre que nunca había tenido en la suya propia, Victoria. Desde que era pequeña, siempre había visto a Martha vistiendo su viejo delantal de cuadros, y todas y cada una de las veces en que la cubría de besos y achuchones Devi se deleitaba con el agradable olor a chocolate y magdalenas de su pelo y piel. Para ella, siempre había sido una especie de segunda madre.
Vanessa se detuvo momentáneamente en su tarea y permaneció inusualmente callada, con la mirada clavada en la masa cruda del pan, pensativa. Devi le lanzó una mirada de reojo justo en el momento en el que su amiga volvía a hablar.
-Mmm... bueno, no, pero no creo que no tarde mucho en besarme. – Replicó Van, con su dulzura y buen humor habituales. – Creo que realmente le gusto.
Maggie soltó un suspiro que tenía un aire romántico y sopló para apartarse un mechón castaño dorado del rostro.
-Ay, qué suerte tienes, Van. – Dijo, mordiéndose el labio inferior. Vanessa le dedicó una encantadora sonrisa. – Estoy deseando tener novio.
-Oh, de eso nada, hermanita. Aún eres muy pequeña, solo tienes catorce años. – Intervino repentinamente Devi, alzando la mirada de la masa de magdalenas que estaba removiendo en un bol. A pesar de tener los brazos llenos de harina hasta el codo, eso no la preocupó cuando se frotó la mejilla, que al instante acabó igualmente blanca.
Maggie compuso una genuina y profunda expresión de dolida indignación y Vanessa soltó una risita; le encantaban las pequeñas discusiones que las hermanas Matthews solían mantener.
-Tú tuviste tu primer novio cuando tenías catorce años. – Le recordó Maggie, con un brillo travieso en sus ojos verdes grisáceos.
Vanessa soltó una risita por lo bajo y dijo:
-Maggie 1 – Devi 0.
Devi le sacó la lengua a Vanessa en un gesto pícaro y le lanzó un puñado de harina a su hermana, que se tapó al instante el rostro con las manos, soltando un gritito.
-Sí, bueno, y mira cómo salió: fatal. – Dijo Devi, negando levemente con la cabeza. – Lo único que he tenido han sido desengaños amorosos. Hazme caso, Mags, no te pierdes nada.
-Oh, vamos, amiga, no te cierres al amor.- Dijo Vanessa, chocando su cadera contra la de Devi en un gesto cariñoso. – Ya verás cómo un día cualquiera, sin esperártelo, aparece alguien en tu vida y vuelves a enamorarte.
Devi se tensó casi imperceptiblemente ante las palabras de Vanessa, y rezó para que ni ella ni su hermana pequeña se hubiesen percatado de ello. Si tú supieses... Pensó. Si de momento había decidido no decirle a Vanessa absolutamente nada sobre lo que sentía en realidad por su hermano era, en parte, porque temía que fuese demasiado incómodo y violento para Vanessa, y, en parte, porque sabía que Jack no sentía lo mismo por ella, y prefería no hacer una montaña de un grano de arena.

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Warrior | l. t. |
Fanfiction~Falling in love can be a dangerous game ~ ❝ En un pueblo donde los secretos, el pasado y la venganza son protagonistas, tres parejas, en tres generaciones distintas, jugaron con fuego cuando no debían. Y al final, todas terminaron quemándose ❞