Capítulo 34

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1988

-Mi padre ha organizado otra maldita cena el sábado que viene. – Se quejó Devi, con un suspiro cansado. – Te juro que odio esas malditas cenas tanto que solo con pensar en ellas quiero arrancarme la piel. O arrancársela a alguno de los invitados, concretamente.

Jack, que caminaba junto a ella, le apretó con fuerza la mano, pues tenían los dedos entrelazados, sin poder evitar que una risita se escapase de sus labios ante el modo lleno de pasión con el que Devi había dicho aquellas palabras, y dijo, con dulzura y una sonrisa torcida:

-Acabo de caer en la cuenta de que siempre te estás quejando de esas cenas de negocios pero que, en realidad, nunca me has contado en qué consisten realmente.

Devi giró el rostro hacia él y, al ver la preciosa sonrisa que le dedicaba, no pudo hacer más que devolverle el gesto, pegándose más a él hasta que prácticamente caminaba apoyada contra su brazo. Aunque por lo general trataban de ser vistos en público lo menos posible, y mucho menos de la forma en que se encontraban en ese momento, aquel día en concreto habían decidido ignorar un poco aquellas "restricciones" que se habían impuesto para cuando estaban en público. Y la razón era que, aquella tarde, de camino a casa de Jack, prácticamente no había nadie por la calle, y más en aquel barrio que se encontraba en cierto modo bastante alejado del centro del pueblo y, por tanto, de todo el bullicio de gente.

-Lo cierto es que tampoco hay mucho que contar: son reuniones de negocios de mi padre con todos sus socios llenas de gente pomposa y superficial que se pasea de un lado a otro por nuestro gran salón haciendo gala de sus cara ropa y sus lujosas joyas. Mi padre me obliga a vestirme con un vestido y unos zapatos caros y a sonreír a todo el mundo como si me sintiese increíblemente feliz de que estén allí. – Soltó un nuevo resoplido. – Es horrible. Cuando era pequeña me gustaban más porque, mientras que mi padre no me descubriese, podía salir al jardín a correr y jugar con el resto de niños, pero ahora lo único que puedo hacer es quedarme de pie y sonreír hasta que siento que me duele la boca cuando en realidad lo único que quiero es esconderme de ese falso mundo hipócrita.

Jack sintió cómo una especie de agudo dolor comenzaba a anidar en su pecho ante la forma llena de desesperanza y tristeza con la que Devi había hablado. Dado que su familia nunca había tenido demasiado dinero, cuando era más joven siempre había soñado con ser un día inmensamente rico, pensando erróneamente, como desgraciadamente lo hacía mucha gente en el mundo, que el dinero era lo que realmente le iba a traer la felicidad. Pero Devi era el perfecto ejemplo de que no era así. Al fin y al cabo, ¿de qué te servía tener todo ese dinero si estabas sumido en un ficticio en el que la gente ocultaba su propia desgracia detrás de grandes diamantes y falsas sonrisas?

Jack sabía perfectamente, por todo lo que Devi le había contado y, además, por todo lo que él mismo había inferido de todas las conversaciones que habían tenido, de que la familia Matthews, por mucho dinero que tuviese, por mucho poder que ostentasen, había algo que jamás podrían tener: felicidad. Y Devi era la primera que sabía aquello, la primera en ser plenamente consciente de que, a pesar de vivir en una gran mansión y haber estado rodeada de lujos toda su vida, todo aquello solo le había proporcionado algo: Soledad.

Sintiendo cómo esos pensamientos parecían arraigar en su estómago, Jack acercó a Devi más hacia sí, tratando de demostrarle con aquel cálido gesto lo que no podía con palabras, tratando de aliviar de alguna forma el dolor que le provocaba el saber que la persona que más le importaba en el mundo sufría.

-Y lo peor es que esta cena no es más que un pretexto que ha montado mi padre para mostrarnos en sociedad a Phil y a mí. – Puso los ojos en blanco.

Warrior | l. t. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora