Capítulo 70

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What a shame
Didn't wanna be the one that got away
Big mistake, broke the sweetest promise
That you never should have made

[...]

You really blew this, babe
We ain't getting through this one, babe

1988

Como cada tarde de sábado, Victoria había seguido el mismo hábito al que se había acostumbrado después de todos aquellos meses. Se había puesto uno de sus muchos vestidos de cóctel y se había preparado como si fuese a pasar la tarde jugando al póker en casa de una de sus falsas amigas a las que ni si quiera consideraba como tal. Desde hacía unas semanas se preguntaba cuánto tiempo podría continuar con aquella farsa, y sobre todo se preguntaba cómo había podido engañar a John durante tanto tiempo; si bien era cierto que ella siempre había sabido jugar a la perfección con su papel de perfecta esposa sumisa, nunca se había molestado demasiado en ocultar lo mucho que le desagradaba el grupo de amigas con las que siempre se veía en la obligación de juntarse. Sin embargo, desde un primer momento John había parecido más que satisfecho con el repentino interés que Victoria había mostrado en pasar sus tardes de sábado con ellas, probablemente porque eran las esposas de importantes clientes de John y él mismo sabía que la buena relación de Victoria con ellas era un gran determinante para su propia relación con ellos.

Por eso, cuando la primera vez victoria, fingiendo la más absoluta indiferencia, le había dicho a John que iba a pasar la tarde con ellas, él, entusiasmado, la había animado a que continuase con aquella práctica, ya que "sin duda, le haría bien tener tiempo para ella misma de vez en cuando".

Lo que básicamente se traducía en que era la forma perfecta de no tener que estar pendiente de ella a todas horas pero al mismo tiempo sabiendo exactamente dónde se encontraba para poder seguir controlándola a distancia.

Poco sabía John del verdadero lugar donde Victoria pasaba sus tardes de sábado. Y en compañía de quién.

En más de una ocasión Victoria había buscado cualquier indicio en su interior de culpa por tener un amante aun estando casada. Al fin y al cabo, John, y sobre todo su madre, habían dedicado una gran cantidad de tiempo, desde que Victoria y John se prometieron, a enseñarle minuciosamente y a hacerla aprender qué era lo que se esperaba de una esposa de la alta sociedad. Y, claro está, la infidelidad era motivo de desgracia para toda la familia. Si era de la esposa, por supuesto, no del marido. Las infidelidades por parte del hombre siempre se escondían debajo de la alfombra como polvo que uno se niega a limpiar.

Y Verity, la madre de John, incluso había llegado a sugerirle a Victoria, una de aquellas tardes que habían pasado juntas moldeando a Victoria antes de su matrimonio, que se esperaba del marido algún que otro desliz. "Al fin y al cabo, los hombres son hombres, y debemos entender que tienen sus necesidades", había dicho, entre risas.

Sin embargo, Victoria no había encontrado ningún resquicio de culpabilidad en su corazón, que hacía tiempo había sido drenado de todo sentimiento o emoción. No sentía que debía sentirse culpable por nada. Y, para ella, no había motivo por el que debía parar.

Tampoco creía que pudiese incluso aunque quisiese.

Por eso, aquella calurosa y veraniega tarde de sábado Victoria se había subido a su coche y había conducido hasta el pueblo de al lado y a continuación hasta el hotel que se había convertido más en su hogar que su propia casa. Había estado a punto de cancelarlo, ya que, poco antes de marcharse, había pillado a John observándola con una estremecedora mirada de suspicacia que le había congelado la sangre en las venas. Pero, al final, se había dicho que no tenía nada de lo que preocuparse, así que simplemente había dicho que "se iba a pasar la tarde con las chicas" y, sin dar más explicaciones, se había marchado.

Warrior | l. t. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora