-Por favor, mamá, solo es una fiesta. – Suplicó Olivia, desde la puerta de la habitación de Callie, mientras observaba a su madre ir de un lado para otro del cuarto con la cesta de la ropa bajo el brazo.
-Ya te lo he dicho, Livvy: no. – Replicó Devi, ignorando la reiteración de ruegos de su hija. Entonces, metió unos vaqueros grises en la cesta y masculló, más bien para sí misma: - No sé cuántas veces le he dicho a Callie que no deje la ropa tirada por la habitación.
Olivia soltó un resoplido y sintió cómo una nueva ola de indignación parecía recorrerle de parte a parte. Tras el incidente en el que su madre la había descubierto volviendo por la noche a casa, Livvy se había cuidado de enmendar aquel error, por si, como en esta ocasión, le surgía un nuevo plan por la noche al que para ir sin duda necesitaría la aprobación de su madre. No obstante, cuando a Devi se le metía algo en la cabeza, no había quien la convenciese de lo contrario; en eso era igual a Callie.
-Mamá, no he vuelto a salir sin tu permiso. Sigo sacando sobresalientes en el Instituto y he vuelto a casa a la hora a la que me has dicho. ¿Acaso es tanto pedir que me dejes ir a una maldita fiesta? Rachel también estará. Y tú siempre dices que confías en Rachel. – Livvy esperó que, al nombrar a su mejor amiga, consiguiese que sus argumentos tuviesen mayor efecto en su madre.
Sin duda, Livvy no podía perderse esa fiesta. Iba a ser en casa de una de esas chicas tan populares del instituto y que parecía tener a todo el mundo en el bolsillo, y Olivia sabía que aquella era una fiesta que no podía perderse por nada del mundo: era, en realidad, todo un evento social, y para alguien de su edad, aquello tenía mucha importancia.
Además, iba a ser la perfecta oportunidad para ver a Adam, su novio. Había decidido no comentarle aún nada a su madre sobre el tema, porque sabía perfectamente cuál sería su respuesta: "Aún eres muy joven para tener novio, Livvy. Un novio no es más que problemas. Sola estás perfectamente". Y al hacerlo, Livvy no podía evitar sentir una especie de picor en el pecho, producido por algo parecido al rencor. Si bien era cierto que su madre no hablaba mucho de sus años de adolescencia (algo que nunca había llegado a comprender), Olivia sabía perfectamente que a su edad ya estaba saliendo con chicos. Por ello, no comprendía por qué tenía aquella obsesión con prohibirle a ella todo lo que había hecho en su juventud. Desde la perspectiva de la joven, no era justo.
Livvy chasqueó la lengua y su madre, aún revoloteando en la habitación de Callie (pues estaba aprovechando a que ésta había salido un momento a la librería para recoger su ropa), la ignoró por completo.
-Sabía que no debía dejarte ver Mean girls conmigo. – Masculló Livvy. – Te juro que no pienso emborracharme y que en la fiesta no habrá gente rara que no he visto en mi vida. – Añadió, haciendo referencia a una escena de la película en la que, precisamente, ocurría aquella situación.
Finalmente, Devi se detuvo en su tarea y observó con mirada cansada a su hija pequeña, tan increíblemente parecida a ella tanto física como interiormente. Ambas se sostuvieron la mirada durante un instante y, finalmente, Devi chasqueó la lengua y negó con la cabeza en un gesto de rendición.
-Está bien, pero a las once te quiero en casa. – Una amplia sonrisa se expandió por el rostro de Olivia. – Mañana por la tarde tengo que ir al bufete, pero le diré a Callie que te eche un vistazo antes de que te vayas.
Antes de que a Livvy le diese tiempo a replicar o a darle las gracias a su madre, Devi volvió a girarse y metió en la cesta de la ropa un jersey negro que Callie había dejado sobre su escritorio. Fue entonces cuando una tarjeta se cayó al suelo y, casi en un gesto instintivo, Devi se agachó y la tomó entre sus dedos. Leyó lo que estaba escrito tanto a ordenador como a mano y una leve sonrisa se expandió por sus labios. Entonces, se quedó unos instantes pensativa y, finalmente, dijo:

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Warrior | l. t. |
Fiksi Penggemar~Falling in love can be a dangerous game ~ ❝ En un pueblo donde los secretos, el pasado y la venganza son protagonistas, tres parejas, en tres generaciones distintas, jugaron con fuego cuando no debían. Y al final, todas terminaron quemándose ❞