Capítulo 25

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1988

Después de aquella cena, las cosas cambiaron completamente entre Devi y Jack.

Tras aquella noche en la que estuvieron horas sentados el uno frente al otro hablando, hablando y hablando hasta que todo el mundo abandonó el restaurante y el encargado, muy a su pesar, les informó de que debían marcharse, Devi y Jack, aunque en ningún momento lo pusieron en palabras, sintieron que una nueva conexión había nacido entre ellos.

La conexión de saber que, después de tanta búsqueda inconsciente y tantas noches deseando volver a conectar de aquella forma tan íntima con alguien, por fin habían encontrado a esa persona. De saber que por fin hay alguien que te comprende a la perfección.

Tras aquella noche, los encuentros fortuitos y supuestamente inesperados entre ellos aumentaron. La presencia de Jack en casa de sus padres era cada vez más frecuente, sobretodo siempre que Devi iba para ver a Vanessa. Devi siempre se encontraba a Jack justo cuando se marchaba, por lo que él se ofrecía a acompañarla, solo para tener un pretexto para poder hablar con ella un rato y poder escucharla reír.

Y Devi casualmente cada vez tenía que pasar más por delante del taller de Alex Tomlinson justo cuando Jack acababa su turno. Si tenía la suerte de encontrarse con él, de nuevo ambos decidían dar un paseo juntos y, como siempre, hablaban de todos los temas que podían imaginarse: al principio de temas menos personales como la política, la filosofía y el arte, hasta que comenzaron a hablar de sus pasiones, de sus sueños y su pasado. De sus familias, de momentos vergonzosos pero graciosos de su infancia. Jack le confesó lo mucho que le costaba confiar en la gente después de descubrir que su ex novia, Brittany, se había estado viendo con otra persona mientras estaban juntos, y Devi le confesó el miedo a que la gente terminase cansándose de ella que tantos desengaños amorosos habían dejado a su paso.

Hasta que un día decidieron dejar de fingir que sus encuentros eran casuales, y comenzaron a quedar a conciencia, aunque siempre a escondidas, debido a la situación de Devi con su familia, y, sobre todo, porque en Hollyville los secretos volaban. Ni Vanessa ni los amigos de Jack sabían a dónde iban los dos jóvenes en aquellas cada vez más frecuentes tardes en las que desaparecían, aunque comenzaron a sospechar algo al respecto.

Pero nunca llegaron a imaginarse con quien se estaban viendo respectivamente Devi y Jack.

En muchas de aquellas escapadas, ambos subían al coche de Jack y a veces simplemente conducían sin rumbo alguno cantando, al principio más cohibidos, pero luego a pleno pulmón, hasta que estallaban en risas y subían aún más el volumen de la radio. Ninguno de los dos olvidaría jamás aquellos momentos en los que juntos cantaron Livin' on a prayer, Bohemian Rapsody o Mamma mia.

Poco a poco, comenzaron a intimar cada vez más hasta que llegó un momento en el que sintieron que se conocían el uno al otro a la perfección.

En aquellas semanas en las que su amistad se hizo más cercana dieron paseos por los bosques que rodeaban Hollyville por la noche, hasta que encontraban un pequeño claro en el que se tumbaban en la hierba codo con codo y Jack, entusiasmado, le hablaba con pasión a Devi de astronomía y de todas las estrellas, constelaciones y planetas. Y a veces iban a un recodo escondido de aquella gran playa de guijarros y Devi leía poemas de uno u otro libro que siempre llevaba encima.

Porque al igual que a ella le encantaba escuchar a Jack hablar con tanta pasión de astronomía, él sentía que podría estar horas y horas escuchándola a ella recitar poemas.

Y al igual que su amistad creció, así lo hicieron sus sentimientos.

Para Devi, lo que comenzó siendo un enamoramiento platónico de adolescente pasó a ser un sentimiento mayor, más profundo y, sobre todo, más maduro. Pronto se dio cuenta de que lo que sentía por Jack no tenía nada que ver con lo que había sentido por ninguno de los otros chicos con los que había salido o que simplemente le habían gustado. Pues en aquellos momentos que pasaba junto a Jack sentía que su corazón podía explotar de un momento a otro y que unas poderosas mariposas le aporreaban cada recoveco de su cuerpo. Se sentía libre y feliz, por fin exenta de esas cadenas a las que se sentía constantemente atada. Podía dar rienda suelta a su verdadero yo y se mostraba tal y como era, pues sabía que Jack no la iba a juzgar. No sentía nada de bochorno en aquellos momentos en los que, solos en la playa, le enseñaba a Jack los pasos de baile que se había inventado de niña o comenzaba a cantar acapella haciendo mover su melena de un lado a otro, al igual que Jack no sentía vergüenza al imitar a Bon Jovi al cantar Livin' on a prayer o al hacer alguna imitación que, como Devi descubrió, se le daba de maravilla.

Warrior | l. t. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora