Capitulo 8.

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-Tenias razón  el vestido negro era más lindo- me dijo observándome.

-Gracias- respondí nerviosa y el me sonrió- ¿Nos vamos?-.

-Claro-hizo un arco con su brazo invitándome a entrelazar mi brazo con el suyo, lo acepte gustosa y caminamos a su camioneta. Abrió la puerta del copiloto, me ayudo a subir y la cerró por mí. Se los dije, todo un caballero

-¿Adónde quieres ir? – me pregunto una vez que ambos estábamos dentro del vehículo.

-Por tu mensaje pensé que ya tenías lugar Gian – reí.

-Bueno, esperaba a que tú lo escogieras- me sonrió- Recuerda que soy nuevo por acá....bueno, pero ¿Te parece si solamente paseamos por esta bella ciudad y si vemos algún lugar interesante nos detenemos?-.

-Suena bien – le sonreí.

Prendió su camioneta y poco a poco fuimos dejando atrás mi casa, me sentía bien a su lado, era todo tan tranquilo e intenso en mí ser a la vez. No se cómo describir su presencia, su porte tan varonil y su dulce carisma.

La tarde comenzaba a pintarse de un cálido tono naranja verano, mientras suaves estrellas comenzaban a aparecer en el cielo.

-¿Qué se siente tener 21?-pregunte rompiendo el silencio.

Gianluca sonrió ante mi pregunta e hizo una mueca divertida indicando sorpresa.- Bueno es como...tener 20 pero distinto-.

-Suena estupendo-dije con falsa emoción.

El río

-Lo siento- me dijo disculpándose con una amplia sonrisa en su rostro, supuse que era por mi pregunta y su respuesta tan...peculiar- Realmente nunca pensé en ello. Pero te puedo confesar que entre en crisis existencial hace una semana. Tú sabes, eso de envejecer.

-Con 21 no eres un anciano Gian-.

-Lo se...solo que fueron una serie de eventos que me llevaron a preguntarme cosas acerca de mi y cual era mi propósito en la vida-.

-¿Y llegaste a alguna conclusión?-.

-A muchas, pero al final descubri que solo importa una: ser feliz – me miro y me dedico una linda sonrisa – el dinero, el poder y esas cosas suelen ser efímeras, pero si eres feliz, ¿Qué más da?-.

-Si eres feliz hasta la tristeza es menos triste-le dije.

-Exacto, no es que puedas evitar el dolor y la tristeza, simplemente puedes decidir no sufrir-.

-A veces es difícil – confesé.

-Yo diría todo el tiempo, especialmente si tienes algo que te duela hasta cuando respiras y no sabemos cómo hacer para no sentirlo mas-.

-Se suele evitar sentir, así no hay dolor pero los demás sentimientos siguen al dolor y te quedas vacío – le dije sin evitar sonreír melancólicamente.

-Lo peor es que hay gente diciéndote a cada rato que no vale la pena, tu ya sabes-.

-Pero no puedes evitarlo...-dije terminando su frase.

- A veces siento que tú me conoces mejor que la gente que dice hacerlo, quizás por eso me agrade tanto tu compañía, es como dejar esa mascara que irradia alegría y sentir libertad de estar triste por unos segundos sin la preocupación de ser juzgado- estaba sorprendida por lo sencillo que era todo con Gian y saber que compartíamos lo que sentíamos cuando estábamos juntos me provoco un cosquilleo intenso.

-Creo que ambos somos tristes con vocación de alegres-.

Gianluca lucia emocionado por mi última frase, una chispa lleno sus bellos ojos

Il Mio Professore / Gianluca Ginoble (Il Volo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora