Il Mio Professore / Gianluca Ginoble (Il Volo)

Capítulo 92

[Gianluca]

—No — digo tomándola de los hombros para separarla de mí — lo siento, no puedo, Martina-.

Ella se deja caer a un lado de mí y se ajusta la camiseta. Luce decepcionada.

—Lo lamento-.

—Ya te has disculpado — dice con irritación.

—Es que realmente lo lamento — insisto — tú eres muy guapa... y has estado conmigo durante meses...-.

—Pero no puedes sacarte de la cabeza a tu ex — refunfuña.

—Se llama Alessa, no mi ex — le espeto.

—¿Ah, no lo es? — pregunta con sarcasmo.

Que idiota soy, claro que lo es... una cosa distinta es que yo me niegue a aceptarlo.

—Ahí lo tienes — me dice — tú no has dejado de pensar en ella como tu novia, aunque ya no lo es más y su historia haya terminado-.

Ella hace un mohín con la boca mira al techo.

—¿Estás molesta? — le pregunto.

—No, insatisfecha, pero no molesta, tú jamás me diste señales para creer que podía ocurrir algo entre nosotros... siempre has sido sincero conmigo y lo valoro mucho, Gian... es solo que...-.

—¿Qué?-.

—Te escuché hablando con tu hermano — dice rodando los ojos — yo sé muy bien lo mucho que aún te importa esa chica y que no tenemos nada, pero no me imaginaba que escucharte decir que significo nada para ti me afectaría tanto-.

Oh-oh. Culpa. ¿Realmente dije eso de ella? Martina ha sido estupenda conmigo y yo no hago más que estropear todo. Mi imbecilidad anda con todo esta temporada.

—No, Martina, no era mi intención..-.

—Venga — me interrumpe — no te lo he dicho para que me beses los pies-.

—Lo sé, pero no te mereces lo que dije de ti, lo dije sin pensar-.

—Lo dijiste con el corazón y no puedo culparte... igual tu tampoco significas nada para mi, no en el sentido de que eres un gran amigo y que te aprecio por ello, si no en que yo tampoco te amo Gian pero fue como quisiera probarme a mí misma que podía conquistarte. Te convertiste en mi capricho y eso no está bien-.

—Tampoco está bien que yo aceptara tus besos solo porque sí — le digo apenado — eres guapísima, pero no quiero meterme en tus pantalones si no voy a poder amarte-.

Ella ríe.

—¿Así que tú no eres de los que sólo tiene sexo?-.

—Lo sé, sueno como un marica, pero ya pasé por esto en una relación, buen sexo y nada más... — le digo — no fue malo y quizá antes de conocer a Alessa no me hubiese importado enredarme con una chica tan guapa como tú, pero ahora no puedo, no quiero amar a nadie más que no sea ella y quizá sea idiota, pero aunque ya no estamos juntos siento como si la estuviese traicionando... estúpido, ¿no?, rechazo sexo por querer serle fiel a alguien con quien ya no estoy, ¿qué clase de hombre soy?-.

—Uno de verdad — dice ella.

La miro y me da una sonrisa sincera.

—Tu chica es bastante afortunada por tener tu amor-.

—No creo que piense eso después de lo que he hecho-.

—Por qué mejor no dejas que ella sea la que decida eso-.