Il Mio Professore / Gianluca Ginoble (Il Volo)

Capítulo 70

-¿Acaso no hay horarios en el cementerio? – pregunta mi padre mientras levanta los platos con la cena que he devorado, no había notado cuanta hambre tenía hasta que vi el delicioso sándwich de queso que me preparó postrado ante la bandeja sobre mi cama.

-Creo que sí, supongo que el Sr. Ginoble habrá negociado con el guardia-.

-Bueno, me pareció muy inteligente que te buscara allí. Lo único que dijo fue "ella necesita a su madre" y salió corriendo, no me dio tiempo ni de seguirle la huella-.

-Tienes razón – le digo mientras me acurruco nuevamente entre mi edredón, tengo la chaqueta de Gianluca escondida debajo –Es muy inteligente-.

-Y también muy guapo – bromea mi papá – Apuesto a que eso levantó muchos suspiros entre ustedes los primeros días... o bueno, no estoy seguro de ti, sueles ser más astuta que eso-.

Claro, yo no suspiré por él... yo lo hice mi novio. Me limite a reír un poco.

-Si papá, el Sr. Ginoble es muy guapo, pero una vez abre la boca uno no puede pensar nada más allá de "que genial es este profe", se ha ganado el respeto y admiración de todos, cosa que no cualquier profe hace-.

-Sí, ya veo, basta escuchar como hablas de él-.

-Bueno, quizá eso cambia cuando nos bombardea con tareas – intento bromear para restar importancia - pero la mayor parte del tiempo le queremos mucho... y mi grupo en especial, pues es nuestro profe tutor-.

Mi padre parece divagar entre decir algo o no, lo veo dudoso.

-¿Qué te pasa? – le pregunto - ¿quieres decirme algo más?... me desaparecí toda la tarde, merezco un buen regaño...-.

-No es eso, aunque no saldrás librada esta vez, tu castigo será asignado por la mañana, basta que piense en él... es otra cosa-.

-¿Qué cosa?-.

-Hace rato cuando estaba con Gianluca, bien...-.

-¿Qué? – escuchar el nombre de Gianluca en la conversación si me hace sentir un poco nerviosa

-¿Por qué no me contaste sobre lo de tu noviazgo?-.

Mi alma viajo del inframundo al olimpo antes de volver a mi cuerpo. Me sentí palidecer y una especie de terror estuvo a punto de hacer que el sándwich de queso saliera de mí.

-¿Có-oh-mo? – tartamudee

-Venga, así que es verdad, basta ver tu cara-.

-¿Quién te dijo? – No puedo creer que lo sepa, pero puede que sea bueno, parece hasta cierto punto tranquilo y se mostró natural con Gianluca. Al menos que ya tenga los billetes listos para el siguiente vuelo a la Antártida.

-Gianluca, también me explico porque lo habías mantenido en secreto, quiero que sepas que no necesitabas hacerlo, Ercole y yo bien podríamos saber separar la vida de nuestros hijos del trabajo-.

-¿Él te lo dijo? – sigo sin creérmela, ¿por qué Gianluca no me ha comentado nada?.

-Sí, bueno, fue la psicóloga quien lo sacó a colación, ella no sabía que era un secreto-.

-¿La Srta. Diana lo sabe?-.

Perra chismosa.

-Sí, pero que acaso no los pillo cuando Ernesto fue a visitarte al colegio-.

Ernesto, mi papá sabe lo de Ernesto. El hecho es que no me hace sentir mejor. La mentira sube de nivel. Eso no puede ser muy bueno.

-Oh, sí, lo había olvidado – dije un poco nerviosa