Capitulo 19.

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Al abrir los ojos, la luz de la mañana me cegó momentáneamente y un agudo dolor en las sienes me hizo parpadear rápidamente, todo daba vueltas y el dolor de cabeza era constante.

Cuando finalmente reaccione un escalofrío aterró mi cuerpo al ver que no estaba acostado en mi cama y esas sabanas con las que estaba cubierto no lucían como ninguna que hubiera visto antes, entonces sentí que no estaba solo, gire la mirada unos centímetros y vi a Alessa plácidamente dormida en mis brazos

-Mier*da Gianluca, no ¿Qué hiciste?-por favor, que no fuera lo que estaba pensando, no así, no con Alessa, hice un esfuerzo por intentar recordar la noche anterior pero el dolor de cabeza no me permitía ni parpadear sin dolor. El terror que me invadió ante mis suposiciones desapareció cuando reaccione y me di cuenta que Alessandra y yo estábamos vestidos. Ahogué una risa por mis pensamientos. Me tome unos segundos para contemplar a Alessandra quien parecía ajena a mis últimos locos pensamientos. ¿Fue real?, me cuestioné, no soñé con Alessa, ella realmente estaba allí, en mis brazos aún, los sentía entumecidos pero no quería moverlos, no quería interrumpir su sueño, era lo más bonito que había visto en mucho tiempo, me preguntaba si así se sentirían esos enamorados cuando al despertar lo primero que ven es a la mujer que aman. Vaya, pero que pienso, no, como era posible que me permitiera considerarlo, no después de lo de Jessica, a quien creo que aún amo. No con Alessandra, por más dulce, hermosa y angelical que me pareciera no dejaba de ser mi alumna, una joven chica del colegio donde yo era profesor. Estaba mal de más de una manera. Me hacía sentir culpable, pero esos sentimientos eran completamente anulados cuando veía a Alessa a los ojos, llenos de vida cuando sonreía y ese pequeño hoyuelo que se formaba en su mejilla...Dios Mío.

Jessica, Alessa, Jessica, Alessa, dos chicas absolutamente diferentes. Yo tan confundido. ¿Qué sentía por cada una de ellas? Debía admitirlo, no podía seguir negando qué algo me ocurría con Alessa, ¿pero qué? Creía que la necesitaba porque ella lograba hacerme sentir bien, porque era reconfortante, pero era más que eso, ella me hacía sentir...completo. Me sentía libre, en confianza de poder mostrarme tal cual era, sin miedo a no cumplir expectativas. Era como si ella me conociera mejor que toda esa gente que dice hacerlo.

Pero Alessandra era un camino peligros, para mí y para ella, tenía que andar con cuidado, no merece ser lastimada, ella no merece a alguien roto, tanto como lo estaba yo, después de a alguien que le entregue todo y me pago con traición. Aunque yo mirara a Alessa como mujer, tal como lo había entendido en la tarde que pasamos juntos, cuando la vi de pie, en ese vestido negro de encaje, el hecho era que es una niña. "Cuatro años no son tanto" intenté convencerme, "a veces son muchos" me reprendió mi lado racional. Tomé un respiro y la observe unos segundos más.

-Haré lo mejor para ambos- bese su frente y suavemente me zafé de ella-Soy tu profesor, un pobre idiota sin suerte en el amor, esto debe terminar Alessa, quizá antes de que empiece.

Aunque algo me decía que ya era tarde.

Il Mio Professore / Gianluca Ginoble (Il Volo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora