Il Mio Professore / Gianluca Ginoble (Il Volo)

Capítulo 48

 -Así que... - dice Ernesto con las manos en los bolsillos –¿ vienes seguido por aquí?-.

Inevitablemente reí

-¿Eso piensas decir siempre? – le cuestiono

-No, pero es curioso que pasara dos veces contigo-.

-Que va... aún no puedo creer esto-.

-¿Qué cosa? – Me pregunta – Descubrir que tu cita de hoy es un apuesto galán – guiña un ojo – o que sea tan pequeño este mundo-.

-Lo segundo, en absoluto – bromeo y él abre la boca fingiendo indignación

- Hubieses visto tu cara cuando me viste – me dice

-Pues la tuya tampoco fue muy discreta – reclamo – Creí que gritarías mi nombre antes de que yo lo dijera-.

-Estuve a punto, pero de haberlo hecho hubiésemos tenido que explicar de dónde nos conocemos y no creo que tu padre sepa muchos detalles de su ausencia – me dice acusadoramente.

-Me estás acusando de algo-.

Ernesto ríe

-No Alessa, pero dime, tu papá sabe lo que ocurre con Gian-.

Ha dicho "ocurre" lo cual hasta donde mi lengua me permite entender es referente a una acción actual por lo que sumado a la leve sonrisa de Ernesto puedo presentir que sabe más de lo que yo supongo por lo que seré cuidadosa.

-No lo sé, ¿tu papá lo sabe?-.

-¿por qué?, ¿hay algo qué él tenga que saber? – me dice.

Me encojo de hombros

-Si te refieres a que el deprimido antisocial de Gianluca llegó a su fiesta de cumpleaños acompañado por una jovencita... no, pues hubiese pedido detalles que no teníamos ni Ignazio ni Piero , Ni yo... Ahora, si te refieres a lo que pasó después de que salieron de allí... por cierto, ¿qué pasó después de qué salieron de allí?. Gianluca no llegó a dormir - bromea.

-De acuerdo, basta Ernesto Ginoble, esto parece interrogatorio-.

Erny comienza a reír como si hubiese contado un chiste y estoy segura de no haberlo hecho.

-Si en eso eres idéntica a Gian... nada de detalles...-.

-De acuerdo – le digo – explícate porque no te estoy entendiendo-.

-Si Alessa, mira, si estoy suponiendo cosas porque ni Gianlu y ni tu se dignan en contarme que paso después del sábado... todo lo que puedo decir es gracias por cuidar de Gianluca-.

-Bueno, en primera, no seas metiche – Ernesto ríe – y en segunda lo de cuidar a Gian va por tu cuenta, que tú me lo pediste-.

-Si... pero no estabas obligada a responder a una petición que te hizo un desconocido-.

-No eras un completo desconocido, eres el hermano de Gianluca y los chicos sus amigos... y si te sigo encontrando a cada lugar al que vaya los sábados comenzaras a figurárteme muy familiar-.

-Ya Alessa..... ¡cuéntame!, ¿ya puedo decirte... cuñada?-.

Una ráfaga de calor sube hasta mis mejillas y las siento arder.

-¿Tomo tu cara como un sí?– pregunta disfrutando del momento.

-Yo... no... pero... Ernesto... - tartamudeo torpemente y él está que muere de risa.

-¡Alessa! – interrumpen diciendo mi nombre con sorpresa pero la sorprendida soy yo.

  -Oh, Sophie... - saludo pero bien podría ser una expresión de espanto

-No sabía que tú colaboraras en estos eventos-.