Capitulo 20.

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Al despertar, me estire libremente y abrí los ojos despacio, entonces note que Gianluca no estaba a mi lado ya. Porque Había estado allí ¿no? , comencé a dudar de la certeza de mis pensamientos y de mi seguridad respecto a los últimos hechos, pero bueno, una no todos los días salva a su profesor de historia universal de un bar y duerme en compañía de él. De otra manera sería muy extraño que eso ocurriera a menudo. Respiré profundamente y las sabanas aún tenían impregnado su aroma, giré la vista y en la silla de mi escritorio estaba aún el vestido negro.

Si-Susurré para mí misma- fue real.

Entonces porque no había señales aparentes de Gianluca. Me puse de pie y sujete mi cabello en una cola. Allí noté mi bolso y rápidamente lo revisé. Las llaves, seguían las llaves de la camioneta de Gianluca dentro, de una extraña manera me alegro la posibilidad de que él siguiera en casa. Salí rápidamente de mi habitación con la esperanza de encontrarlo.

-Gianluca-dije sin obtener respuesta- Gianluca, ¿sigues aquí?

Baje las escaleras y nada. El ya no estaba.

-De nada- dije con sarcasmo, cierta furia hervía en mí o quizás era decepción. Nadie me había obligado a ayudar a Gianluca, de haber desertado la invitación a su cumpleaños...pero no, en definitiva no me arrepentía de mis decisiones, pero aparentemente Gianluca si lo hacía. Se fue sin decir nada, gracias, adiós, fue un error, por qué tengo esta ropa, se fue sin darme ninguna explicación.

Camine por la sala y noté que en la mesa del comedor había un plato con cereal y algunos frutos, un vaso de leche al lado y una taza de café humeante, lo cual me indicaba que no tenía mucho de haber sido servido. Allí también había una nota que tenía escrita en su exterior "Para Alessa". Me senté en la silla y con los dedos temblorosos y el corazón palpitante empecé a leer.

"Alessa, espero que para cuando despiertes y leas esta nota el café no esté muy frio, ayer me dijiste que algún día te invitaría un cereal en compensación por la bebida que no supe preparar. Hablando de bebidas, lamento como no tienes idea que hayas tenido que presenciar (padecer y soportar) mi primera gran borrachera. Agradezco mucho lo que hiciste por mí, cualquiera otra persona no lo hubiera hecho, menos por su "horrible" profesor, pero tú te comportaste como una verdadera amiga. Sé que has de tener muchas dudas, créeme yo también, aun no me explico cómo traigo puesta esta ropa, prometo pronto aclarar tus dudas, darte las explicaciones que mereces. Este intento de desayuno no lo compensa todo y lo sé pero no puedo pensar en otra cosa.

Sabes, ahora sé porque la gente dice "no lo vuelvo a hacer". Gracias nuevamente Alessa, juro que no volverá a pasar

-Gianluca

PD: No encontré las llaves de mi camioneta, así que tomaré un taxi. No te quise despertar. Disfruta el desayuno.

Salí rápidamente y efectivamente la camioneta de Gian seguía allí. Fui a mi cuarto por las llaves, hice espacio en la cochera para la camioneta de Gian, afortunadamente el auto de mi papá no es tan bestial como el de Gian. Me sentí más segura con la camioneta adentro, por si alguien llegara, no tendría que dar explicaciones. Regresé a la cocina y me di cuenta que sonreía como una boba ante el desayuno de Gian, en eso el teléfono sonó y fue por el, además de sentarme en el sillón dispuesta a disfrutar mi rico desayuno

-Hola- dije mientras colocaba leche al tazón de cereal.

-Buenas tardes, ¿Hablo con la pequeña Russo?- dijo una familiar voz al otro lado del teléfono

-La más pequeña de todas...-bromee

-Me podría explicar esta pequeña porque ayer no contesto el teléfono-.

-No me dijiste que llamarías-.

-¡Ah¡ ahora resulta que debo hacer una reservación-.

-Papá, es que una con sus múltiples ocupaciones...-.

-Alessa, cariño, encerrarte en tu cuarto todo el día no es lo que calificaríamos como múltiples ocupaciones-me dijo y comenzó a reír.

-Paaa...llamaste para saludarme o para criticarme- me quejé.

-Está bien, ya... ¿Cómo estás princesa?-.

-Bien, estoy desayunando-.

-Alessa, desayunando a las 1:00 de la tarde-.

-¿Qué?- Eche un vistazo al reloj de la pared y efectivamente, era tarde ya- Wow, no sabía que era tan tarde...-ahora comprendo la urgencia de Gianluca por regresar a su casa.

-Saliste ayer?-.

-Sí, perdón por no avisarte, es que no lo tenía planeado pero a...un amigo fue su cumpleaños ayer y su familia le organizó una pequeña fiesta y lo acompañe-.

-Tranquila cariño, me alegro que comiences a salir, no lo habías hecho desde...-.

-Pero no te emociones-lo interrumpí- fue una excepción-.

-Eres una terca- me dijo.

-De alguien lo heredé, ¿no lo crees?-.

Mi papá reía y yo verificaba que efectivamente, el cereal que preparó Gian era delicioso.

-Me da gusto saber que estés bien y que hayas salido-.

-¿Por qué no eres un papá normal? ¡Me fui de fiesta sin tu permiso!- bromee- deberías castigarme-.

-Para ser un papá normal debería tener una hija normal, pero si eso quieres, estas castigada, ¡Sal más seguido!-.

Reí, mi papá era una de las pocas personas de quien tenía certeza que amaba, de las pocas con las que me mostraba abiertamente.- Te quiero-.

-y yo a ti pequeña, hoy el trabajo estuvo tranquilo, pero durante la semana presiento que no será igual, quizá no pueda llamarte-.

-No te preocupes- le dije- estaré bien-.

-Bueno mi amor, sigue con tu desayuno bizarro a las 1 de la tarde, regreso a más tardar el viernes-.

-Que tengas éxito con los americanos, ¡Convéncelos!-.

-Eso hare pequeña, cuídate mucho y que no se te olvide tu castigo-.

-Cuidado con lo que pides, que se puede convertir en realidad, chau, te amo-.

-Alessa, un último favor, felicítame a ese "amigo tuyo" que logro lo que yo no había podido hacer, sacarte al mundo-.

-¡Papá¡ no es lo que crees-.

-Eso dices, adiós-dijo entre risas.

Colgué y terminé mi desayuno. Me sentía como una mentirosa, aunque no lo era, solo no le había contado todo sobre Gianluca, el hecho de que era mi profesor, ah, claro, y que se había quedado a dormir en casa y usado su ropa. Si, detalles insignificantes...

                            ***

Trabajaba sentada en la alfombra de la sala, terminaba de escribir mi reporte sobre "Las causas de la II guerra Mundial" el cual había quedado incompleto a causa de un pequeño cambio de planes en mi rutina. De repente sonó el timbre. No tenía certeza de quien era, pero guardaba la esperanza de encontrarme con alguien específicamente, de un brinco me puse de pie y me arrepentí por usar esta ropa tan "casual". Tomé un respiró y abrí la puerta.

-Hola, creo que tenemos una conversación pendiente- me dijo el chico varonil al frente mío, usaba jeans y una chaqueta muy favorable a su imagen. Pasaba sus manos por su cabello, podría apostar que estaba nervioso.

Lo invite a pasar abriendo más la puerta sin decir ninguna palabra, no es porque no quisiera, solo que una revolución de sensaciones comenzó en mi cuando lo vi parado allí en mi puerta. Lo siento papá, creo que lo de salir de casa tendrá que esperar.

Il Mio Professore / Gianluca Ginoble (Il Volo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora