Capitulo 16.

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-Todo está bien Gian-le susurré- vamos a casa-.

Gianluca exhaló profundamente y terminamos el recorrido a su auto, la lluvia había bajado de intensidad, pero Gian y yo estábamos completamente mojados.

Coloqué a Gian dentro de la camioneta, pero ahora que él se encontraba en el asiento del copiloto, el sueño estaba a punto de vencerlo, ahora parecía tan sereno, con sus lindos ojos cerrados y esos pequeños mechones de pelo húmedos jugueteando en su frente, estaba ebrio, mi duda era el por qué habría bebido cuando él no suele hacerlo, sería por Jessica o por...no, no debía sacar suposiciones apresuradas. Prendí el motor y Gianluca abrió los ojos y yo le sostuve la mirada, en sus ojos ya no vi tristeza ni furia, ahora parecían haber sido ojos nuevos, serenos, llenos de paz, la mirada que me dedicó en aquel momento fue llena de ternura.

Puse en marcha el auto, en medio de la noche, con la lluvia casi como de rocío matutino, le había dicho a Gianluca que lo llevaría de regreso a su casa, sin embargo no tenía la más mínima idea de donde era su casa, mi casa no estaba muy lejos, tendría que llevar a Gian allí, no faltaba mucho para que amaneciera, intentaría bajarle la borrachera y que me diera su dirección, o que estuviera lo suficiente sobrio para regresar solo a su casa

                              ***

-Gian-le dije estacionando su camioneta en la entrada de mi casa-Gian...-volví a insistir moviendo su hombro- ya llegamos...-.

El solo gruño levemente y giro su cabeza al lado opuesto

-No seas así Gianluca-me quejé-¿me harás cargarte de nuevo?- tomé su silencio como un "si"- de acuerdo, al menos deberías perdonarme el reporte –bufé y bajé de la camioneta, abrí la puerta del copiloto y acomodé nuevamente a Gian en mi para poder ayudarlo a entrar a la casa.

-¡Como pesas!-le dije pero él parecía no escucharme, solo balbuceaba unas palabras que no llegué a comprender. Ahora si los tacones se estaban convirtiendo en mi peor pesadilla, como pude logré llegar hasta la sala de estar. Ambos estábamos mojados, mi cabello escurría y la ropa de él estaba empapada, debería subir a cambiarme o tenía un resfriado seguro, deje a Gianluca en el sofá más grande y subí a mi habitación, me deshice de la ropa húmeda lo más rápido que pude, tome una ducha flash y me puse mi pijama. Mi cama lucía tan reconfortante, la noche anterior había soñado con Gianluca, mi profesor y ahora, en menos de 24 horas me había salvado la vida, compramos juntos, fui a su fiesta de cumpleaños, había conocido a su hermano y mejores amigos y al a zorr...chica, si ella, quien le había roto el corazón, discutimos, lo rescate de un bar, se había quebrado por completo y ahora estaba en mi sofá durmiendo. Entonces una inquietud llegó a mí, yo estaba limpia y con ropa seca, dispuesta a acostarme en mi suave y cómoda cama, enrollarme en mis sabanas y descansar mientras Gian seguía con su ropa mojada, solo triste e incómodo en el sofá.

Salí del cuarto y me dirigí a la habitación de mi papá, saqué una de sus tantas camisetas en cuello V que tenía en su armario, una toalla y un pantalón tipo pijama, me dirigí abajo y Gianluca seguía en la misma postura en la que lo deje, me pare al costado suyo y tome un respiro profundo

-Esto es muy inapropiado...pero no puedo dejarte con esa ropa

Sentí mis mejillas arder de la vergüenza, senté a Gianluca quien parecía un muñeco de trapo, y comencé a desabotonar su camisa, botón por botón mi cara ardía siempre un poco más, lentamente su torso quedo descubierto, era torneado y definido​, no exagerado, ustedes saben era...sensual. Sacudí mi cabeza intentando controlar mis hormonas, tomé la toalla y sequé el torso de Gianluca, cuando estuvo seco le coloque la camiseta la cual le quedaba a la perfección, ahora debía deshacerme de sus pantalones húmedos y colocarle los secos, comencé por el cinturón, luego el botón y al final con los dedos temblorosos, la cremallera.

Me separe y tomé un respiro, parecía una viejita anticuada cometiendo un pecado, mis intenciones eran buenas , quería dejar a Gianluca en ropa seca pues no deseaba que se enfermara, pero no voy a negar que estaba nerviosa, ese hombre era mi profesor, ese BELLO hombre.

-Gianluca, si alguien entrara por esa puerta en este momento...esto luciría muy mal- le quite el pantalón y cerré los ojos, tomé a ciegas el pantalón de mi padre y comencé a ponérselo mientras mi Alessandra hormonal me decía que actuaba como la reina de las ñoñas. Finalmente termine de vestir a Gianluca, el color de mis mejillas aun no desaparecía, era una noche fresca pero sentí que mi frente se había llenado de gotas de sudor.

-Jessica-susurró Gianluca. El corazón se me encogió y un nudo se formó en mi garganta.

-Jessica no está aquí Gian- me di cuenta de lo cortada que se escuchó mi voz, como cuando estas a punto de llorar. No, otra vez no.

-Jessica- se quejó-yo te amaba tanto...

Una lágrima​ se escurrió por mi rostro, exhalé fuerte, ¿Qué más podía hacer?, lo ayude a incorporarse, no quería dejarlo solo, durmiendo en el sofá, creí que para cuando recuperara la sobriedad necesitaría muchas explicaciones, me dirigí a las escaleras, en ese momento odie aquello 17 escalones, Gianluca me apoyaba poco, era caminar con un muñeco de trapo. Como pude abrí la puerta de mi habitación, con Gian a cuestas, me pare al lado de mi cama y lo deje caer en ella, en ese instante perdí el equilibrio y caí encima de él, quien me rodeo con sus fuertes brazos y me apretó fuertemente logrando que mi cuerpo se estremeciera, mi corazón latía muy rápido, pensé que se saldría, sentí el peligro, como si estuviera jugando con fuego; Intente liberarme pero Gianluca me acerco más a él, abrió los ojos a medias y sonrió.

-Alessa-susurro suavemente- Ahora siento que si te pierdo, me pierdo a mí mismo.- cerro los ojos y sus brazos se cerraron por completo alrededor mío, entonces deje de luchar, estaba tan cansada, acurruque mi cabeza en él, sus palabras resonaban en mi cabeza, sus brazos me hacían sentir segura, me reconfortaba, era peligroso, una verdadera trampa mortal, todo mi ser racional decía que era una locura, pero la verdadera locura era que amaba todo esto. Cerré mis ojos y esperé que el sueño viniera por mí, allí en los cálidos brazos de Gianluca. 

Il Mio Professore / Gianluca Ginoble (Il Volo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora