Zayn Malik no era cursi. Era lo que, de cierta manera, todos sabían de él, y aún teniendo a un novio que derrochaba melosidad y amor por cada uno de sus poros, él era un caso perdido cuando se trataba de ser romántico. Era incapaz de decir te quiero de alguna manera mucho más dulce y menos común, tal como Niall, su novio, hacia.
No sabía si llamar a Niall con su apodo o llamarle cielo o cariño, nunca lo había intentado, sin embargo a su novio no le molestaba para nada e incluso parecía entender, puesto que Niall era su primer novio al cual realmente tomaba con seriedad y la relación era formal. Estaba más que claro que Trisha amaba a su nuero.
-Tengo que irme, pastelito-anunció Niall y beso la mejilla de su novio con dulzura, dejando sus labios el tiempo necesario para que no fuera un beso corto.--Pensé que te quedarías-se quejó Zayn y sentó al rubio teñido sobre su regazo.
-Tengo cosas que hacer.
El rubio hizo un puchero, llevó sus manos y las entrelazó detrás de la cabeza de Malik. Zayn beso el puchero, desasiéndolo y convirtiéndolo en una pequeña sesión de besos, lentos, como si se tratara de los simples roces que se daban los labios de ambos, agregando un poco de presión, moviéndolos al ritmo acelerado de su corazón.
-Mm-musito, alejando sus labios -Tengo que irme.
-Mañana vamos a cenar ¿Paso por ti?
Niall asintió emocionado, estaba casi seguro de Zayn había recordado su aniversario. ¡Estarían cumpliendo dos años de novios! Y tenía planeado pedirle matrimonio a su novio, muchos le habían dicho que esperara a que el morocho se lo pidiera, pero él no quería esperar más. Ya tenía el anillo que le daría y había practicado sus palabras un millón de veces frente al espejo, estaba listo.
En cambio Zayn, aprovechando que su novio ya se había ido, sacó el regalo que llevaba preparando desde hace mucho tiempo, la cena solo era una excusa si su regalo fallaba. Pero sinceramente, esperaba que no, le había dedicado tanto tiempo, pensando y escribiendo cartas que algunas terminaban hechas bolitas y tiradas en la esquina.
Incluso, Niall estuvo a punto de encontrar una de las cartas cuando lo ayudaba a estudiar para un examen, el rubio se molestó con él y terminó por irse de su casa, dejándolo que estudiara completamente solo, cabe decir que Zayn realmente ocupaba la ayuda de su novio.
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Niall se acomodó su cabello y suspiró guardando la caja en la se encontraba el anillo, se lo pediría durante el postre, estaba totalmente seguro de eso.
Zayn arregló su corbata viéndose en el espejo retrovisor, tomó el regalo para su novio y toco la puerta. El creía que le había quedado bien, pero le importaba más la opinión de Niall.
-Feliz aniversario-sonrió Zayn cuando su novio abrió la puerta. Se veía hermoso.
-Feliz aniversario, amor-respondió, lanzándose a sus brazos, aspirando su colonia.
Zayn extendió el regalo de Niall, dejándolo completamente sorprendido. Abrazo el oso de peluche que le dio, estaba y el olor a dulce que lo desprendía...se había hecho agua en la boca del rubio.
-Aww, pastelito. Gracias, te amo-beso su nariz, sus mejillas y su labios.
-Tal vez quieras ver que tiene adentro-sonrió Malik, devolviéndole un beso sonoro sobre su frente.
El rubio obedeció y abrió el cierre que se encontraba en la espalda del oso. Se encontró con una variedad de sus dulces favoritos y varios sobres, cada uno llevaba un apodo diferente y un dibujo del rubio. Niall aún no creía que su novio hubiera hecho todo eso para él.
- Zaynie...pastelito, como te amo.
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Niall retiró su plato y le dio un largo trago a su vino, se secó las manos en su pantalón y puso el anillo en su regazo. Era el momento. El restaurante estaba vacío, obra del morocho quien había logrado hacer un trato con el dueño.
- ¿Todo bien, Ni? -el rubio asintió.
-Uh, Zayn...quiero decirte algo.
Zayn lo miro confundido, sin embargo solo asintió. Niall se levantó aún confundiendo más a Zayn, abrió la tapa dejándole ver la argolla de plata con un diamante incrustado en el centro. Cuando Niall pensó en su novio Zayn, no era algo muy romántico pero era hermoso, era como si dijera mucho sin pronunciar nada, justo como Malik.
--¿Te casarías conmigo?
Zayn sonrió sorprendido y enternecido, todo al mismo tiempo. Luego soltó una pequeña risa, asustando a su novio.
-¿Por qué te ríes? - y Niall se puso a llorar.
-No, no llores.
Zayn se hincó frente a Niall y sacó de su bolsa un anillo de oro con un pequeño corazón bañado en oro blanco.
-¿Me harías el honor, Niall Horan de ser mi esposo?
