La luz del sol apenas aparecía en el pequeño hogar de Niall Horan. La casa estaba oscura pero se podía ver perfectamente.
El tocino friéndose y él bebe llorando, el confeti esparcido por todo el piso, no sabía ni siquiera saber qué hacer, además de concentrarse en cargar a su hijo mientras preparaba el desayuno. Aunque fuera muy temprano para él.
Niall estaba agotado tanto físicamente como emocionalmente, todo desde que el supuesto amor de su vida lo dejara diciéndolo que nada funcionaba en un nota. Tenía que cuidar de sus hijos; la pequeña Zhara y al bebé, el pequeño de 6 meses, Arles.
Solo había pasado un mes desde que se había levantado sólo en la cama, el armario solo con su ropa, no quedaba rastro del que alguna vez fue su todo. ¿Cómo había sido posible que todo acabara de la nada? Niall no lo entendía, pasaban los fines de semanas junto a sus hijos, se abrazaban en el sofá, tenían sesiones de besos en la cocina y el sexo era excelente. ¿Qué había fallado?
-Papi-llamó la niña de tan cortos 5 años.
-Dime linda-dijo, dejando a Arles en la cuna-Estoy preparando el desayuno.
-¡Sí! Te amo, papi.
-Yo también, princesa. Ahora a desayunar, que hoy tendrán que acompañarme al trabajo.
Sirvió un plato de huevos con tocino para su hija y se puso a darle el biberón al bebé, que al tener la mamila sobre su boca dejó el llanto, quitándole un peso de encima a Niall, pero pronto volvería a caer sobre el cuándo viera la nota junto a la puerta, era incapaz de moverla. Era su recordatorio de que todos lo abandonarían poco a poco.
Duchó a sus hijos y se encargó cambiarlos con ropa limpia e intento hacer lo mismo con él, pero su ánimo y tiempo no eran suficientes para lavar la ropa o encargarse mucho de él. Su vida consistía en cuidar de sus hijos, intentando que no les faltara su otro padre, aunque no era digno siquiera de ser llamado así. Luego estaba su trabajo.
Paso por la puerta, viendo la nota. Sus ojos se llenaron de sus lágrimas, ya no quería estar más ahí, no quería vivir más. Estaba tan cansado de todo, tan agotado. No comía, no dormía. Su estado empeoraba a cada día que pasaba, pero seguía despertándose por sus hijos. Las horas convirtiéndose en días, solo quería detenerse por un momento. No tenía el tiempo de recuperarse.
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- ¡No me llames hasta que tengas todo, estúpido!
Zayn Malik lanzó su teléfono al asiento del copiloto con furia, las cosas parecían estar en su contra ese día. Apretó el volante con fuerza ¿Por qué el tráfico no avanzaba? ¡Ya iba tarde!
Su vida se basaba en su trabajo y más ahora que estaba a cargo de los tontos novatos, y le creyendo que iba obtener un mejor puesto. No se quejaría solo seguiría con su trabajo, era lo único que lo mantenía estable.
Vivía solo, casi no hablaba con su familia y su última pareja lo había engañado hacía menos de seis meses. Los viernes en las tardes, después del trabajo, se sentaba en su sofá, encendía un cigarrillo y se quedaba dibujando cosa tontas hasta que el reloj le daba las 10, salía a cenar con sus pocos amigos y luego volvía.
Miró a sus alrededores desesperado, encontrándose con una niña rubia con la cara llena de chocolate que lo saludaba con una sonrisa. El tiempo pareció detenerse. Zayn se sintió aliviado. Le sonrió de vuelta a la niña.
-Hola, pequeña-saludó, con una sonrisa.
-Hola. Me llamo Zhara y ¿tu?
-Zayn-se presentó, estirando la mano hacia la niña para estrujarla lentamente.
La atención de Zayn viajó hacia el conductor que llevaba sus lágrimas llenas de lágrimas y se las limpiaba sollozo tras sollozo.
Niall volteo hacia el morocho al darse cuenta que lo observaba. Miró con cautela esos ojos color miel llenos de misterio, de esos que quieres mirar por mucho tiempo y descubrir todos sus secretos.
- ¿Te encuentras bien? -pregunto Zayn.
-Si solo que...Estoy bien-termino por decir.
-Vamos, puedes contarme.
-Sinceramente, no quiero contarle mis problemas a un desconocido.
-Podríamos dejar de serlo.
Ambos sonrieron, guardando esperanzas en sus ojos. Todo podría ir bien.
-Papi-rio la pequeña-¡Arles me sonrió!
Todo iría bien.
Hola mundo
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3 meses después.
-Arles está dormido y Zhara se quedó con mi madre-anunció Niall y Zayn sonrió, volviendo besar la boca de Niall, introduciendo su lengua. Recostó al rubio sobre la cama.
-Será una noche larga.
Se volvió acercar a los labios del rubio y los besó con ternura. Por fin ambos tenían lo que necesitaban.