Niall sintió la madera fría bajo la sus pies, había despertado sofocado y la vista la tenía la vista borrosa del ojo derecha, le era incapaz enfocar. Le pasaba a veces cuando se encontraba muy estresado, y conocía la razón de su estrés: tenía en manos el divorcio de una señora que no paraba de morderse las uñas y le costaba cerrar la boca, además homofóbica, pero lo único que podía hacer era mantenerse en silencio y darle los servicios a la señora, que a pesar de sus defectos tenía todo el derecho de quitarle a su marido lo que le pertenecía.
Abrió el ventanal de su apartamento, ignorando el frío clima, preparó su café con poco azúcar y lo bebió mientras se preparaba para su día. Iría al gimnasio, trabajaría, almorzaría, más trabajo, vería a Zayn y lo que seguía de aquello ya no tenía relevancia para Niall.
Había pasado un mes desde que Zayn había sido juzgado y declarado culpable. Cada viernes asistía a la visita sin falta, incluso había faltado a conferencias importantes para ver a su morocho, quería asegurarse que se encontrara bien pero cada visita era una astilla más en sus corazones ¿En verdad durarán veinticinco años así? Era una cadena para los dos.
Niall soltó un gran suspiro nervioso cuando vio la hora que marcaba el reloj, la hora de visita. No le hacía sentir mejor ver a Zayn, le causaba un toque de esperanza pero le llenaba de realidad. No le gustaba tener que ver a su novio a través de un cristal sucio, viejo y grueso, odiaba no poder tocar a Zayn, odiaba tener que usar ese estúpido teléfono para hablar con él y se odiaba a si mismo por no haber evitado todo eso, porque pudo haberlo hecho pero falló en su intento. E incluso culpaba a Zayn. Si no hubiera estado muy ocupado besándolo tal vez hubiera encontrado más pistas, o si en vez de enamorarse de su cliente, se hacer su hubiera preocupado solo por hacer un trabajo mediocre y así no sentiría ni remordimiento.
Pero solo eran hubiera.
Se había enamorado de Zayn y había perdió el caso.
- Hola, Ni- le saludó Zayn atreves el teléfono negro. Se sentó en la silla frente a Niall, lo único que los dividía; el cristal. - ¿Cómo ha estado tu día?
- Bien- respondió el rubio. Era la misma pregunta de cada viernes y Niall respondía con la misma respuesta.
Zayn sonrió de lado formando una mueca. El traje de la prisión hacía que su piel luciera más bronceada y su barba le hacía ver un año más viejo. Un morete descansaba en su pómulo izquierdo que se había conseguido gracias a su compañero de celda, al menos eso le había contado a Niall. Seguía luciendo hermoso a los ojos del irlandés.
- Te extrañe- dijo Niall, rascándose la ceja con su mano derecha mientras que con la otra sostenía el teléfono.
- Yo también te extrañe.
Hubo un silencio por algunos minutos, solo contacto visual hasta que ambos soltaron es risas calmadas, como si se tratara de mantenerse de adultos serios y tranquilos. Cuando se veían cada viernes era lo que hacían; ponerse al día y luego mirarse hasta que uno riera o se sonrojara, también había días en los que Zayn le contaba a Niall las leyendas de la prisión.
- Cásate conmigo- Niall propuso cortando el silencio, logrando así, eliminar la sonrisa del moreno.
- ¿Qué dices? - Zayn pronunció amargamente. Era como si el Zayn que Niall conocía hubiera desaparecido.
- Casémonos- repitió Niall.
- Estoy en la cárcel, no puedes pedirme que me case contigo.
Niall miró con tristeza el anillo que reposaba sobre las yemas de sus dedos donde giraba lentamente, siendo realmente bello y elegante. Niall había gastado todo lo que había ganado ese mes para poder comprar el anillo y por fin declararsele a Zayn. Y sabía que dolía pero quería casarse de con el moreno, a pesar de que estuviera encarcelado. Esperaría lo que tuviera que esperar.
- Haré lo que tenga que hacer para que salgas- prometió, se levantó y se fue sin decirle nada más a Zayn.
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- Yo...sé quién fue el asesino.
Louis dijo en voz alta por tercera vez frente a Harry para prepararse y poder decírselo a Niall, pero si decirlo la primera vez frente al rizado le tomó valor, lágrimas y mucho más, no quería imaginarse lo que pasaría en cuanto Niall apareciera. Sus brazos estaban rígidos y aun así sentía que temblaba, Harry le daba palmaditas en la espalda, sabía por lo que Louis estaba pasando, como abogado entendía que la verdad a veces no sabía con la naturalidad que las personas esperan y más cuando estaban enamorados de la persona que asesinó a alguien e hizo que tu mejor amigo terminara tras la rejas.
Louis estaba siendo valiente y aunque no merecía algún premio al mérito tenía la oportunidad de sacar a Zayn de prisión.
- ¿Listo? - le preguntó Harry al ver la mata de cabellos rubios acercarse a ellos. Louis negó con la cabeza pero aun asi dio un paso adelante.
- Hola-les saludo el rubio- ¿Qué hacen aquí?
Harry miró a Louis y le dio un empujoncito. Suspiro con fuerza y quiso haber ensayado más veces porque a pesar de que no conocía muy bien a Niall sabía que su reacción no sería tan buena. Si no fuera por él, Zayn no estaría en la cárcel. Él pudo evitarlo.
- Zayn no asesinó a nadie, yo sé quién fue.
Y el mundo se detuvo, mientras Niall procesaba lo que significaba pero su cuerpo actuó primero al soltarle un puñetazo a Louis, que le hizo perder el equilibrio y comenzar a sangrar de la nariz. Si no fuera porque Harry supo intervenir todo hubiera sido peor.
Ahora tenían que sacar a Zayn de prisión.
Segunda parte.
Se supone que solo esta historia solo iba tener dos partes pero esto me tomó mucho tiempo porque estaba sin inspiración y me sentaba lista para escribir pero no salia nada, luego decidí ser sincera con mis sentimientos y no estaba lista para el rechazo :) Ya les compensare.
Pregunta: ¿Qué tal estuvo su día?