Calzoncillos blancos

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Fue verdaderamente raro. No sueles conocer a la gente mientras lava sus calzoncillos, pero nosotros fuimos una excepción.

Él tenía el cabello castaño revuelto y apuntando a más de diez direcciones, sus ojos estaban llenos de lagañas y se quejaba de lo terrible que iba su día, sus ojos se encontraban rojos y cansados, adornados bajo ojeras de insomnio. No se quejada al parecer lo suficiente. Me pareció un hombre de lo más guapo

Llevaba a lavar varios pares de ropa interior, calcetines y algunas camisetas. No que yo haya husmeado en canasta de ropa sucia, pero tuvo que utilizar tres lavadoras para su carga. La señora encargaba, gracias al cielo, no estaba. Hubiera entrado en pánico de haber visto cuanto jabón había utilizado alguien.

Después de esa noche, lo vi semana tras semana cuando venía a hacer la lavandería y me gustaba que coincidiéramos en día y horas. A esa hora siempre estábamos solos.

Él sabía de mi existencia, no la ignoraba por completo. Teníamos un lenguaje, tal vez impuesto por mi o tal vez fue el quien decidió que no necesitábamos las palabras, fue asi cómo nos fuimos conociendo mejor. Nuestro gran coqueteo se basaba en prestarnos el suavizante de telas o meter la ropa del otro en la secadora.

El me dejaría notas en los bolsillos de mi chamarra, siempre firmadas con el nombre de Niall, agradeciendo por siempre verificar que la lavadora se encendiera, el parecía tener problemas con ello.

Yo no era el tipo de responder notas. Y claramente, ambos estábamos dejando las palabras para otro momento...mi manera de hablarle tenía que ser otra.

Estaba sacando su ropa de la secadora cuando tuve una idea terrible, en aquel entonces no lo parecía, era creativa en mi mente. Algo tonto, pero tenía que arriesgar. La vida era sobre tomar decisiones tontas y enorgullecerte de ellas porque no pudiste pensar en algo inteligente y mundo se va a burlar de ti, pero no entenderían nunca el porqué. Era posible que Niall tampoco lo entendiera, pero lo que empezaba a sentir por él era tan extraño como lo que hice.

Me robe varios pares de sus calzoncillos blancos. No fue con un propósito malvado o perverso. Era mi manera de dejar que el me conociera.

En el primer calzoncillo blanco, dibuje con marcadores permanentes la lavandería con su letrero brillando en la puerta de vidrio y las lavadoras haciendo el ciclo de enjuague, a él leyendo una revista y yo escuchando música.

En el segundo, dibuje todo desde la perspectiva de la lavadora. Todo el dibujo estaba distorsionado. Justo como lo que empezaba a sentir por él.

En el tercero, dibuje un montón de ropa sucia. No era mi mejor dibujo pero no tenía algo más importante e interesante.

Todos esos calzoncillos los devolvía en su canasta de lavandería cuando él no me veía.

En el cuarto y último calzoncillo blanco no dibuje nada elaborado y solo utilice dos colores. Escribí mi nombre y mi número de teléfono con negro, adorne con un corazón rojo. Este se lo devolví personalmente.

Al día siguiente, tuvimos la primera cita de muchas.

Me enamore de Niall Horan y el aseguraba amarme. Era el gran final feliz. ♥

Thangs and Stuff; ziall (Edición)Where stories live. Discover now