Todo comenzó mientras Niall escuchaba en la radio de frecuencia FM, trasmitían un partido de fútbol cuando la señal de vio interrumpida por un informe de emergencia que alertaba a la población a mantenerse alerta. Pedían a la población mantener la calma, no abrir puerta a los extraños, almacenar víveres y agua potable. La calma no apareció en la población, temían una guerra o terrorismo en el país. Durante la semana que le siguió a los informes de emergencia, la gente comenzó a hacer compras presas del pánico.
Niall trabajaba en un gran supermercado, el más grande del pueblo. Las personas tomaban carritos de compra y lo llenaban de todo lo que parecía ser útil incluso a veces había disputas entre los clientes por conseguir algo. Era algo parecido al Black Friday, solo sin rebajas y con miedo.
Luego, cuando Niall estaba aún en su turno junto con los que serían alrededor de trece compañeros, aparecieron en los noticiarios que sintonizaban los televisores del área de electrónicos las imágenes atemorizantes y crueles de una masacre en el centro de la ciudad. Disparos contra los civiles de parte del ejército, caníbales destrozando los cuerpos de personas indefensas. Fue en ese entonces cuando de declaró el estado de emergencia. La gente se encerró en sus hogares con sus familias, otros intentaban huir del estado y los demás se quedaron donde estaban sin saber si debían hacer un movimiento. Según el último informe, las indicaciones daban ciertas direcciones en diferentes puntos del estado donde habría refugios.
Niall, la mayoría de sus compañeros y los pocos clientes que quedaban es noche decidieron quedarse en el supermercado. Los que decidieron irse fueron los que tenían una familia que les esperaba.
Niall ni siquiera tenía una casa a la que ir. Vivía en un auto caravana modelo 1977 Winnebago Chieftain, que por cierto tenía aparcada en el almacén del supermercado. Durante el invierno el dueño le daba la oportunidad le dejaba quedarse ahí. Así mismo, el dueño no se preocupaba por contratar a alguien que cuidara del almacén, Niall lo hacía gratis.
El reloj marcaba las 11: 35 cuando por el televisor apareció un hombre de bata blanca que decía ser un científico rodeado de un grupo de doctores. Explicó entonces lo que había sucedido. Durante el año se estuvieron haciendo pruebas con animales y parecía que estaban a punto de crear una cura para el Ébola, entonces habían pedido permiso al gobierno para probar su vacuna con los humanos. Clamaba el científico entre lágrimas que habían cometido un error, que habían utilizado cientos de personas dispuestas y sin familia para sus pruebas. Había dicho al final que todo se había salido de control y que en vez de hacer algo bueno para la humanidad había creado caníbales. Entonces, antes de que pudiera seguir dando explicaciones la transmisión se cortó.
Eso había sido hacía una semana. Las cosas en el supermercado permanecían calmadas. Niall sintonizaba varias estaciones de radio buscando por algo más que las continuas transmisiones sobre los refugios, el más cercano estaba a 130 kilómetros. Entre la estática logro escuchar la voz de un hombre que se diferenciaba a la de los informes. Bajo de su auto caravana y corrió con el radio entre manos hacia donde se encontraban los empleados y los clientes.
-Encontré algo-anunció extendiendo el radio hacia sus compañeros. Detrás de la estática era fácil percibir la voz del hombre. Todos callaron poniendo atención.
-Estamos recibiendo reportes de asesinatos en todo el estado los detalles no son claros, al parecer lo dicho por el doctor Reyil las causas preceden de sus experimentos con humanos, sin embargo las autoridades no lo confirman. La policía especula que son han sido enfrentamientos. Estaremos reportando cada hora.
Todos se miraron, cada uno recordando las imágenes que habían trasmitido en los noticiarios. Eran un total de diez personas-tres de los compañeros de Niall habían vuelto con sus familias-seis eran hombres, cuatro mujeres y un hámster.
