Anécdota 4

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N/A: Una vez más... el GIF no tiene NADA que ver con la anécdota. 

Anécdota anónima

Bueno, pues yo soy una chica muy torpe. Y cuando digo torpe, lo digo en el sentido literal de la palabra. Pues, en fin, resulta que una tarde quedamos mis amigas y yo en ir a la piscina. Todo normal, muy bien, ¡maravilloso!

Sí, claro... mis ganas.

Mis amigas empezaron a meterse al agua, pero yo soy una chica más de toalla, así que me puse los auriculares y me tumbé a tomar el sol. Y ahora diréis: pues vaya, qué novedad; se está rifando que un "gracioso" la lance a la piscina.

¡Ya hubiese querido yo que pasase eso! ¡Pero no! ¡Me esperaba algo peor y más vergonzoso!

Como cualquier persona normal, cuando vi que venían a por mí, me levanté como si llevase un petardo en el culo, y eché a correr como una loca. Si hubiese sabido lo que me esperaba, me habría tirado yo misma al agua, ya...

¡En qué mal hora corrí a esconderme en los vestuarios! Porque claro, ¿qué chico se mete a los vestuarios de las chicas? Pues yo estaba convencida de que él, no. Así que ya me ves a mí, con los pelos de loca corriendo como alma que la lleva el diablo, entrando de golpe a los vestuarios.

Y entonces pasó.

Una de las situaciones más vergonzosas de mi existencia

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Una de las situaciones más vergonzosas de mi existencia.

Al abrir la puerta, había un pobre chico que me miraba con los ojos desorbitados, rojo como un tomate. Como una especie de acto involuntario, mis pobres ojos bajaron  y... sí. 

Pegué un grito al estilo The Walking Dead y me puse más roja que en toda mi vida

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Pegué un grito al estilo The Walking Dead y me puse más roja que en toda mi vida. Si de por sí soy pálida y se me nota mucho cuando me sonrojo, puedo apostar cualquier cosa a que parecía un farol.

¡Quería convertirme en avestruz para enterrar la cabeza en un agujero!

Pero eso no acaba ahí, no. ¿Adivinad a quién me encontré en mi clase al curso siguiente? PUES SÍ, Y ME RECONOCIÓ.

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