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Válido hasta agotar existencias.
Fue hace algunos días, en clase de matemáticas, y ya había terminado de resolver el ejercicio que habían dejado. De un momento a otro unas cinco personas se asomaron hacia la ventana para ver algo "interesante". Por alguna razón, la profesora también estaba recostada en la ventana mirando hacia abajo.
Cuando todos se retiraron, la curiosidad me llamó y fui a echarle un ojo. Apoyé mi cabeza contra el marco de mis gafas y éste en la ventana, mi frente no la tocaba. Aun así, no lograba ver nada, de modo que me acerqué más (si es que era posible) y... PUM.
Mi frente se estampó contra la ventana.
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El golpe resonó en la parte de atrás y todos rieron. ¡Mi compañera de puesto lloró de la risa! Y mi profesora se contuvo por "cortesía". Yo todavía sigo riendo de lo estúpida que debí verme.