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El pasado oscuro que estoy a punto de revelar toma lugar cuando yo tenía seis años. Nos habíamos quedado de vacaciones en un lugar muy lindo junto con mis primas, que me sacaban cuatro años de edad.
Nos encontrábamos en una habitación, muy aburridas, así que comenzamos a crear nuestras propias coreografías para pasar el rato. Armamos dos dúos y así quisimos hacer un concurso.
Era mi turno junto con una prima; nuestra coreografía era casi oro. Comenzamos a bailar y llegó la parte donde mi prima me tomó de los pies y me cargó. Traté de hacerlo lo mejor posible; era mi momento de brillar y no pensaba desperdiciarlo.
Al momento de cargarme, no sé cómo, pero un gas salió de mí. Si mi prima me apretó el estómago, o yo comí algo en mal estado... es algo que nunca sabré; pero lo que sí sé es que mi prima tenía la boca abierta. Para fines prácticos podríamos decir que se tragó mi pedo.
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Ella reaccionó tirándome al suelo mientras mi hermana y otra prima reían a carcajada abierta. Mi pareja de baile, ultrajada, corrió a lavarse la boca.
Ahora me lo recuerdan a cada instante y tengo que reírme para esconder la vergüenza.
