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Válido hasta agotar existencias.
Un día me levanté a más de media noche sintiendo que debía cambiarme la compresa. En mi casa hay dos baños; uno está en el pasillo y otro queda dentro del dormitorio de mis papás, así que para no despertarlos, fui al que estaba en el pasillo.
Pero justo cuando ya había retirado la compresa, recordé que en ese baño no había repuestos; tuve que limpiarme y subir un poco mis bragas, luego me tapé con la camisola que llevaba puesta (no traía pantalón).
Entonces entré al dormitorio de mis padres, y cuando abrí la puerta del baño... di un portazo por culpa de los nervios. Mis papás se despertaron de golpe y me vieron intentando entrar al baño. Todo bien hasta ahí, es decir, hubiera pedido perdón por el ruido y me hubiera puesto mi compresa súper feliz.
¡Pero no! Justo en ese momento Andrés decidió atacar.
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Y como no llevaba las bragas hasta arriba por si acaso las manchas, todo el fluido cayó al suelo, formando un pequeño charco.
Delante de mis padres.
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N/A: ¿Ustedes también extrañan las anécdotas del periodo?
