Anécdota de @DanVeP24
Una vez me subí al colectivo con mi mamá; yo me senté junto a un señor, mientras que mi mamá ocupó sitio a lado de una señora al fondo. Unos minutos después decidí ponerme mis audífonos, fue cuestión de tiempo para que me aburriera, pues sería un viaje de tres horas... de modo que me quedé dormida en mi asiento.
Después de un rato, me desperté sintiendo algo duro en el costado de mi cabeza; miré en esa dirección y descubrí que... me había dormido en el hombro del señor desconocido.
Él iba como estatua mirando al frente; seguro había estado más de media hora reposando en su hombro. Me paré de un brinco y fui a sentarme junto a mi madre, aprovechando que el asiento a su lado estaba vacío. Morí de vergüenza; aunque por suerte no había babeado la camisa del señor.
Moraleja: NO duermas en el colectivo.
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Anecdotario Público
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