Anécdota de @Isan_Miay
Era muy pequeña, tendría alrededor de cuatro o cinco años cuando mucho. Estaba en casa y mi mamá estaba junto con una amiga suya que estaba de visita. Ese día lo recuerdo increíblemente aburrido, ya que mi hermano no estaba... de modo que no tenía con quien jugar.
Nunca me gustó ver televisión, así que no era una opción para entretenerme. Por otro lado, los juguetes eran bastante aburridos por sí solos, quiero decir, era muy pequeña, claro, ¡pero no tenía imaginación! Me parecía raro mover los juguetes y hablar con ellos.
Buscando la forma de pasar el rato, se me ocurrió revisar la bolsa de mi madre. Sinceramente, no sé lo que esperaba encontrar ahí, pero vi algo que no me esperaba: dulces.
O al menos eso era ante mis ojos en aquel entonces. Lo que realmente había en la bolsa era un par de tampones, una toalla femenina y muchas bolsitas de colores que por supuesto, ¡eran condones! Los colores de los empaques me llevaron a pensar que eran dulces, y según la textura del contenido, mi mente asimiló esto:
Tampones: eran paletas.
La toalla: Una especie de panecillo.
Condones: gomitas.
Al parecer, sí tenía imaginación para ver y sentir comida donde no la había... y esta habilidad sigue hasta la fecha.
Pensando que eran dulces, me enojé mucho. Ahora dirás "¿Por qué?", pues fácil: había pensado que mi mamá había tenido dulces todo ese tiempo, y no nos había invitado ni un solo.
Enojada ante ello, comencé a tomar todos los "dulces" que había en la bolsa (incluyendo la toalla y los tampones) para después ir corriendo a donde estaba mi mamá. Ella se encontraba en la mesa junto con su amiga, así que me subí a una de las sillas y tiré todo lo que traía sobre la mesa, al tiempo que gritaba:
—¡Mamá, tenías dulces en tu bolsa y no nos habías invitado!
Todo frente a su amiga, que rompió a reír mientas mi mamá me explicaba que no eran dulces, sino tampones, condones y una toalla. También me dijo que después me enteraría para qué servía cada uno.
Me desanimé solo con escuchar cuando dijo "no son dulces". Me fui a mi cuarto pensando que no habría nada bueno ese día.
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Anecdotario Público
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