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Coloco mi cabello a un costado, cayendo de lado y dejando mi hombro izquierdo libre.

Me valgo de esto para espiar hacia atrás, donde se encuentran las manos de Theo sosteniéndome los glúteos como si fuesen dos masas enormes de carne y él una criatura ávida por devorarme.

Disfruto del cosquilleo suave de Theo deslizando sus labios desde arriba hacia abajo y vuelve otra vez a la zona inferior de mi espalda, donde deja reposar su mentón y la barba incipiente me acaricia, desplegando una explosión de sensaciones en mi interior. Como si una corriente eléctrica se apoderase de mi cuerpo entero, concentrándose en mi abdomen y provocándome unas ganas terribles por abrir las piernas aunque me contengo y las presiono con fuerza.

Vuelvo a vigilar pero esta vez por debajo de mis pechos cuales permanecen duros como dos frutos maduros y mi deseo despliega una sensación exquisita en el instante que Theo dibuja un camino desde mi entrepierna hasta mis senos y cierra su mano en uno de ellos.

Estoy en cuatro sobre la cama y él de rodillas en el suelo, tras de mí. A esta altura puedo ver su pecho musculado y tatuado en los momentos que opto por espiar desde abajo, no obstante cuando giro la cabeza a alguno de mis costados me encuentro con una de sus manos. La otra la quita de mis pechos y la vuelve por el mismo camino que hizo al comienzo, hasta mis nalgas y las presiona ambas, acariciándolas en movimientos intensos, circulares y de a instantes las separa, dejándome expuesta, obligándome a dejar de lado todo lo que se asemeja al sentido común.

Desconozco lo que precisamente él busca aunque una idea soy capaz de hacerme...

Y no me importa.

Lo deseo con toda mi persona. Estoy entregada a él, sólo quiero sentir lo que tenga para ofrecerme.

Y me atrapa desprevenida cuando un suspiro profundo me acelera el corazón... La lengua de Theo se desliza en uno de mis glúteos hasta llegar al otro.

Con sus manos va a intentando separar más el espacio en mi trasero y su lengua va dibujando círculos, mordisqueando y he de agachar la cabeza para morder la almohada. Es una sensación única, de una intensidad tan alta que no estoy segura de cuánto lo podré soportar. La padezco pero a la vez la encuentro irremediablemente...exquisita.

Theo lame y muerde cada vez más cerca entre un glúteo y otro, arrebatándome suspiros profundos, gimoteos de placer y descubro exactamente lo que necesito para reducir esa tensión enorme que me está enloqueciendo...

Deslizo mi propia mano entre mis piernas y encuentro la zona sensible que pide más. Mis dedos acarician los labios menores de mi vagina, con movimientos pequeños y circulares, insistiendo en querer entrar pero sin estar muy segura de ello.

-Tienes un trasero delicioso, nena.

Theo murmura eso a un lado de mis caderas y me siento tan excitada que no soy capaz siquiera de saber cuánto es dos más dos. No hay lógica ni sentido común que tenga lugar en mi cabeza.

Vuelve él a mis glúteos pero la punta de su lengua me acaricia la zona media hasta llegar a mi sexo y distingo que mis dedos se encuentran con cierto tacto áspero pero encantador.

Miro nuevamente debajo de mi pecho y lo primero que distingo es el tatuaje del lobo.

Me observa.

Pero va a devorarme, el depredador está listo para poseer a su presa...

Mis dedos se encuentran con el mentón de Theodore e instintivamente los hago a un lado, dando lugar a su lengua, que sigue su recorrido hasta entre en mi entrepierna.

Y encuentra mi clítoris.

Juguetea con él y me retuerzo contra la almohada, mordiéndola con fuerza y me convierto en un manojo de gritos, suspiros y gimoteos cargados de dinamita.

-Aaaaahhh....-suelto una larga súplica a cada instante que su mentón ingresa más entre piernas y sus dientes me mordisquean el clítoris, colocándome al borde de un estallido peligroso-. The... Theo... por favor...-murmuro contra la almohada y regreso mis dedos hasta la zona que me carga de euforia.

Acto seguido se aparta y escucho que emite una risita malvada.

-Está bien, nena-murmura y me toma los dedos que suplican por liberar el orgasmo-. Hazlo tú-se aparta-, yo me ocuparé de otra cosa.

Casi agradeciendo su gesto, empiezo a masturbarme, tratando de descargar con mi punto más sensible la tensión que Theo me ha despertado.

Aunque estoy tan metida con mis propios actos que apenas soy consciente del momento que él me separa los glúteos...

...y me penetra con su lengua.

-¡¡Aaaaahhhhh!!-gimoteo al borde de enloquecer. Puedo sentir mi propio corazón golpeando mi pecho pidiendo salir de aquí con golpes duros y el ritmo acelerado.

Debo utilizar mis manos para sostenerme de la cama y Theo se aparta al notar esto. Me toma una de mis manos y la vuelve a mi entrepierna.

-No pares-me ordena.

-Theo... Yo...

-Tú no dejes de hacerlo, ¿me oyes?

-Pero...

-Sólo quiero que te masturbes mientras te doy placer, nena.

-Tú... Tú...-me siento tan avergonzada de que esto me esté provocando placer que la única escapatoria sensata que encuentro sale de mi boca como una la gran alternativa que podría salvarme-. Tú también hazlo.

Vuelve a emitir otra de sus risitas cargadas de malicia.

-Por supuesto que lo estoy haciendo. Mira que voy a perderme esta... oportunidad.

La última palabra la siento entre mis glúteos y es que ha regresado aquí para cargarme de la sensación placentera, de ese cosquilleo en mi zona anal que nunca pensé que me provocaría tanta tensión interior.

Me sigo acariciando el clítoris, mis labios menores, los penetro yendo cada vez más profundo y el placer de ambas partes es algo que dudo que soportaré pronto.

Acto seguido Theo vuelve a darme una nalgada y grito contra la almohada.

Estoy a...punto.

Y algo me dice que él es capaz de percibirlo.

Vuelve a darme una nalgada esta vez más fuerte y escondo un largo gemido que es similar a fuegos artificiales que desatan electricidad pura en mi interior.

-Oh... nena... eres...asombrosa...-masculla él saliendo y mordisqueando mis muslos.

Mi entrepierna termina de humedecerse y me retuerzo, cayendo a la cama rendida, sin fuerzas, presa del orgasmo más intenso en toda mi vida.

-Theo...-suspiro con la respiración a mil pero bajando poco a poco su intensidad.

Luego de un instante que creo haber quedado suspendida en la nada misma, con los ojos cerrados y la mitad de mi rostro enterrado en la almohada, percibo un beso casto, suyo sobre mi espalda. Ya no distingo cuánto es realidad y cuánto mi fantasía, lo cierto es que me encuentro en una dimensión paralela, donde el sexo es precisamente el pasaje a la locura y ya no tengo redención.

-Eres perfecta, mi amor-susurra Theo contra mi espalda.

Quisiera responderle pero ya no tengo fuerzas.

Me quedo dormida, entregándome al sueño más delicioso de toda mi existencia.



La noche que el lobo liberó a su ángel, sabía que en algún momento ambos vencerían sus miedos y saldrían al exterior.

El problema es que la noche a veces es demasiado larga y cuando la oscuridad se vuelve peligrosa para algunos, es adictiva para otros...

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#BOYTOY #MARATON 1/3

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BOY TOY #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora