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Tracy

«Si no te molesta, podrías echarme una mano.»

Las palabras de Charlie hacen que mi corazón se desboque o que yo quiera caerme de boca, quién sabe.

Quedo paralizada y estoy a punto de hacerme sangrar el labio de tanto mordérmelo. Por suerte caigo en la cuenta de estoy a tiempo para despegar la boca y tartamudear un par de incoherencias:

-Yo... Tú... Mi mano...

No todos los días se tiene a un chico así frente a una envuelto en una toalla y con sus músculos a la vista, tal cual muchas chicas en el mundo desearían.

Tú tienes a Theo.

El nombre de mi novio (título al que aún no me acostumbro) aparece de pronto en mi cabeza y me deshago de mis hormonales ganas de arrojarme encima de este chico como un felino salvaje.

-No puedo-musito.

-¿Qué?-el tono de su voz es acompañado por su gesto de incredulidad-. Sólo necesito que me pases ropa de mi armario. Pero si te ofende, puedo hacerlo yo mismo.



Theo

Luego de dar unas cuantas vueltas en auto para pensar mil veces una alternativa que finalmente no llega, decido ir a la Bad House para asegurarme finalmente que tengo mi cuarto en condiciones. De lo contrario tendría que hacer reserva en un hotel, a menos que la madre de Tracy haya recapacitado de una vez y podría dormir con ella en su cuarto.

Antes de ir hasta la casa, en un semáforo tecleo un mensaje rápido:

Th: Estás en Iconic?✓✓

La respuesta no demora pero decido aguardar en el próximo semáforo para ver el móvil (controlando antes que no haya un ángel guardián de los controles de Policía para hacerme una multa millonaria por andar en coche con mi teléfono celular en manos).

Au: Estoy. Qué quieres.✓✓

Th: Verte. ¿Dónde estás?✓✓

Au: Vete a la mierda. Ya no te debo nada, estamos a mano.✓✓

Th: Estoy en ddeiodfgf✓✓

Un bocinazo me espabila y llega en compañía de un lindo insulto:

-¡Aparta el auto, imbécil!

Miro hacia adelante y distingo que el semáforo ha cambiado a verde. Mierda.

Arrojo el aparato al asiento de acompañante y quito el freno de mano, poniendo en marcha nuevamente el motor.

Pero antes de perder de vista al agradable señor que aguarda con paciencia tras de mí, decido bajar la ventanilla y sacar mi mano para dedicarle un amigable gesto con el dedo corazón.



Tracy

No tengo noción de cuánto tiempo llevo colorada. Inclusive no he podido volver a mirarlo a la cara.

Mucho menos podría soportar más tiempo a su lado tomando un helado.

Una vez que estamos fuera, distingo que a la derecha se acerca por la calle un bonito Mercedes Benz blanco, con vidrios polarizados.

El mismo estaciona al frente de mi casa y del lugar de acompañante desciende mi madre quien detiene sus ojos en mí, dedicándome una sonrisa llena de calidez. ¿Será una trampa para castigarme durante el resto de mi vida al ver que estoy junto a Charlie?

De pronto recuerdo que mi amigo en alguna ocasión me mencionó que mamá se hizo amiga de la señora Walk y entre ellos han empezado a llevarse mejor.

BOY TOY #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora