BOY TOY #3

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TRACY

-¡Hey, Zach!

Vuelvo al campo decepcionada de que Glory y Mike no me hayan dejado colaborar con nada. Intenté inclusive sólo juntar los vasos y la bebida en las hieleras, sin embargo también se interpusieron en eso.

Encuentro al Glorious sentado al lado del fuego con un escalpelo y un grueso libro de tapas duras. Sus ojos marrones brillan tras el brillo del fuego al igual que su piel pálida. No es muy fornido como sus amigos aunque esto no le quita la belleza de sus facciones delicadas.

-¿Qué haces destrozando ese bonito tomo?-le pregunto mientras me acerco. Me siento a su lado cruzada de piernas y advierto que las páginas están siendo puntuadas por el escalpelo. Ah, claro, no es un libro precisamente.

-Es mi diario-sonríe y vuelve a su tarea mientras me explica-: Estoy haciendo mención a esta velada para que quede grabada en mis memorias. Creo que estamos teniendo una noche para recordar, ¿no te parece?

-Ni que lo digas-asimilo-. Aunque me gustaría ser de mayor utilidad. Están haciendo todo, no me dejan tocar un plato siquiera y eso me exaspera.

-Aprovecha eso. Mañana tendremos un día y una noche agotadora...

Y cierra la boca de golpe.

Los ojos de Zach se clavan a mi lado y giro la cabeza al punto opuesto para encontrarme con unos enormes ojazos azules y el rostro demacrado de una chica.

Sus dientes se descubren en su sonrisa como si hubiesen sido afilados.

-¿Qué tal estás, zorra?

Kylie tamborilea sus dedos en el aire.

THEO

Despertó y ahora mismo se encuentra comiendo. No se ha desesperado ya que está demasiado agotado para eso. Ver a Stefano y saber que estuvo a punto de matar a Tracy solo unos meses atrás no hace más que llenarme de odio, de repugnancia pero es algo contra lo cual debo pelear. No puedo mandar todo por la borda, lo necesitamos y yo... necesito una ducha urgente.

Voy hasta el baño de los vestuarios pero está abarrotado de gente probando explosivos.

-¡Hola!-sacude su mano en el aire una chica a quien apenas reconozco como Ophelia. Es de tercero en la Facultad de Ingeniería de la IVU y forma parte del equipo de Evans pero a juzgar por su altura y delgadez, parece de trece años.

Le dedico una media sonrisa sin mucho entusiasmo y me marcho. No sabe cuánta alegría me da tener este sitio lleno de gloriosos...

Me dirijo hasta las duchas de los vestuarios opuestos. Sé que alguna vez las usaron pero muy pocas. De camino busco una toalla en la oficina donde Tachas guarda todo lo necesario para subsistencia y me marcho.

Una vez que entro en los pasillos oscuros y dejo atrás a la gente, diviso una fina línea de luz como si el sol entrase por una rendija. Oh, claro, es de noche.

Entonces caigo en la cuenta de que hay alguien metido ahí dentro.

Me llevo una mano al revolver en mi cintura (cual me acompaña fielmente desde hace unos días) y me acerco hasta el borde. Escucho ruidos que no tardo en identificar.

Son gemidos y gritos y...

Ay mierda.

Abro un poco la puerta para encontrarme con dos personas que pensaban estar solos en este extremo del estadio pero se equivocaban. Me cruzo con la despreciable espalda de un sujeto desnudo quien tiene contra la pared a una chica delgada quien rodea su cintura con sus piernas y le muerde el cuello.

La mata de cabello verde me sorprende y dejo caer mi revolver al suelo.

Ellos me observan sorprendidos y quedo atónito.

-¡Mierda!-farfulla la chica. ¿Acaso no debería estar probando los explosivos ahora mismo en lugar de probar otra clase de...?

Parece que se incomoda un poco pero él no la suelta.

Jamás me sacaré esta imagen de la cabeza.

Jamás me podré borrar el olor, los gemidos, los cuerpos de Charlie y Audrey... JUNTOS. DESNUDOS. ¡TENIENDO SEXO EN LAS JODIDAS DUCHAS!

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