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Jacob

-¡¡NO!!

-¡Sostenla!

-¡¡STEF!!

-¡Que la sujetes, demonios!

Su cuerpo con tinta a cada centímetro se sacude en la cama dando grandes sacudidas, retorciéndose y lo único que me queda tanto a mí como a Derek es sostenerlo para que no se desgarre un hombro por llevar los brazos atados.

Kylie está igual en la silla aunque acaba de enloquecer (un poco más que todos nosotros). Audrey la sujeta pero la rubia parece no querer dar a torcer su tozuda postura de «¡no toquen a mi novio, él es inocente, un ángel caído del cielo y bla bla bla".

Hasta que caigo en la cuenta de que antes le liberé un brazo confiando en que comería como una persona civilizada.

-¡Zorra maldita!

El alarido viene de Audrey.

La rubia ha tomado a nuestra compañera por los pelos.

Derek termina encargándose de sostener a Stefano y me vuelvo a la rubia. No quisiera tener que girarle la cara de un nuevo golpe ya que parece fascinarle que la maltraten, por lo tanto ese inepto método no es algo que funcione.

Me planto al lado de Stefano y saco una navaja de mi bolsillo trasero. Sostengo el cuerpo convulsivo por el cuello acercando el filo de la cuchilla a su piel.

Esto detiene a la rubia quien se queda mirándome con los ojos desorbitados.

-Te prometí que acá estarían a salvo-señalo-, pero tú también tienes que colaborar.

De a poco va soltando a la peliverde quien aprovecha esto y se aparta de golpe. Sé que quiere darse la vuelta y arrancarle los sesos de su cabeza pero no estaría colaborando en caso de hacer eso.

-Así es-convengo-. Nadie acá tiene la culpa de que Stefano esté así...

-Ya está pasando-alerta Derek. Vuelvo mi mano al cuello del muchacho y en efecto está regresando con pulso acorde, sólo espero que finalmente no se le termine de dormir el pulsopor completo-. De a poco, va pasando.

-¿Ves?-regreso a la rubia-. Sólo tienes que colaborar. Somos todos parte del mismo equipo, no podemos atacarnos entre nosotros.

-Pero...él...-empieza sin ton ni son.

-Él está enfermo y hacemos todo lo posible por curarlo. Tienes que colaborar sino no tiene sentido nada de lo que podamos hacer. ¿Se te olvidó acaso lo que hablamos recién?

-No...

Audrey me mira con cara de "¿por qué diablos le seguimos perdonando la vida a esta psicópata?", sin embargo decido no corresponder.

-Perfecto. ¿Te das cuenta?-señalo a su chico-. No es tan complicado cuando todos nos podemos entender y prestar nuestra colaboración.

Kylie se deja caer en la silla como un peso muerto.

Derek deja de sostener al muchacho.

-Por seguridad-prosigo-, ahora tendremos que atarte. Espero que lo comprendas.

No obtengo respuesta.

Le señalo al pelirrojo que haga la tarea. Por mi parte sigo, con la navaja amenazando a su noviecito. Por supuesto que no se la voy a enterrar (a menos que sea necesario...)



El amargo olor a café que tiene la compresora cuando la ponemos a moler granos, es lo más delicioso que he tenido oportunidad de percibir en los últimos días.

BOY TOY #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora