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-¡Por aquí!-grita Theo-. ¡Cúbrete la boca!

En cuanto nos metemos por los pasillos que conducen a los vestuarios, me llevo la blusa a mi boca para taparme al igual que hace mi novio.

A los primeros que encontramos aquí es a Riley y Zach. El humo ya me empieza a generar escozor en los ojos y sacarme lágrimas.

-¡¿Hay alguna salida?!-dice el Glorious.

Theo les señala las tribunas.

-¡¿Y qué hacen entrando?! ¡Tienen que salir de aquí!-nos suelta la chica precisamente lo obvio.

-¡Salgan de aquí ustedes! ¡Buscaremos al resto!-les digo.

Zach empuja a su novia de la mano y salen.

Seguimos corriendo en el interior hasta llegar a la habitación de Stefano y Kylie.

Una vez en el lugar nos encontramos a los dos abrazados y durmiendo en la cama. El mundo se termina allá afuera pero ellos duermen. Theo se les queda mirando un momento y algo me dice que está pensando en dejarlos morir aquí dentro pero me adelanto a él y sacudo a la rubia.

-¡Ky!-le digo asombrada a mí misma de estarla llamando por el diminutivo de su nombre-. ¡Despierten! ¡El estadio se está incendiando!

La rubia da un salto pero Stefano despierta un poco más confundido.

-¡Espero que hayas ahorrado las fuerzas suficientes como para salir corriendo de aquí!-le dice Theo a Stefano mientras le quita el suero al cual está conectado.

-¿Qué ha ocurrido? ¿A quién hay que matar?-pregunta el chico con el tatuaje en flor de su cuello.

-Explotó una bomba. No sabemos cómo ni quién pero ha sido provocado-les cuento y me llevo una mano a la boca.

-¡VOY A MATAR A QUIEN HIZO ESTO!-grita Kylie.

Theo la sujeta de uno de sus flacuchos brazos.

-Tú no vas a matar a nadie-le dice-. Al menos hasta que sepamos quién fue, entonces te ayudaré a matarle también. Ahora salgan de aquí.

Stefano camina con mucha dificultad aunque Kylie le ayuda. Theo les muestra el camino que los conducirá hasta las tribunas y se marchan.

-¡Quedan Brandon, Glory, Ophelia, Tachas y Carl!-digo.

Pero hacia adelante el humo es más y más espeso. Además las columnas parecen desintegrarse con mayor facilidad lo cual me deja muerta de miedo.

-¡Junta todo el oxígeno que puedas antes de atravesar eso!-me advierte Theo.

-¡No hay oxígeno!-le comunico lo obvio-. ¡Se termina con rapidez!

-¡Bienvenida al desafío!

Y tomados de la mano, entramos a la oscuridad más mortífera de todas.


Ya sobreviví a dos horribles incendios en mi vida, así que ¿esto hace alguna diferencia?

No. No la hace. O mejor dicho, quiero creer que no.

Trato de convencerme a mí misma de que no corremos peligros pero es casi...imposible.

Mientras corremos, trato de respirar lo menos que me es necesario. Es como estar bajo el agua pero en su contrapunto: el fuego. Algo tan vital y corriente como respirar se convierte en un desafío; el mismo que decide si estás en el lado de la vida o en el de la muerte. La sensación de asfixia angustia pero aún queda tiempo por vivir.

El sudor me empapa la frente y las manos pero no pienso apartarme de Theo aún si nuestras vidas dependen de ello.

En un momento lo veo a través de cierta cortina de humo, señalándome algo: la entrada. Era cierto, desde ahí proviene el fuego; no desde la cocina como cupiere suponer si es que una bomba es la que ha provocado todo el caos.

BOY TOY #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora