▲ 239 ▼

30.3K 3.3K 1.5K
                                    

2 de Diciembre

La noche que hicimos el amor en la motocicleta, Theo estuvo a punto de eyacular no sin considerar un pequeño inconveniente.

Olvidó colocarse preservativo.

En ningún momento me percaté de esto. Es el primer chico con quien tengo relaciones sexuales y, si bien al comienzo tienes presente todo el tiempo el uso del profiláctico, luego es algo que das por seguro que tu pareja lo utiliza.

No obstante, ese momento fue de peligro, de riesgos, de amor, de exposición y frente a todo, de prescindir del tiempo. Podíamos hacerlo pero bajo la premisa de terminar antes de que alguien pueda llegar al estacionamiento y atraparnos en tales condiciones.

Cuando se dio cuenta de que no podía contenerlo más, sus ojos se abrieron como platos a tal punto que brillaron como los de un animal en la oscuridad. Me apartó de su cuerpo y dio un salto de la motocicleta. Afirmé mi espalda al manubrio para no caerme en ese instante. Me sentí degradada, una puta a la que se desea para poder tener relaciones y luego dejarla tirada. Incluso menos que eso...

Theo eyaculó en el suelo y luego me miró enfurecido.

-¡¿Qué mierda fue eso?!-me gritó.

-Yo...-apenas me encontraba en mis cinco sentidos para caer en la realidad, en la gravedad de la situación-. No sé qué...

-¡No me digas que no lo sabes!-Theo buscó su bóxer y pantalones mientras intenté hacer lo mismo con mi ropa con el cual sólo opté por cubrirme los senos.

Nunca lo había visto así. Me culpó a mí de no recordarle usar condón.

-¡Pero qué mierda pasa por tu cabeza, Tracy!

Me sentí tan mal que sólo me puse la ropa y enfundé dentro de mi chaqueta mientras él seguía en el lugar dando gritos y alaridos.

-Descuida-le dije antes de irme mientras las lágrimas caían pero sin llanto. Probar el sabor salado de las mismas fue lo que me anunció su existencia-. No busco quedar embarazada de un sujeto como tú.

La palabra resonó en mi mente como ternura y como cuchillas.

Le di la espalda y caminé hasta la entrada mientras él me seguía sin camiseta dando gritos:

-¡¿"Embarazada"?! ¡Qué manera de joderte el futuro es esa, por Dios! ¡¿Es eso lo que te quieres hacer, eh?! ¡¿Eso eso lo que me quieres hacer a mí?!

-¡Basta!-le pedía pero él siguió dándome reprimendas cual padre abusivo a quien sacan de sus cabales.

Realmente apenas discerní lo que decía, no obstante, quedé helada cuando soltó:

-Pensé que eras inteligente, sin embargo resultaste una desesp...

Y se detuvo.

Se detuvo al igual que todo a nuestro alrededor.

Incluso creo que mi corazón dejó de latir durante unos instantes. Olvidé respirar y volví lentamente mi mirada a él. Esta es la parte en que me pide perdón, me suplica que olvide sus hirientes palabras, sin embargo no dijo nada, no se inmutó. Tampoco tuvo el coraje de terminar la palabra.

-Sabes-musité-, le harías un bien a la humanidad misma si no dejas descendencia. Das pena. Busca ayuda, Theodore. Yo no puedo ayudarte...

Acto seguido me dejó ir calle arriba desde el frío camino que conduce desde el subsuelo de su residencia a la mía.

Lo último que percibí fue el instante en que sus rodillas cayeron al suelo, al duro asfalto y se quedó atónito mientras lo fui perdiendo de vista.

BOY TOY #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora