Capítulo 1

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  - ¡Joan!

Una sonrisa surcó los delgados labios de Molly Hooper mientras levantaba la mano para llamar la atención de su amiga.
Joan sonrió al verla, caminó hacia ella y la abrazó.

  - ¡Wow! Siempre te ves tan genial. ¿Que tal el vuelo?

Desde que Molly conoció a Joan no podía menos que admirarse de la belleza, estilo y seguridad que su amiga proyectaba.

  - Bien, estoy un poco cansada pero feliz de estar aquí finalmente y tú... -miró a Molly con un brillo cómplice en la mirada- el compromiso te sienta de maravilla. Te ves radiante. Siempre lo has sido, por supuesto, pero ahora... realmente te ves feliz y completa.

Molly hizo ademán de restarle importancia sonriendo y sus mejillas se tiñeron en un tono rojizo.

  - Sabes que nunca he sido hermosa pero tienes razón en algo... me siento más feliz que nunca. -tomó una de las maletas de Joan y empezó a caminar.

  - Te lo he dicho mil veces y te lo seguiré diciendo -Joan rodeó con un brazo a su amiga- eres hermosa.

Salieron a tomar un taxi mientras las nubes grises cobijaban el paisaje de Londres y el viento frío hacía que ambas se encogieran en sus respectivos abrigos.

Ya dentro del taxi el par de amigas iniciaron una conversación llena de recuerdos e información reciente sobre sus vidas.
Todavía les parecía mentira que después de tanto tiempo sin verse en persona, el destino las volviera a unir.
A pesar de que los correos, llamadas y video llamadas contribuyeran en gran medida a mantener esos lazos de amistad a larga distancia, el contacto en persona siempre era necesario.
"Es parte de nuestra naturaleza" pensó Joan.

La conversación continuaba con calidez hasta que se vió interrumpida por el sonido del teléfono de Molly. Esta se mostró algo sorprendida y contestó:
  - ¿Hola?

Joan aprovechó para admirar las calles de un Londres que hace tiempo no veía.

  - Pero... no puedo. Estoy con una amiga ahora y ella... -Molly denotaba impotencia a estas alturas- Está bien. Pero solo será un momento. Bien.

  - ¿Pasa algo? -preguntó Joan no ajena a la breve conversación que había sostenido su amiga por teléfono.

  - ¿Recuerdas lo mucho que te he hablado sobre Sherlock?

  - Claro.

  - Verás... es que él necesita mi ayuda... bueno... será mas bien que sólo quiere comprobar su teoría. Pero el asunto es que quiere que vaya a la morgue en este momento y...

  - Molly, no te preocupes -interrumpió Joan- entiendo perfectamente que tienes trabajo. Yo puedo arreglármelas sola.

  - No, no, no... Joan, hemos postergado esto por mucho tiempo. Yo te prometí que comeríamos juntas en cuanto llegaras y no voy a romper esa promesa. Si no te molesta, podemos ir a la morgue juntas y comeremos en cuanto salgamos de allí. No nos quedaremos mucho tiempo.

Joan sonrió mostrando su aceptación y dijo:
  - Nada como una visita a la morgue para abrirte el apetito.

  - Cierto -dijo Molly como si aquello fuera una gran verdad.

Joan la miró entre sorprendida y divertida. Enseguida su amiga replicó:
  - Bueno... me refiero a que después de trabajar me da mucha hambre.

Rió inocentemente y Joan no pudo no imitarla.
La inocencia que teñía el rostro de Molly de un aspecto casi infantil siempre hacía sonreír a Joan. A pesar de que algunas personas vieran a esa adulta-niña como una persona demasiado ingenua, Joan veía a Molly como alguien afortunada. Ella aún no había perdido esa belleza del alma infantil. Esa parte de nosotros que poco a poco se va opacando en nuestro interior cuando la edad adulta se viene encima. Esto, sin embargo, no quitaba el hecho de que Molly en su infinita bondad se negaba a ver, en ocasiones, las malas intenciones de otros.
Joan Watson sabía perfectamente que Molly era una mujer fuerte, era la propia Molly que a veces parecía no saberlo.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora