Capítulo 40

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1 de enero.
Todos habían festejado la venida del nuevo año y todos había quedado un poco exaustos.
Todos excepto Sherlock, quien a primeras horas de la mañana ya había resuelto un asesinato ocurrido en Italia.
Joan había bajado y escuchó (aunque no entendió mucho) la última parte de la conversación telefónica en italiano entre Holmes y un detective de dicho país.
Mientras ella preparaba el café la señora Hudson entro como de costumbre y dejó varios papeles en la mesa anunciando:

  - Aquí esta tu correo Sherlock. Accidentalmente abrí un sobre... ¡ah! ¿Por que no te envian esas fotos por correo electrónico? ¡Son tan desagradables!

  - Ah, las fotografías de los órganos de Norman Van Bourton. ¿Está segura de que abrió el sobre "accidentalmente"?

  - ¡Oh Sherlock! ¿Por qué querría ver esas fotos? Aquí tienes querida. -dijo ella extendiendo un par de sobres del correo a Joan.

  - Exactamente, ¿por qué...?- de pronto Holmes se quedó mudo y una sombra le nubló la mirada mientras veía un sobre y lo abría leyendo su contenido.

  - Y ahora se queda callado de repente. -murmuró la señora Hudson viendo a Joan.

La doctora miraba al detective de reojo tratando de descifrar que pasaba.
En un segundo Sherlock se acercó a la señora Hudson, la tomó por los brazos y casi gritando dijo:

  - ¡Esto fue dejado hace poco ¿no?! ¡No venía con el resto del correo! ¿¡Vió quién lo puso allí!?

  - Yo...

  - ¡Cualquier indicio, cualquier detalle servirá! ¿¡Quién lo puso allí señora Hudson!? ¿¡Quién!?

  - ¡No lo sé! ¡No vi nada! ¡Estaba haciendo el desayuno!

Él resopló y soltó a la asustada señora.

  - Sherlock ¿qué sucede? -preguntó Joan alarmada.

Él la ignoró y sacó su teléfono celular mientras lanzaba a la mesa la carta que había desatado todo aquel escándalo. Joan la tomó con rapidez y leyó el contenido.

Todo pareció distorcionarse a su alrededor, aquello era tan irreal.
No podía ser cierto.
No podía.

Se lo advertimos señor Holmes.
Lucas lo hizo.
Pero a usted pareció importarle poco. He aquí las consecuencias de su intromisión en nuestro camino.

Una foto iba adjunta.
Una foto de una pequeña bebé en el suelo, llorando, arropada en una sucia manta y con una frase escrita a mano debajo que decía:

Tenemos a la pequeña Watson.

  - John... -dijo Sherlock al teléfono y calló de repente, escuchando a su amigo. Después de algunos minutos simplemente respondió -Voy para allá.

Colgó y tomó su abrigo dispuesto ya a salir.

  - ¡Sherlock! -exclamó Joan poniéndose en su camino. - ¿Qué esta pasando?

  - No hay tiempo que perder...

  - ¡Dime que está pasando! ¡Tienen a Lili y no pretendas que no voy a hacer nada! ¡Déjame ayudarte!

Sherlock respiraba agitadamente, lleno de furia, pero más de preocupación.
Sus ojos claros bailaban en todas direcciones, incapaces de fijarse en los de ella.

  - La carta que encontraste en la casa de Lucas Eton dirigida hacia mi... decía... que si no me alejaba... mis seres queridos sufrirían las consecuencias. -el entendimiento se reflejó en el rostro de ella- No creí que fuera a cumplir su palabra. -Holmes apretó la mandíbula visiblemente furioso- Otro de mis grandes errores.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora