Capítulo 74

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Joan rechazó la oferta de Charles Orton de sentarse a su lado en el diminuto mueble color negro al sentarse naturalmente en el que estaba a una distancia aceptable.
El rubio de unos 35 años esbozó una sonrisilla y se acomodó en el centro del pequeño mueble.

  - Pregúntame lo que quieras.

  - Bien, ¿usted tomó el gato de oro que contiene las cenizas de su madre?

Él rió levemente y colocó la palma de su mano bajo el mentón mientras enfocaba la mirada en Joan.

  - ¿Me veo como alguien que haría eso?

  - Trato de no juzgar por las apariencias.

  - ¿Pero qué te dice mi apariencia?

  - Señor Orton, a usted le puede parecer muy llevadera esta situación pero yo, en cambio, estoy tomando esto seriamente ya que es mi trabajo. Le agradecería que no me hiciera perder el tiempo.

  - Está bien, está bien. -levantó las manos en señal de rendición- Tan sólo quería crear un ambiente más cómodo.

  - No necesito comodidad, necesito sus respuestas a mis preguntas.

  - Vaya... bien, entonces... No. Yo no lo robé. Y si lo hubiera hecho, no te lo diría ¿o sí? -el millonario la miró con diversión.

No es por eso que pregunto. Necesitaba ver su reacción señor Orton.

  - Si supieramos el día exacto de la desaparición le preguntaría específicamente dónde estaba usted en ese momento pero ya que su padre se ausentó de la mansión durante una semana y durante ese perído las cámaras de seguridad sufrieron un conveniente fallo, me temo que sólo puedo preguntarle si ha visitado esa casa.

  - Ni una vez.

  - ¿Ni una?

  - Nisiquiera sabía que existía. Solía visitarlo en la mansión donde crecí y que está aquí en Londres. No he ido ni una vez a esa mansión oculta. Seguramente está llena de esos juguetes caros y "mágicos" que tiene.

  - No comparte sus creecias al parecer.

  - No puedo compartir la estupidez. Y no me vea así, sólo digo lo que pienso a diferencia de Marie.

  - ¿El ama de llaves?

Una sombra oscureció la expresión hasta entonces risueña del millonario.

  - ¿Sucede algo con ella? -insistió la doctora.

  - No es nada...

  - No parece ser nada.

Por primera vez desde que entró a aquella moderna casa, Joan recibió una mirada seria de su interlocutor. Se veía genuinamente preocupado. Después de un suspiro resignado dijo:

  - Marie es muy religiosa y aunque a mi padre no le decía más que unas cuantas palabras sobre las cenizas de mi madre, a mí me decía con mucha elocuencia lo horrible que le parecía aquello. Y debido a su ferviente religiosidad a veces hacía unas cosas raras.

  - ¿Raras?

  - Si. -de pronto el rubio alzó la mirada hacia ella.- Pero a pesar de esto debes creerme. Marie no haría nada, absolutamante nada que dañara o molestara a mi familia... a mi padre. Cuando ese gato de oro estaba en nuestra casa aquí en Londres, y un día que había ido yo a visitar a mi padre, la obervé dentro de la oficina. Ella no se percató de mi presencia sino hubiera parado de rezar.

  - ¿Estaba rezando?

  - Así es. Y no como normalmente se hace. Estaba rezando con la mirada fija en el gato. Te digo... era algo escalofríante. Pero yo se lo atribuyo a sus creencias y nada más. A pesar de que la haya visto otras tantas veces observando con recelo al gato no creo que sea ella quien lo haya robado.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora