Capítulo 73

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  - Mi hijo ha insistido siempre en que lance las cenizas de mi difunta esposa al mar...

  - Su hijo es uno de los sospechosos.

El Primer Ministro se disgustó al oír aquellas palabras de boca de Sherlock.

  - No estoy diciendo que sea él.

  - Nosotros tampoco.

El magnatario suspiró y se reacomodó en su silla:

  - El ama de llaves, Marie, que ha sido parte de la familia por años, también piensa lo mismo.

  - ¿Y por qué usted se niega? - dijo Joan con la mayor empatía posible.

  - Ya les he dado a los sospechosos no necesitan saber más.

  - Señor Primer Ministro, si preguntamos todo esto no es con la intención de vender la información a una revista de chismes o a algún contrincante político suyo. -Sherlock se recostó levemente en su silla dejando que su aire de superioridad hablara por sí sólo.- De hecho, la única razón por la que preguntamos tanto es porque lo que nos diga puede ser de suma importancia para encontrar su gato, no porque nos sea interesante. Así que si tiene intención de recuperar lo que le fue arrebatado será mejor que empiece a ser completamente honesto.

El aludido frunció el ceño y no se contuvo de mostrar su disgusto.

  - Me habían dicho que era así.

  - ¿En serio? ¿Cómo soy? ¿Un cretino? ¿Un entrometido? ¿Un sabelotodo?

  - Un fanfarrón.

  - No lo había escuchado pero estoy seguro de que no es nuevo. Usted y muchos más pueden pensar que soy un fanfarrón pero eso no quita que yo tenga razón.

  - Su informalidad me sorprende.

  - No soy un adulador, eso es diferente.

  - Ok, -Joan sabía que era hora de intervenir- esto es un desperdicio de tiempo. Señor, por favor sepa excusar a mi compañero, en su afán por resolver todo no mide sus palabras. -Sherlock se volteó hacia ella visiblemente ofendido-. Pero creo que en esencia tiene razón. Si quiere que encontremos ese objeto lo más pronto posible tendrá que decirnos toda la verdad. -se inclinó un poco hacia adelante mientras proseguía- Estoy segura de que se ha informado de la reputación de Sherlock Holmes y ha escuchado rumores de las importantes personas que han sido sus clientes. Pero simplemente ha escuchado eso, rumores. ¿Acaso eso no habla de la discreción con la que trata esos casos importantes?

El señor de cabello cano suavizó su ceño fruncido, se puso de pie y caminó hacia su estante lleno de libros mientras decía:

  - Bien. Deben saber que poseo creencias diferentes a las de la mayoría. -tomó un libro sin dudar y empezó a pasar las páginas mientras regresaba a su escritorio- Amo mucho a mi esposa y quiero que su alma descanse completamente en ese mundo en el que ahora habita. Y para cerciorarme de eso hize esto.

Colocó el libro abierto en dirección a los detectives para que leyeran la página indicada.

"Una Piedra Preciosa Color Sangre Para El Descanso Eterno."

  - Un antiguo ritual aplicado sólo por grandes conocedores del esoterismo y las ciencias ocultas. Efectivamente solo unos pocos poseen este libro.

Mientras él regresaba a su asiento analizaba la expresión de ambos detectives en busca de esa clásica mirada sorprendida o la usual sonrisilla burlona que normalmente observaba en las personas a las que comentaba acerca de sus creencias. Sin embargo, no había expresiones como esas en los rostros de Joan y Sherlock.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora