Capítulo 27

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El ruido de Londres era ensordecedor. Navidad estaba a la vuelta de la esquina y la gente se movía con frenesí haciendo las compras correspondientes a la época.
Lestrade llegaba en su auto al 221 B.
El inspector tocó la puerta y la señora Hudson salió a recibirle.

  - ¡Señora Hudson! Hola.

  - ¡Hola Greg! Pasa por favor.

Un golpe fuerte se escuchó en el piso de arriba y sobresaltó a Lestrade.

  - ¿Qué fué eso?

  - ¡Oh no! ¡Están peleando de nuevo!

  - ¿Peleando? ¿¡Quienes!?

  - Joan y Sherlock, lo están haciendo muy seguido ultimamente.

  - Oh por Dios...

Subió las escaleras a toda prisa, sin poder creer realmente que Sherlock se atreviera a golpear a Joan.
Lo que vió cuando se asomó a la puerta de la sala de estar lo dejó desconcertado.
Sherlock estaba tendido en el suelo y Joan estaba sobre él, inmovilizando la mano derecha del detective con la de ella y golpeándole la otra mano contra el suelo para que él soltara lo que fuera que estuviese sosteniendo.
Finalmente Sherlock soltó el objeto, Joan lo tomó y se puso de pie.

  - ¡Nisiquiera estaba lista! -ella jadeaba visiblemente cansada.

  - Tus contrincantes... -el dectective se ponía de pie también, respirando con dificultad- no esperarán a que estés lista.

Pronto ambos repararon en el inspector Lestrade y fué la doctora quien lo saludó:

  - Hola Greg, ¿cómo estás?

  - Bien... ummm... lo siento pero necesito preguntar... ¿por qué estaban peleando por una roca?

Joan colocó la pequeña piedra a un lado.

  - No es una roca. -intervino Holmes- Es una hipotética evidencia en un hipotético caso, en medio de una no tan hipotética pelea entre una aprendiz de detective consultor -señaló a Joan con su mano- y el culpable, en este caso interpretado por mi. ¿Qué te trae por aquí Lestrade?

  - Tú sabes qué me trae por aquí.

  - Si, bien, estaba intentando hacer una introducción verbal sociable. ¿Qué tienes para mí?

  - Es sobre un asesinato.

  - ¡No me digas!

Lestrade miró a Sherlock con irritación.

  - Simplemente está enojado porque le gané. ¿Quién fué asesinado? -intervino Joan bajo la mirada de ceño fruncido de Holmes.

  - Brian Midlestone. -les extendió unas fotos del cadaver de dicho hombre.- 29 años de edad, licenciado en informática, empleado de Vogel Technologies.

  - "Fuguel" -interrumpió Sherlock corrigiendo a Greg en la pronunciación.

  - ¿Disculpa?

  - Se escribe Vogel pero se pronuncia "fuguel", es una palabra en alemán, significa pájaro.

  - Bien, lamento no saber alemán. La hora de fallecimiento fué entre 1:00 y 2:30 de la madrugada de hoy. Estaba sentado frente a su escritorio, dos heridas de bala en el pecho y una imagen congelada en la pantalla de su computadora que decía "Game over". La policía se enteró del crimen cuando un viejo ebrio se tropezó y se estrelló contra la puerta de la casa y activó la alarma de seguridad. De acuerdo con los agentes que revisaron el sistema esta alarma es muy sofisticada y eficiente, lo último del mercado. Y sin embargo, según dicho sistema de seguridad ninguna puerta o ventana fué abierta en la madrugada. Nadié oyó ni vió nada. No hay huellas dactilares, ni arma homicida, ¡nisiquiera tenemos un posible móvil del crimen! ¡El tipo era un santo! Ningún record policial, excelente empleado, voluntario en asociaciones benéficas, hijo ejemplar, soltero y cinéfilo.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora