Capítulo 84

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  - ¿No te parece extraño?

  - ¿Mm?

Lestrade dejó de mordisquear la punta de su lápiz y alzó la mirada hacia Joan. Habían empezado a buscar información hacía ya varios minutos pero Greg había estado repartiendo su atención en múltiples casos.
Joan tenía el ceño fruncido en señal de completa concentración.

  - Este hombre sólo tiene la información básica que cualquier ciudadano tendría.

  - ¿Y eso es malo?

  - Bastante extraño diría yo, tomando en cuenta que es un empresario multimillonario. Debería haber al menos una columna de chismes sobre él. - Joan observó que definitivamente no podía contar con su amigo al menos por un tiempo. El pobre recibía llamadas y correos mientras cada pocos minutos un oficial entraba a comentarle datos relacionados a otro caso.- Greg, yo avanzaré a partir de aquí.

  - Lo lamento Joan, no puedo ser de mucha ayuda en estos momentos.

  - Y yo lo entiendo. -Tomó sus cosas y empezó a salir de la oficina.- Siempre cuento con acceso a la información de antiguos casos ¿no?

  - Por supuesto.

  - Gracias.

Enfiló en dirección a una de las olvidadas oficinas de Scotland Yard donde decenas de documentos ya antiguos recolectaban polvo en los estantes grises de metal. Afortunadamente había logrado llevar una computadora allí que le permitía el acceso a cierta información almacenada en el sistema.
Aquel era el único lugar en el que podía evitar las aún desconfiadas y tal vez rencorosas miradas de algunos miembros del departamento. A pesar de las grandes hazañas (sin reclamar mérito) que Sherlock y ella habían logrado, no había mucha aceptación de la presencia de ambos.
Bajo la tenue luz de la lámpara que iluminaba la sombría habitación Joan sacó su teléfono móvil y escribió un mensaje a su pareja.

Continúo investigando a Decker pero no tengo mucho que comunicar. ¿Y tú? ¿Algún avance?

Dejó el aparato a un lado y echó un vistazo a los estantes que llegaban hasta el techo.
Decker no tenía mucha información.
Al menos no bajo ese nombre.
Era solo una sospecha. Una corazonada. Y sabía que tratar de buscar algo que lo ligara a algún crimen en el pasado sería buscar algo que nisiquiera sabía con certeza si existía, pero decidió obedecer esa corazonada. Sirviéndose siempre de un método por supuesto.
Decker podría haber cambiado su nombre y re hecho su vida pero no pudo haber sido millonario desde hace poco tiempo. Era poco probable. Así que buscó hombres de entre 40 y 50 años acusados de crímenes de toda clase que fueran millonarios.
Buscó la información en el sistema primero y obtuvo una gran cantidad de archivos. Se colocó sus lentes y empezó a leer con suma concentración. Cada vez que miraba algo que podría estar relacionado con Decker buscaba en los archivos físicos para recavar más detalles.
Se dió a la tarea con presteza. Por alguna razón sentía cierta urgencia. Sentía que debía apresurarse.
Sherlock aún no respondía a su mensaje. Y eso no era inusual pero recordó la mirada verde frío en sus ojos cuando reflexionaba en el apartamento.
Denotaba un entregado esfuerzo por el caso.
Sherlock sabía algo más.
Sherlock seguía investigando.
Y no le había mencionado nada a ella.
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Detuvo el auto a varias calles de distancia del almacén. Se despojó de su abrigo con rapidez, se colocó una corbata de aspecto corriente y se peinó los rizos azabache con ayuda de un gel para dejarlos aplastados.
Con mucho cuidado se colocó una barba falsa de gran calidad, se puso unos lentes de montura negra, tomó un maletín pasado de moda y salió con un aspecto increíblemente diferente del de Sherlock Holmes. La efectividad del difraz no residía tanto en la indumentaria sino en la actuación de él.
Ahora caminaba con una prisa algo torpe, con la espalda recta en gesto de excesiva y ridícula compostura, la barbilla en alto no como un hombre orgulloso sino como un estudioso con una meta definida y de vez en cuando acomodaba, en aparente tic nervioso, la montura de sus lentes sobre el puente de su nariz. Su ceño se fruncía y sus ojos se achicaban como si sus lentes necesitaran más aumento y saludaba a uno u otro traseúnte con una breve inclinación de cabeza y una sonrisa de pura cortesía.
Llegó a las puertas del almacén y saludó a los dos guardias con un fuerte apretón de manos a cada uno.
Entre frases apresuradas y seguras con acento alemán aseguró que tenía una reunión con Decker y que simplemente había llegado muy temprano. Estando ya exasperados de tanta cháchara le dejaron pasar. Uno de ellos lo empezó a guiar hacia el interior del oscuro establecimiento.
Con un movimiento imperceptible entre las sombras Sherlock sacó de su maletín una extraña arma que disparó en dirección a la pierna del que lo guiaba. Al instante el hombre se quedó pasmado y con un gruñido leve de dolor cayó al suelo como un enorme saco de arena. El detective se giró y con una puntería envidiable le disparó un dardo en la pierna al hombre que había quedado en la puerta y que empezaba a girarse hacia él.
Con paso presuroso y ágil se dirigió hacia el recién desplomado guardia y lo metió al oscuro pasillo para que su cuerpo inerte no despertara sospechas a las afueras.
Desarmó a ambos hombres y de camino hacia el lugar donde deducía que estaría Decker iba separando las partes de las armas con habilidad y las tiraba por doquier de manera que si despertaban antes de tiempo les tomaría un rato el volver a armar sus pistolas y utilizarlas.
Sabía que Decker iba usualmente acompañado de cinco guardias.
Le faltaban tres.
Dobló una esquina y llegó a un área más iluminada que parecía una recepción. Una gran pecera que desentonaba ridículamente con la decoración estaba ubicada entre él y un hombre que se servía un vaso de agua detrás de recepción. El susodicho se volteó pero no alcanzó a actuar.
Ya tenía un dardo en el hombro.
Cayó de inmediato y el vaso de vidrio se hizo añicos.
Holmes se apresuró a quitarle el arma, separar sus partes y arrojarlas a la pecera. Ahora debía ser más rápido. Ya había hecho ruido.
Faltaban dos.
Se aproximó con sigilo a una puerta y escuchó al otro lado las voces de tres hombres, entre ellos la de Decker.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora