Capítulo 46

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Joan se descubrió observándolo de forma diferente y se maldijo a sí misma.

¿En qué momento es que empezó a observar cada detalle de él casi con contemplación?

¿Cómo es que después de haber visto sus defectos y errores lo admiraba más de lo que lo hacía al principio?

¿Cómo sucedió?

¿Cómo es que al vivir junto a él se había sentido más completa de lo que se había sentido nunca?

  - Tu familia está a salvo.

  - ¿Cómo..?

  - Hablé con Mycroft y el habló con ciertas personas dentro del FBI a quienes conoce. Tu familia está a salvo.

  - ¿Estás seguro?

  - Cien por ciento seguro. Confía en mí.

  - Lo hago.

El silencio fue el paciente preámbulo de lo que sucedería a continuación.

  - Necesitamos hablar. -dijo Holmes incómodo.

  - Eso parece.

  - ¿Quieres irte del apartamento?

  - Es lo que se supone que debería hacer. ¿Quieres... que me vaya? Digo... ¿Está bien para ti?

  - No. -guardó silencio sopesando lo que diría. - Tú entrenamiento...

  - Claro...

  - No. Espera. Lo que quiero decir es que... no quiero que te vayas.

  - Podremos continuar con el entrenamiento sin que tenga que seguir viviendo aquí y...

  - No quiero que te vayas.

Joan levantó la mirada hacia los ojos de él. El corazón se le iba a salir del pecho. Y por alguna razón que ella consideró estúpida, los ojos se le empezaron a humedecer.

  - No. Tengo que irme y lo sabes.

  - ¿Por qué?

  - ¡¿Cómo que por qué?! ¡Necesito una vida propia Sherlock! ¡Y no la tendré si me quedo aquí a resolver crímenes contigo por el resto de mi vida!

Él la miró sin decir nada.

La miró sin juzgarla, sin analizarla, sino tratando de entenderla.

Y ella lo notó.

Y eso sólo hizo que las lágrimas amenazaran aún más con desbordarse.

  - ¿Por qué lloras? -la voz profunda de Sherlock retumbó en ella.

  - Porque quiero quedarme.

  - Entonces quédate.

  - No...

  - ¿Por qué?

  - No es tu culpa, lo siento...

  - Sí lo es. -ella lo miró interrogante- Es mi culpa. Ahora lo veo. No puedo darte lo que lo que quieres. - las lágrimas no se contuvieron por más tiempo- Me acostumbré a tí Joan... demasiado.

  - Cállate Sherlock, -hizo ademán de irse.- si no vas a decir nada determinante no digas nada...

En menos de dos zancadas Holmes alcanzó a Joan y la tomó del brazo.

  - Me acostumbré mucho a ti y por esa razón no quiero que te vayas. Tú sí me importas Joan y por esa razón... creo que es mi obligación decirte... que no serás feliz si te quedas aquí... -fue inútil ya. Las lagrimas corrieron sin miramientos por las mejillas de ella- No puedo ser lo que quieres que sea para tí.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora